Te lo dice un amigo, Alberto
La manifestación fue contra Pedro Sánchez y para que los votantes del PP tengan lo que votaron: un gobierno de derechas. La amnistía y la igualdad de los españoles sólo eran el cebo para que hicieran clic todos los demás. Núñez Feijóo y los suyos se han apuntado a la publicidad engañosa y al clickbait para asegurarse sacarle ventaja a Vox en miles de manifestantes por metro cuadrado.
Quienes de buena fe se acercaron a las concentraciones a que les contaran por qué la amnistía es tan mala, les perjudica tanto y nos hace tan desiguales se quedaron con las ganas. A cambio, se enteraron de que Pedro Sánchez es un hijo de puta y debería estar en prisión.
Por lo demás, les contaron lo de siempre: el sanchismo es el demonio y todos los enemigos de España, sus acólitos, hacen cola ante su puerta para repartirse los trozos a bocados. Ellos saben qué quiere la verdadera España porque los verdaderos españoles son ellos. Ellos saben qué es la verdadera democracia porque los verdaderos demócratas son ellos. Ellos saben qué es constitucional porque la constitución es suya y los demás callamos y damos tabaco. Ellos saben qué es la verdadera dignidad porque los demás somos unos vendidos a cambio de unas míseras paguitas. Ellos votan en conciencia y libertad y los demás votamos porque estamos comprados y somos unos malos españoles.
Sin novedades en la ruptura de España, que ya se acerca a las tres décadas de duración, en un récord que va camino de superar a la mismísima caída del imperio romano. Si acaso, por pura preocupación cristiana, hay que indicar que empieza a resultar muy urgente que alguien vaya a rescatar a Isabel Díaz Ayuso de esa horrible distopía donde está viviendo; anda a un paso de coger un arco y emular a Jennifer Lawrence en los Juegos del Hambre.
Casi cuatro meses después, aún les dura el cabreo por el resultado del 23J. Y no mejora. Resulta agotador. Pero no te preocupes, Alberto. Aguantaremos pacientemente los reproches que nos eches, las cosas que nos llames y los delitos que nos imputes hasta que consigas superarlo. Tienes todo el derecho del mundo a salir a la calle para que veamos lo enfadado que estás porque la mayoría no te votamos como te teníamos que haber votado. Lo democrático y lo humano es aguantártelo.
Sólo un pequeño comentario. Cuando tienes que dedicar tanto tiempo y esfuerzo a aclarar que convocas una manifestación “pacífica”, algo estás haciendo mal. Te lo dice un amigo.
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