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La militancia socialista elegirá en septiembre al sucesor de Patxi López

Patxi López, en la rueda de prensa de ayer en la que anunció el congreso extraordinario del PSE.

Aitor Guenaga

Bilbao —

La próxima persona que dirija el socialismo vasco será elegido por primera vez por los militantes del partido y no por los delegados que acudan al congreso extraordinario previsto para el próximo mes de septiembre. Hasta ahora, todos los líderes que se han sentado en la silla del secretario general de PSE habían sido elegidos por los delegados que acuden a los congresos.

Son denominadas 'primarias cerradas' porque, a diferencia de las aprobadas en el Congreso de Sevilla de 2012 para elegir al cartel electoral solo los militantes pueden votar, ni siquiera los simpatizantes o aquellos que se inscriban en el censo para votar a los candidatos pueden elegir a su líder.

En el caso de los socialistas vascos, la modificación estatutaria que posibilita a la militancia que esté al corriente del pago de sus cuotas elegir a su futuro líder fue incorporada a los estatutos de la formación en el congreso celebrado en Bilbao en febrero de 2013. López obtuvo entonces el apoyo del 88,95% de los delegados presentes en el cónclave socialista, un respaldo menor que el logrado en 2005 y 2009. El Congreso incorporó específicamente en sus estatutos en su artículo 47 que “la elección del/la Secretario/a General, mediante voto individual, directo y secreto de todos/as los/las afiliados/as. De conformidad con los requisitos que se establezcan a tal efecto”. Fuentes del partido han confirmado que el partido “no ha desarrollado” aun la metodología que se empleará para este novedoso sistema de elección, algo que la actual dirección debe resolver.

La Ejecutiva, sin embargo, será elegida por los delegados que acudan al cónclave socialista en septiembre. La futura dirección será propuesta por el secretario general a la Comisión Electoral y elegida mediante “voto individual, directo y secreto de todos los/las delegados/as”.

Sucesiones “hereditarias”

La única experiencia que ha vivido el partido socialista en Euskadi en la que se ha dejado decidir directamente a la militancia fue para elegir al cabeza de cartel a lehendakari en 1998. En aquella ocasión, el entonces líder del PSE-EE, Nicolás Redondo Terreros, se enfrentó a Rosa Díez, consejera de Comercio y Turismo en el Gobierno de coalición con el PNV. La militancia otorgó la victoria al secretario general, que encabezó finalmente la plancha socialistas a las autonómicas vascas de octubre de 1998.

Patxi López, al anunciar ayer la celebración del congreso extraordinario, evitó hablar de posibles sucesores porque los liderazgos “no son hereditarios” en el PSE-EE. Pero sí defendió la necesidad de que entre “savia nueva” en la Ejecutiva. A preguntas directas sobre el perfil que debe tener la persona que le suceda o si ha pensado en alguien, se parapetó en el manido recurso “hay gente magnífica en este partido” para desempeñar el liderazgo necesario para la nueva etapa que se abre ya sin él.

El secretario general hasta septiembre dijo que su objetivo con la convocatoria del congreso era “provocar una catarsis en el partido”, “casi una revolución” en la formación que ha liderado en los últimos 12 años. Y reconoció que la voluntad de “regeneración y apertura” que salió del cónclave de 2013 no ha dado “los resultados que esperábamos”, visto la debacle electoral del domingo pasado (en donde perdieron 100.000 votos frente a 2009) y los adversos resultados anteriores (autonómicas, con 212.809) y las generales (255.013)

Tampoco quiso López ayer marcar la agenda ni el camino a sus secretarios provinciales, que tienen manos libres para actuar. El líder del PSE-EE dijo que él había iniciado un camino para volver a conectar con la sociedad en donde le tocaba, la organización de Euskadi. Presumiblemente, la provincia donde más problemas se puede presentar de nuevo para el actual secretario provincial es Álava, donde un sector crítico a Txarli Prieto ya le plantó batalla en el congreso provincial de 2013. Prieto ganó entonces con un apoyo del 57% (53 de los 92 delegados le votaron), mientras la lista alternativa de los renovadores cosechó un aval en las urnas superior al 40%. Los problemas no se han solventado y todo apunta a que los 'críticos' volverán a sacar la cabeza. Prieto reunió ayer tarde a su Ejecutiva y los críticos esperan a conocer el resultado para mover ficha.

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