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Urkullu plantea a PSE y PP un “pacto de país” y EH Bildu ve renuncia al soberanismo

Aitor Guenaga

Bilbao —

“Sabe el PSE en qué consideración [le] tiene el PNV en cuanto a responsabilidad institucional y vertebración del país. Lo sabe”. Así de rotundo se expresó ayer el lehendakari, Iñigo Urkullu, a la hora de referirse a los partidos con los que ve factible un acuerdo de fondo para diseñar las políticas de futuro para Euskadi. Urkullu, en la primera intervención tras el fiasco presupuestario, también incluyó a los populares vascos en su oferta de “pacto de país”, pero los guiños más claros los dirigió a la formación que dirige Patxi López. Los que han quedado fuera del tablero de pactos fueron EH Bildu y a UPyD. El lehendakari desechó a los primeros porque “defienden un modelo social, económico radicalmente diferente al que defiende el PNV”, mientras que el descarte de la formación de Gorka Maneiro vendría porque sus planteamientos van “en contra de los que es la esencia del autogobierno vasco”.

“Me gustaría dotar a este país de estabilidad y trabajaré para ello”, avanzó Urkullu, al tiempo que despejaba en parte el destinatario de esa voluntad de acordar las políticas de país. No se olvidó del PP, partido al que formalmente también ofreció un pacto de fondo, pero puso mucho más énfasis en buscar un acuerdo con los socialistas. “Hay dos partidos a los que ofrezco claramente un pacto de país y de estabilidad”, en referencia al PP y PSE. Pero Urkullu sabe -y lo ha reconoció ayer en su intervención- que con los populares no tiene mayoría absoluta (38 escaños), y que con UPyD el peaje del pacto supondría trastocar “la esencia del autogobierno”. Con lo que de alguna manera, el lehendakari ha diseñado las bases de su política de pactos para el futuro. Al menos, su intención está ahí.

Los socialistas ya han dejado claro cuáles son los mimbres básicos para alcanzar el “acuerdo de país” que ellos vienen defendiendo desde hace meses. Y aunque ayer evitaron declaraciones públicas -hoy comparecerán la portavoz, Idoia Mendia, y el coordinador de la Ejecutiva, Rodolfo Ares-, el PSE irá paso a paso. En breve se retomarán las reuniones para la reforma de la fiscalidad y la lucha contra el fraude. Se verán los temas y materias de posible acuerdo y se irá marcando el terreno, pero nadie en el PSE espera un desenlace rápido. Si se quiere que estos encuentros sirvan, llevarán su tiempo, vienen a decir en la dirección socialista. Y todas los mimbres del acuerdo -fiscalidad, lucha contra el fraude, relanzamiento de la economía, defensa de los servicios públicos, dimensionamiento institucional, evitar las duplicidades ... todos ellos están vinculados. “O salen todos o no sale ninguno”, explican en el partido de Patxi López.

Por su parte, EH Bildu no ocultó su preocupación ante la posibilidad de que con su decisión de buscar “alianzas” en el PSE-EE y el PP, el lehendakari haya renunciado a la defensa de los derechos sociales y las políticas “soberanistas”. Los parlamentarios de la coalición abertzale Maite Beitialarrangoitia y Oskar Matute consideraron que al escoger como “aliados” a socialistas y populares, Urkullu demuestra que lo que pretende es seguir “al dictado de los mercados”. A su juicio, el PNV, el PSE y el PP “comparten un mismo modelo”, basado en la “sumisión” ante los agentes económicos y financieros, y que atenta contra los “derechos sociales” de los ciudadanos.

EH Bildu: “Ese no es el camino”

Los representantes de la coalición abertzale también aludieron a los “frecuentes” y “aparentemente cordiales” encuentros entre Urkullu y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. A su juicio, la actitud mostrada por el lehendakari respecto al Ejecutivo central, junto a su apuesta por los pactos con socialistas y populares mientras desecha a EH Bildu, apunta a una posible “renuncia” de Urkullu a las políticas soberanistas. “Ese no es el camino”, advirtió Beitialarrangoitia.

En su primera intervención pública tras verse forzado la semana pasada a retirar los Presupuestos de 2013 ante la incapacidad de sumar a sus posiciones a ningún partido de la oposición, Urkullu no hizo autocrítica. Reiteró que ha sido el “frente del bloqueo de la oposición”, “el no por el no”, lo que ha impedido alcanzar un acuerdo presupuestario. Y se mostró especialmente dolido con el PSE porque no ha contestado a su oferta de acuerdo de bases. “No he recibido una respuesta, me falta una respuesta”, apuntó. Y le espetó a Patxi López que él y su gobierno no se resignan a ver el 2013 “como un año perdido”, consideración que realizó el pasado viernes el líder socialista tras valorar la retirada de los presupuestos. “Frente al bloqueo, vamos a seguir adelante. Este Gobierno no está para perde el tiempo”.

Dibujó un final de negociación en el que toda la oposición, incluso cuando se conoció la posibilidad real de una relajación del déficit, no estaba dispuesta a “adecuar” las Cuentas “a la nueva realidad de 2013”y a los “ingresos adicionales hipotéticos”, lo que permitirá endeudarse al Gobierno en 330 millones de euros más. Con todo, fue muy prudente en toda su intervención: “No vamos a endeudarnos más de lo permitido. Si se mantienen las previsiones macroeconómicas y hasta la concreción, en su caso, de la flexibilización en el cumplimiento del déficit, estos próximos tres años el Gobierno Vasco solo podrá gastar 650 millones más de lo que ingresa”, cifró, frente a los 6.500 millones del gabinete López. Y recordó que esos 330 millones no son ingresos, es flexibilización del déficit, que lo tendremos que pagar“.

Política penitenciaria más flexible

Pero a partir de ahí, puso en valor un posible pacto de fondo con el PSE. En las mismas claves planteadas por el socialismo vasco en las últimas semanas: reforma fiscal, plan integral de lucha contra el fraude, consenso en las políticas públicas, relanzamiento económico y defensa del modelo social y “compromiso con las políticas sociales” actuales. La misma agenda para un acuerdo de fondo.

Al presidente Mariano Rajoy también le envió dos mensajes: que espera que en la relajación del déficit no trate a todas las comunidades autónomas por igual -Euskadi ha cumplido a rajatabla las directrices que llegan desde Bruselas-. “No me gustaría que se aplicara por igual a todas las comunidades autónomas” subrayó. Y en materia de pacificación volvió a insistir en una política más flexible en materia penitenciaria. “No he encontrado la respuesta deseada” a esto último, admitió, tras las dos reuniones que ha mantenido con el presidente español. En ellas, el lehendakari han planteado una “propuesta detallada y a desarrollar en fases, de adecuación de la política penitenciaria a la nueva realidad que vivimos”. Abogó por flexibilizar la política penitenciaria, algo que podría ayudar a muchos presos etarras a “liberarse del secuestro al que han sido sometidos por su propio colectivo”, dijo.

Finalmente, advirtió de que la “parálisis de un proceso alimenta a los polos opuestos”. Tras casi año y medio de cese definitivo de la violencia terrorista, reconoció “tensión” en la izquierda abertzale ante la situación y censuró la “dinámica perversa de pintadas” de los últimos días. Aseguró que todos los demás pueden “ayudar a generar clima y ambiente” para la desaparición de ETA. Pero recordó que el proceso iniciado por ETA es “unilateral” y que la responsabilidad de que siga existiendo como “organización terrorista clandestina” es de ETA.

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