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Desfachatez visible

Elisa Beni

Un grupo de universitarios, con el denominador común de haber recibido el Premio Nacional de Excelencia Académica, ha puesto en marcha una iniciativa denominada La Facultad Invisible para, según afirman, diagnosticar los males de la universidad y proponer soluciones realistas. Una de ellas es la puesta en marcha de “Apadrina un becario” un crowdfounding para recaudar 14.000 euros para ayudar a 9 becarios “que han llegado aquí después de un competitivo proceso de selección” y que “realmente se lo merecen”.

Hiervo de indignación. No me entiendan mal, me parece loable que estos profesores e investigadores quieran poner su granito de arena para solucionar la injusticia a la que nos han conducido, pero no puedo por menos que gritar cuando veo que hay estudiantes en España que necesita clamar CARIDAD para poder hacer aquello a lo que tienen derecho, es decir, estudiar y formarse en un sistema universitario accesible sin límites económicos. Es una desfachatez bien visible que el Partido Popular y sus recortes nos hayan llevado a esta “excelencia”, la de necesitar pedir a los ciudadanos que den una limosna -modernamente llamada crowfounding- para que unos jóvenes brillantes puedan seguir su camino y formarse en nuestras universidades. Lo más trágico es que tal iniciativa se plantea, se lee y se adopta por ciudadanos de bien sin darse cuenta del sapo que se tragan y de los derechos a que renuncian. La anestesia y el apaciguamiento es de tal nivel que ya ni los premios nacionales, inteligentes y formados, son capaces de darse cuenta de la aberración a la que se enfrentan.

En su web recogen bien todos los problemas a los que la actual universidad ha llegado, aunque obvian decir que es la imposición del modelo neoliberal la que ha tenido un papel más que relevante en este resultado. Los miembros de la Facultad Invisible nos avisan desde el principio de que quieren huir de “filiaciones políticas” y ahí es donde quizá nos alerten de que, ellos también, han sido socavados por el sistema educativo en el que han estado inmersos y que critican. Las filiaciones políticas no son malas. La reforma de la universidad no puede hacerse sin ideas y las ideas que quieren acabar con una universidad infantilizada, convertida en fábrica de estudiantes acríticos dispuestos sólo a entrar en el estrecho margen que los empleadores les concedan y que proclaman que el saber debe estar abierto a todas las clases sociales, esas ideas tienen filiación política y los que las han destruido también la tienen.

Queridos premios nacionales, no queremos contribuir con nuestra caridad a que nueve jóvenes brillantes puedan concluir sus estudios o sus investigaciones, queremos exigir que nuestros impuestos vuelvan a destinarse a permitir que todos los que estén capacitados puedan acceder a una enseñanza universitaria pública gratuita. No nos conformamos con menos y vosotros tampoco deberíais hacerlo.

Perdonad la regañina porque se que os mueven los más nobles ideales pero alguien tiene que haceros ver que no podemos quedarnos en paliar el problema sino que debemos luchar por ir al origen del mismo y lograr la universidad que este país se merece.

Hagan públicos los casos de esos nueve estudiantes y de todos aquellos que conozcan. Vamos a exigirle al sistema público que les atienda. Enterémonos de por qué tienen esas carencias para poder concluir sus estudios. Vamos a protestar, a luchar, a gritar, a exigir a los responsables políticos que acaben con esa radical injusticia que como sociedad no queremos tolerar. No vamos a caer en su trampa. No vamos a hacer caridad con los que tienen derechos.

No nos vamos a invisibilizar sino que vamos a hacer visible nuestra protesta y nuestra indignación. Es lo propio de los ciudadanos críticos que queréis que la universidad vuelva a formar.

Un cordial saludo.

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