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La revolución de la igualdad

Movilización feminista en Las Palmas de Gran Canaria el 25N de 2019.
24 de noviembre de 2020 22:41 h

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Este 25 de noviembre vuelve a ser el recordatorio de una barbarie cotidiana. La lista de mujeres asesinadas a manos de sus parejas es mucho más que una estadística insoportable. Es la prueba de un fracaso colectivo que atañe a toda la sociedad y que solo puede avergonzarnos. El machismo mata, maltrata, humilla, discrimina y silencia. Hay que dejar de aceptar que una de cada cinco mujeres en el mundo sea víctima de esta intolerable violencia. Hay que dejar de aceptar lo inaceptable.

Hoy es un día de lucha y de protesta. En realidad, todos los días tendrían que serlo. Nos compete a todos acabar con esta lacra que ha segado la vida en España de más de 1.000 mujeres desde 2003 –desde que hay estadística- y que en lo que llevamos de 2020 ha sumado otras 40 víctimas a su macabro balance. En medio, una pandemia nos sigue golpeando con una brutalidad a la que pocas veces nos habíamos enfrentado. La pesadilla ha sido aún mayor para muchas mujeres, obligadas por el confinamiento y por su situación de vulnerabilidad a convivir con sus agresores.

No podemos callar porque el silencio nos hace cómplices y perpetúa la violencia de género. Hay que perseguir a los maltratadores y plantar cara a aquellos que, desde el fanatismo y la ignorancia, cuestionan, matizan o disculpan esta violación de los derechos humanos. Me refiero a la ultraderecha, que representa un neomachismo que ha irrumpido en el debate público para criminalizar a las mujeres con un mensaje perverso y ofensivo: ellas mueren pero los perseguidos son los hombres.

Los feminicidios son la manifestación última y salvaje de una desigualdad estructural, que es la malla sobre la que se tejen las relaciones de poder y dominación que se ejercen contra las mujeres. No hay que llamarse a engaño. La brecha salarial en nuestro país se ha reducido pero sigue siendo del 12%, según Eurostat, y la tasa de temporalidad de las mujeres es cuatro puntos superior a la de los hombres. Ellas copan los contratos a tiempo parcial y cerca del 90% de las excedencias concedidas para cuidados, pese a los avances en materia de conciliación. Estas circunstancias determinan finalmente que sus pensiones también sean muy inferiores a las de los hombres.

La igualdad es uno de los ejes de la acción del Gobierno, como lo es la prevención y el combate contra la violencia de género. Los Presupuestos para 2021, en trámite en estos momentos, cumplen con lo establecido en el Pacto de Estado y destinan 180 millones -200 millones si se suman otras partidas complementarias- a este objetivo. La futura ley orgánica de Garantía de la Libertad Sexual reformará el Código Penal para penar como violación todo acto sexual realizado sin consentimiento. Las víctimas no habrán de someterse a examen público para demostrar que no fingen, que no simulan, que no son culpables. El silencio nunca más será un sí.

También se producen pequeños avances en el ámbito del trabajo. Recientemente, se han aprobado reglamentos que desarrollan la normativa sobre igualdad laboral y obligan a las empresas a publicar de manera desagregada los salarios de sus empleados para determinar si existe discriminación. Se ha extendido el permiso de paternidad a ocho semanas no compartibles para favorecer la corresponsabilidad. Queda mucho por hacer, mucho camino por recorrer. Apenas si hemos dado los primeros pasos, pero no vamos a dejar de caminar.

En el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana hemos puesto en marcha una Agenda por la Igualdad con acciones concretas que dan una perspectiva feminista a las inversiones en transportes, infraestructuras y vivienda. Esta misma política, coordinada por una mesa de Igualdad, Diversidad y Cooperación, rige en las empresas públicas dependientes del departamento y en sus agencias de seguridad ferroviaria (AESF) y aérea (AESA).

En Renfe, su convenio colectivo ya contempla una mesa de trabajo de Igualdad. Su cometido es implementar medidas en materia de contratación para alcanzar la paridad, la conciliación y la flexibilidad laboral, así como desplegar campañas médicas dirigidas también a la mujer para la prevención de enfermedades. La compañía desarrolla acciones divulgativas para dar a conocer a las mujeres la profesión de maquinista y facilitar su incorporación, forma a su personal directivo contra los micromachismos y trabaja en el Programa Valor Mujer, que promueve programas de formación de árbitras. En colaboración con la fundación Inquietarte, facilita los traslados de mujeres maltratadas sin recursos y de sus hijas e hijos en un programa de vacaciones de una semana. 

Adif aplica desde 2018 medidas para mejorar la conciliación familiar –flexibilidad horaria y reducciones de jornada- y ha aprobado planes de Igualdad que promueven la paridad en la composición de tribunales y órganos de selección, despliega cursos formativos sobre igualdad y violencia de género, y visibiliza el talento de las mujeres con una base de datos que recopila perfiles profesionales para puestos de responsabilidad.

Planes de Igualdad semejantes ya funcionan en Ineco, que impulsa además el Programa Horizonte por el que víctimas de maltrato encontrarán en la empresa un empleo estable. Enaire y Aena hacen lo propio en el ámbito aeroportuario.

Creo en el feminismo porque es la revolución más pacífica de la historia, una revolución que no disgrega sino que une y que completa a la Humanidad. Creo en el feminismo porque, como decía Flora Tristán, el grado de civilización de las distintas sociedades es proporcional a la independencia de la que gozan las mujeres. No se trata de una cuestión partidaria. La izquierda debe ser feminista, pero el feminismo es transversal e interpela a todos, sea cual sea su ideología.

Este 25 de noviembre las fachadas del Ministerio de Transportes y de todas sus empresas públicas se iluminarán de violeta para recordar a las hermanas Mirabal, Patria, Minerva y María Teresa, cuyo asesinato por la dictadura de Trujillo, hace ahora 40 años, conmocionó a la sociedad dominicana y al mundo, y dio origen a este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. Las víctimas del machismo nos interpelan a todos. Otro mundo, otro modelo de sociedad en pie de igualdad, es posible.

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