Que todo arda a su debido tiempo
La derivada mallorquina del caso Koldo deja una resaca de preguntas sin respuesta. La comparecencia este martes de la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, ha despejado alguna duda, por ejemplo que la empresa de la trama de las mascarillas se eligió por una mesa técnica del Servicio de Salud balear o que se almacenaron, no se sabe bien si para usarlas en el futuro o para reclamarlas ya que dijo las dos cosas. Hay todavía preguntas flotando: por qué se pagaron, por qué se dio aval a la empresa si ya se sabía que había entregado material de menor calidad (ni fake ni defectuoso), cómo llegó el nombre Soluciones de Gestión hasta Mallorca. Para los que tienen prisa estos días, lo malo de la burocracia son los tiempos, pero lo bueno es que es garantista y deja rastro. Si no lo deja, deja agujeros evidentes a los que asomarse. En el registro balear está todo. Armengol fue preguntada varias veces por un asunto clave que puede definir o despejar su futuro político: cómo y quién recomendó a esa empresa en concreto. Sus evasivas y elusiones (todos recibíamos mensajes pero al final se decidió técnicamente) aviva las suspicacias. Sin embargo, que algo no se conozca o genere dudas, incluso unas explicaciones incompletas o elusivas, no es motivo para que todo arda, al menos de momento, por más que el PP se empeñe en elevar a necesidad de dimisión algo que todavía está lleno de grises.
La justicia tendrá que ver hasta dónde llegaron los tentáculos de Koldo García, que entró en el sistema público y pudo hacer negocios allí gracias a un exministro, hoy expulsado del PSOE y en el grupo mixto. Quien lo hubiera permitido, por acción u omisión, debe dimitir o ser cesado, como ha pasado este martes con el secretario general de Puertos. Pero primero las causas, luego las consecuencias. Primero el diagnóstico y luego la medicina. Al revés no suele dar buenos resultados.
Lo que se dirime en el caso de Baleares es si hubo fallo de procedimiento, descontrol en los informes, si el Gobierno autonómico fue engañado prevaliéndose Koldo de su pertenencia al ministerio de Ábalos. O si, por el contrario, no fueron errores sino que algún técnico, o alguien del Gobierno de Armengol o ella misma o todos a la vez actuaron de manera maliciosa para favorecer a Koldo García a cambio de algo, con conocimiento e intención. Mal que le pese a quien tiene la mecha del petardo en la mano, de eso aún no hay indicios. Si los hay, cuando los haya, tendrá que dimitir.
La negligencia, el descuido o el error, sin embargo, puede ser motivo de dimisión pero no necesariamente, como no lo fue para el alcalde de Madrid cuando estafaron dos veces a su ayuntamiento con ventas de mascarillas (uno de los casos, el del hermano del Duque de Feria que contactó con el primo del alcalde, llega ahora a juicio). Como no ha sido motivo de dimisión lógicamente para Marga Prohens, actual presidenta del Consell Balear, el hecho de que haya decaído el expediente para pedir a la trama la devolución de parte del dinero. A menos que estemos en disposición de probar que el expediente caducó por una orden política cuando ella entró al poder. Como no lo estamos, habrá que esperar, que es una práctica buena para la formación de la paciencia, la empatía y el ensanchamiento del espíritu. Para los que están esparciendo ascuas: calma, todo arderá si tiene que arder, pero a su debido tiempo.
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