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Aznar, tú eres el siguiente

Antón Losada

Rodrigo Rato ha caído como le gusta a Rajoy. A lo bonzo y con quemaduras de primer grado irrecuperables. Hay que decir que las prestaciones de Rato han resultado decepcionantes. No le ha aguantado ni una semana. Rajoy sólo ha tenido que llamarle “esa persona” una vez. Bárcenas resistió bastante más hasta que entendió que había sido el directivo mejor pagado del Partido Popular durante años precisamente para eso: para ir a la cárcel si algo salía mal.

Hace tiempo que se intuye que la vía de escape que Mariano Rajoy va a utilizar para intentar zafarse del 'caso Bárcenas' pasa por aplicarle al aznarismo una revisión histórica que haría palidecer de envidia al mismísimo Stalin. El expresidente Aznar se lo temía y seguramente por eso hace meses que se impuso una especie de autoexilio voluntario. Vaga por el mundo dando conferencias maldito como El holandés errante. Sólo se atreve a pisar suelo español las fiestas de guardar. No le ha servido de mucho. Su suerte está echada. Ahora que Rato ha caído, ya no queda nadie delante a quien tirar al pozo. Él es el siguiente. Debería prepararse.

La corrupción nació, creció y se desarrolló bajo la presidencia de José María Aznar. Murió y terminó con Mariano Rajoy. Esa va a ser la versión oficial. Las filtraciones periodísticas y las investigaciones del FROB empiezan y acaban ahí. Bárcenas, Correa, Gürtel, la financiación ilegal del PP, la juerga de Caja Madrid, las cacerías de Blesa, las tarjetas 'black' y los millones de Rato y Lazard son cosas de la era Aznar, fantasmas del pasado. Mariano Rajoy no estaba y si aparece en las fotografías, se le borra. Ya sabemos cuál es el arma secreta del marianismo para acabar de una vez por todas con la corrupción: el Photoshop.

Es cierto que Rajoy fue durante esos años infames del aznarismo todo lo que se puede ser en el Gobierno y en el partido, pero él no sabía nada, no escuchaba nada, no se enteraba de nada y no participaba nada. En realidad, Rajoy estaba leyendo el Marca porque esto de la política en el fondo no le interesaba mucho, como ahora.

Los amigos que se colocaron fueron los de Aznar y los amigos que metieron la mano fueron los de Aznar. El malo es Aznar y se habrá ganado todo lo que le pase. Eso es cierto. Pero vamos a ver cuántos españoles deciden creerse ese bonito cuento para niños donde al sufrido Mariano Rajoy le ha tocado hacer limpieza y poner coto a tanto desmán. Sincronicemos nuestros relojes. A ver cuánto tarda Rajoy en referirse a Aznar como “esa persona”. Hagan sus apuestas.

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