Basta de tirar residuos por las ventanillas
El semáforo se puso en rojo y me detuve tras un taxi. Al poco su conductor bajó la ventanilla, extrajo el brazo y vació el cenicero del coche dando unos ligeros golpecitos en la puerta para que cayeran las colillas y la ceniza, que quedaron sobre el asfalto de la calzada.
Sin tiempo a dar crédito a lo que había visto, el semáforo se puso en verde y echamos a andar. Este incidente ocurrió hace muchos años, antes de los móviles, por lo que en aquel momento solo pude tomar nota de la matrícula del taxi para dar parte a la Guardia Urbana.
Al siguiente semáforo vi que se abría la puerta trasera del taxi y descendía de su interior una clienta indignada que, a grito pelado, puso al taxista de vuelta y media. Yo también detuve mi vehículo y me bajé para unirme a la recriminación y anunciar a la clienta mi intención de dar parte a la policía, algo de lo que finalmente dijo encargarse ella.
Sin llegar al extremo de aquel irresponsable taxista cuya conducta no he vuelto a ver jamás, ¿cuántas veces hemos visto tirar basura de un coche incluso en plena marcha? Cuántos envases y envoltorios vacíos, cuántos residuos de todo tipo (incluso pañales) hemos visto algunas vez salir volando de las ventanillas.
El estado de las cunetas refleja el menosprecio al medioambiente y la falta de respeto a la naturaleza de muchos ciudadanos de este país, demasiados. Pero es que además de ser una guarrada, buena parte de los incendios forestales tienen su origen en uno de los gestos más irresponsables que se pueden cometer a bordo de un vehículo: tirar una colilla por la ventanilla.
Viendo las imágenes de todos esos incendios (basta con echar un vistazo por internet), a uno le embarga la ira y se le escapa la esperanza por los ojos. Con el elevado riesgo de incendio al que nos enfrentamos y todo lo que sabemos al respecto, ¿cómo es posible que todavía haya gente capaz de cometer semejante barbaridad?
Según datos oficiales del Ministerio para la transición Ecológica, el 96% de los incendios forestales declarados en España están causados por las actividades humanas, y más de una cuarta parte de todos ellos se deben a accidentes y negligencias, entre las que destaca el acto delictivo de tirar la colilla desde el coche.
Y digo delictivo porque, como nos recuerda la Guardia Civil en uno de sus ingeniosos tuits cargados de retranca, no es por la multa, pero conviene saber que el código penal prevé sanciones elevadas, que pueden acabar incluso en condena de prisión para los que lo cometen.
De hecho, cualquier residuo lanzado por la ventanilla del coche genera un grave impacto en el medioambiente. Por eso la Dirección General de Tráfico (DGT) se ha unido a la nueva campaña del Proyecto Libera, la iniciativa ciudadana contra el abandono de basuraleza coordinada por SEO/Birdlife en colaboración con Ecoembes, que pone el foco en las cunetas para pedir la colaboración de todos y acabar de una vez por todas con esa maldita costumbre de usar el paisaje como cenicero o papelera.