eldiario.es, periodismo en tiempos difíciles
eldiario.es cumple 5 años en un momento especialmente intenso que invita a reflexionar sobre el periodismo y sobre la sociedad a la que sirve y en la que se desarrolla. De todo lo sucedido en este lustro, lo que parece más grave es la pérdida de referentes. Cómo se fue gestando la confusión para que haya dejado de ser rotundo el valor del propio periodismo, de la verdad, de la justicia, e incluso de la democracia. Los pilares existen aunque no del todo nítidos en esa nebulosa.
Cuando nació eldiario.es la España de la indignación había sido vencida por la que decidió darle mayoría absoluta al PP en elecciones municipales, generales y europeas. Todo el poder. Empezábamos a sufrir los drásticos tajos de la tijera en todo lo que sostiene el Estado del Bienestar, la peculiar forma de venderlo, un quitar que parece un dar. Estalló por desbordamiento la corrupción. Emergió de nuevo la protesta en otra forma de ejercer la política. Y al final el PP sigue mandando con una minoría que apenas se diferencia de la mayoría absoluta, sostenida por unos medios que cada día se alejan más de su razón de ser que en absoluto es convertirse en una extensión del poder. Añades banalidad y relajación del rigor y la suma da negativa.
El periodismo siguió su degradación. Pasó de las ruedas de prensa sin preguntas a las comparecencias por plasma del presidente del Gobierno. De verle huir de los periodistas por los pasillos del Senado, a ensalzar la soberbia que despliega actualmente en sus comparecencias parlamentarias. Los medios en crisis ya venían perdiendo audiencia y prestigio, se prodigaron despidos selectivos, cierres y EREs. De sus víctimas surgieron periódicos de Internet con propósito de ser competitivos. Buscando las rendijas de la posibilidad como había anticipado el gran teórico John P. Barlow. Uno de los primeros, eldiario.es fundado por Ignacio Escolar tras ser despedido de la dirección de Público. Más de trescientos medios de Internet se pusieron en marcha en estos años, con mucho esfuerzo y desigual fortuna. La oferta informativa, el periodismo, se ha transformado con ellos.
Asistí al nacimiento de eldiario.es desde el principio. A la sensatez, preparación y entusiasmo del equipo inicial. Formé parte hasta de la “precuela”: Zona Crítica se publicó a partir de Mayo de 2012, abriendo paso a eldiario.es que se estrenó el 18 de septiembre. “Aguirre se va retando a Rajoy” y “El oscuro rastro del sucesor, Ignacio González” fueron noticias del día. La viñeta de Manel Fontdevila lo completaba. La economía con “El banco malo comprará activos tóxicos casi a la mitad de su valor”. Reportaje destacado “La Alemania que no se ve”, la precariedad en el país que domina la UE y nos ponen de modelo. Parece que fue ayer. Y cuántas cosas han cambiado.
eldiario.es contenía desde el inicio focos poco usuales en los medios: Desalambre, el blog de los derechos humanos, activismo y libertad de expresión. Con el tiempo se incorporaron otras secciones infrecuentes y que valoro como lectora: El Caballo de Nietzsche por los derechos de los animales, Retrones, visibilizando la discapacidad, por ejemplo. Y, poco a poco, se hizo apuesta clara por valores indispensables como la defensa del feminismo.
Las historias se trazan día a día y así han pasado cinco años completos. El propio Nacho Escolar destacaba las noticias exclusivas que cambiaron el rumbo diseñado de algunos atropellos. Con narices solemnes que se inflaron al ser descubiertas. Aunque falta mucho por hacer, muchas voces para informar sin coartadas. El periodismo independiente nunca fue fácil. En algunos momentos se torna realmente complicado.
La apenas una decena de periodistas de los primeros tiempos se han convertido en 70 en la ahora amplia redacción y, en el doble, contando las ediciones locales. Una redacción joven, con ideas e ímpetu. Los socios son ya más de 21.000, con lo largo que parecía el camino hacia los 5.000 primeros. Compruebo, por los comentarios, que muchos se sienten realmente involucrados en el proyecto. Produce una cercanía estimulante. Se entendía bien que en el kiosco se pagan los periódicos de papel, pero no se compra ni papel ni pantalla, sino su contenido.
Si todo pudo ser menos difícil, en el periodismo he sido una auténtica privilegiada. Trabajar en Informe Semanal cuando era un gran programa de reportajes, comprometido y valiente como pocos. Colaborar en El País cuando suponía el cénit y enorgullecía hacerlo. O formar parte de eldiario.es, un medio renovador, el periodismo real en el siglo XXI, que se ha vuelto indispensable a través de estos cinco años de vida.
Resalta aún más si se mira alrededor. Cuando veo las peripecias que pasan otros periodistas, sus sonrojantes cesiones, pienso lo afortunada que soy por estar aquí. Otra vez. Escribo sobre el tema que elijo, lo que quiero, como quiero, según mi propio criterio. Reconozco que dada la escandalosa actualidad y los tiempos que corren, a veces son de temer reacciones. eldiario.es las afronta. Oigo a periodistas quejosos de las críticas a la peligrosa involución que sufrimos los ciudadanos en España, ellos halagan al poder con total libertad. Publico en Zona Crítica con gente honesta, a través de opiniones diferentes que a veces no comparto y a veces me entusiasman. Me siento parte de lo que eldiario.es implica.
El periodismo es esencial en tiempos difíciles como estos. No es opinable -por mucho que se grite- que estamos perdiendo derechos, es una realidad constatable. Los derechos se ganan todos los días y el derecho a la información veraz es básico porque termina siendo instrumento para llegar a los demás, para saber por qué mantenerlos. Seguir relativizando valores esenciales, la verdad, la democracia, la justicia, nos conduce al abismo. Hay que seguir andando en suelo firme, con bases sólidas. Considero necesario apoyar el periodismo honesto. Yendo al kiosco virtual, haciéndose socio. Gracias, si eligen el nuestro. Y gracias sobre todo a los que ya están ahí cada día.