“Las instituciones deben ver la educación como una inversión, no como un gasto”

El Centro de Iniciación Profesional (CIP) cumple 25 años trabajando con adolescentes de entre 15 y 17 años en riesgo de exclusión. Su objetivo es educar desde una perspectiva de crecimiento personal, en vez de extrictamente académico. En el marco de esta celebración, la Fundación ADSIS ha organizado una mesa redonda bajo el nombre de 'El futuro de los y las jóvenes' en la que se ha reflexionado sobre la situación educativa actual y la integración. Juncal Yubero, directora del CIP aborda los nuevos retos a los que deben enfrentarse los educadores en el nuevo contexto social, político y económico.

Pregunta: Según el estudio presentado en la ponencia, de los 2.970 alumnos analizados, el 18% de los adolescentes que cursan la ESO están en riesgo de exclusión social. ¿Qué necesidades específicas tienen?

Respuesta: Necesitan un especial acompañamiento y apoyo. Tienen esa falta de recursos y apoyos para poder colocarse en una situación igualitaria a los demás y alcanzar cierto nivel de éxito. Necesitan una formación sobre el crecimiento personal.

P: ¿Cómo afectan las políticas educativas, los recortes, los cambios legislativos a este tipo de educación?

R: Necesitamos que nos pongamos de acuerdo en una ley de educación consensuada y compartida. Es triste que sea así y la realidad es que es un gran déficit que tenemos. No puede ser que, se cambien las leyes. Es necesario estabilizar la situación en la educación porque no hay tiempo siquiera de hacer una evaluación de las leyes.

P: En esta línea, ¿cómo cree que puede afectar la LOMCE a una educación que está basada en el acompañamiento y crecimiento personal?

R: La LOMCE no es la ley que esperamos. Hace una valoración academicista porque deja a un lado el desarrollo personal. De todas maneras, aquí en el País Vasco, estamos a la espera de ver cómo afecta, cómo se desarrolla y cómo se implanta.

P: Con la situación actual, ¿las salidas laborales también se han visto afectadas?

R: Sí, indudablemente. Antes, al ir dirigidos a personas más mayores, tenían más formación y madurez, y con un poco de técnica, ya podían acceder al mundo laboral. Ahora, al bajar la edad, se requiere un acompañamiento personal que englobe criterios de la persona. Así, les acompañamos de cerca en el proceso.

También es cierto que ahora, por el tema de la edad, al salir de cursar los dos años, prefieren seguir con la formación y ven el mundo laboral como algo más lejano.

P: Durante toda la ponencia se ha insistido en la idea de que la educación no es un gasto, sino una inversión. ¿Hasta qué punto está asumido por las instituciones?

R: Las instituciones lo consideran como un gasto en muchos casos, pero nuestro trabajo es hacerles ver que es una inversión. Nuestros jóvenes son la generación futura, van a ser un modelo de sociedad, por lo tanto tenemos que apostar por ellos para hacer la sociedad que todos queremos. Vemos necesario recalcarlo y lo repetimos para que se conciencien. Si no, va a ser una generación sin futuro.

P: En 25 años del CIP, ¿qué evolución ha tenido respecto a la forma educativa?

R: El modelo ha ido cambiando, incluso la edad de atención a la que van dirigidos los cursos. Antes era para personas de más edad, ahora están dirigidos a jóvenes de entre 15 y 17 años, como edad de inicio. Estos programas primero fueron garantía sociales, luego pasó a ser iniciación profesional, ahora son programas de cualificación profesional inicial. Además, el año que viene entran como profesión transitoria integrada, dirigiéndonos así a la aplicación de la LOMCE.

P: ¿Qué retos tenéis como educadores?

R: Tenemos que generar expectativas de éxito. Queremos que los alumnos mismos se vean capaces de hacer cosas y sentirse ciudadanos activos y participativos. Pretendemos que crezcan desde lo humano, académico y personal.

P: ¿Y después de estos cursos, qué? ¿Realmente salen formados académicamente y personalmente?

R: Sinceramente, no tenemos la incidencia que nos gustaría tener en sus entornos sociales ya que de esta forma se llegaría mejor a ellos. Algunos consiguen vincularse al mundo laboral y otros siguen por la línea académica o intentan vincularse a la formación profesional.