Atrincherado hasta el final
Es evidente que Rajoy no va a dejar de ser fiel a sí mismo hasta el final aunque pueda estar viviendo sus últimos horas en Moncloa. El presidente del Gobierno se ha refugiado en su despacho y ha dado orden a los suyos de disparar a todo lo que se mueva como hizo con descaro María Dolores de Cospedal en el Congreso, sometida a un intenso bombardeo de toda la oposición.
Parapetados detrás de la moción de censura, en el PP no piensan verse al menos de momento en el espejo para comprobar que son un partido condenado por corrupción por la Audiencia Nacional; un partido que según los tribunales se financió ilegalmente durante 20 años gracias a un sistema organizado y permitido por Génova. No quieren ver que tienen un presidente cuya credibilidad ha quedado destrozada por la sentencia y que ya no tiene apoyos estables en el Congreso para seguir gobernando. Siguen con la huida hacia adelante porque creen que si reconocen algo de lo ocurrido, se caerán con todo el equipo.
Son un partido y un gobierno zombi, pero ellos se siguen viendo como garantes de la estabilidad frente a una alternativa del PSOE, Podemos, los independentistas catalanes y los nacionalistas vascos.
Todo está en manos de los 5 diputados del PNV como se veía desde el primer minuto y da la impresión de que apoyarán la moción porque no quieren ser el único partido con Ciudadanos que salve a Rajoy.
La política española es tan singular que el futuro de Rajoy depende ahora mismo de un partido nacionalista que acaba de proclamar el derecho de autodeterminación del pueblo vasco. No importa, si Rajoy sigue en Moncloa, el PNV será un partido de Estado para la propaganda popular.
El PP es consciente de que el viernes puede estar fuera del Gobierno. Le queda una opción, la dimisión del presidente. Es verdad que no sería el estilo de Rajoy, pero ya nos sorprendió a todos cuando le dijo no al Rey y cuando convocó las elecciones catalanas. Así que no descartemos nada.
Lo que está claro es que si Rajoy lograra superar esta prueba, se sentirá legitimado para seguir y difícilmente la oposición tendrá otra oportunidad en esta legislatura porque las mociones que anuncian Ciudadanos y Podemos parecen parte de un show que debe continuar aunque sea entre la desesperación de los ciudadanos.
