Ayuso viaja en Barco a Venus
El show continúa. Ha vuelto. De las musas al teatro. Compositor, productor y declarado fan de Isabel Díaz Ayuso, Nacho Cano regresa con la segunda temporada de Malinche, un musical dedicado a la figura indígena y su relación con Hernán Cortés. Y con él, la polémica por sus palabras sobre la colonización de América y su blanqueamiento del imperialismo español. No sólo.
También dice que aquí, ahora, en España, “vivimos en una dictadura que se parece mucho a la de Franco”, que la izquierda “dialogante e inteligente” era la de Felipe González, la de Alfonso Guerra, e incluso la de Julio Anguita y que de lo que hay ahora la única política que le da garantías es Ayuso.
Lo cuenta en la contra de El País y es fácil entender la idolatría por el personaje. Y no sólo porque compartiera unas vacaciones de verano con la presidenta madrileña en una lujosa mansión que Cano posee en Ibiza. Tampoco porque el PP de Madrid le cediera un terreno para explotar un teatro por cuatro años que acabó frustrando la presión vecinal. Y menos porque la inquilina de Sol le otorga la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo.
Seguramente sea porque ambos comparten la misma confusión mental sobre la diferencia entre una dictadura y una democracia. Imperfecta, sí, pero democracia. Uno siente hoy la misma opresión que durante los años del franquismo y la otra cree que Pedro Sánchez es “el presidente más autoritario de la historia” de este país porque “no cabe la discrepancia por parte del rival” y porque pretende volver “a lo peor de nuestro pasado”, a “la España de los dos bandos”.
A Ayuso no la exime su ignorancia sobre el pasado real del franquismo ni tampoco debiera servirle de excusa ante quienes la jalean por mero interés partidista. Igualar a Sánchez con el franquismo o a la izquierda en general con una dictadura como hace de forma recurrente no sólo ofende a la inteligencia y a la memoria colectiva sobre nuestro pasado más oscuro, sino que debiera ser motivo de repulsa. Y también de amonestación pública por parte de los máximos dirigentes de un partido que, en sus estatutos, se define como una formación política de centro reformista al servicio de los intereses generales de España, que “defiende la dignidad del ser humano y los derechos y libertades que le son inherentes” y que “propugna la democracia y el Estado de Derecho como base de una convivencia pluralista, en libertad e igualdad de todos los españoles amparada por la Constitución”.
Salvo que haya emprendido un viaje interespacial figurado como el de la persona que inspiró 'Barco a Venus', de Mecano, y esté bajo los mismos efectos, no es aceptable que alguien con la responsabilidad institucional que le han otorgado los madrileños se desenvuelva día sí y día también en esos términos. A veces una determinada inspiración musical acaba sirviendo para otros marcos:
“…Sabes que pasas por la vida
Sin salir de tu mentira
Que muchos alimentan
Y que crece día a día“
Que la boutade sobre una supuesta dictadura de Sánchez idéntica a la de Franco salga de Nacho Cano sólo atañe a quienes deciden libremente ir a sus espectáculos por aquello de que se sientan estafados. Que lo haga el mismo día Isabel Díaz Ayuso, que es reincidente en el asunto, es intolerable. Y que el PP y Feijóo callen sistemáticamente ante sus evacuaciones verbales sencillamente, incalificable.
P.D Lo de que rete a Sánchez a convocar nuevas elecciones sencillamente se cura estudiando un poco, que es el mínimo exigible a alguien con tanto desparpajo. Un presidente en funciones no puede convocar elecciones como tampoco puede plantear una cuestión de confianza, aprobar el proyecto de Presupuestos o presentar proyectos de ley ante el Congreso de los Diputados. Está en el artículo 21 de la Ley del Gobierno que tendrá que leerse algún día la presidenta madrileña si lo que pretende es jugar, como parece, en la liga nacional.
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