España necesita otro rescate: uno moral
En el Congreso de los Diputados no hay tiempo para una comisión de investigación sobre Bankia o para una comparecencia del presidente del Gobierno explicando el rescate a España. Están muy ocupados con otras cosas. Hoy llega al parlamento la ley contra las pitadas al himno. Se ha tramitado de urgencia.
En el resto de Europa, un rescate suele conllevar la caída del Gobierno o la convocatoria de elecciones anticipadas. No así en España. Aquí el rescate es un éxito y no merece siquiera que Rajoy lo explique ante la cámara donde reside la soberanía popular, que no es el estadio donde juega la selección en Polonia. more
El máximo responsable de los jueces españoles sigue encastillado y en el Supremo debaten qué hacer. No acaban de tener claro si es delito gastar varios miles de euros del dinero de los españoles en cenar con su amigo: un escolta ascendido a asistente personal y jefe de seguridad al que le han dado más medallas que a Rambo. De la responsabilidad política mejor no hablamos. Como dice el Gran Wyoming, dimitir en España es como cenar a las 7: algo que solo se hace en el resto de Europa.
El consejero de Economía de la Comunidad Madrid, Percival Manglano, presume ayer por la mañana del éxito del rescate: “Es una buena noticia porque la bolsa está subiendo y la prima de riesgo está bajando”. Por la tarde, la Bolsa baja, la prima sube y el consejero calla.
La policía detiene en Fuenlabrada a un hombre por abuchear a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Es la misma Esperanza Aguirre que hace no tanto aplaudía los abucheos a Zapatero como una muestra de libertad de expresión. Es una libertad de expresión no transitiva.
Pese al éxito de esa “línea de crédito” que nos han dado, la prensa internacional ya habla de que hará falta un segundo rescate para España. Tienen toda la razón, pero no solo es cuestión de dinero: hace falta un rescate moral de este país si no queremos que se hunda en un pantano.