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Una fiestaca de la democracia

Lucía Lijtmaer

¿Te acuerdas de restregar olivas contra la piel?, dice alguien y seguimos caminando entre los hierbajos, cerca de los restos de un polígono industrial. Yo lo había olvidado, jugo verde entre las yemas verdes, el olor a viento, hasta las uñas se teñían de verde por el perfume. Me parece oír una música, lejana, allí a lo lejos, allí dónde están pasando cosas, mientras nosotros seguimos caminando entre las hierbas.

Poco a poco nos acercamos a la vía del tren, y alguien susurra una melodía: “sensible, sensible, sensible” repite el estribillo, y juro que puedo oír algo, pero lo único que hay delante es una vía del tren y la piedra caliza del polígono en ruinas. Cómo molan los edificios viejos, joder, deberíamos volver y hacer algo aquí algún día, tengo hambre, cuanto falta, cuando llegamos, mientras seguimos caminando, y parece que no pasa nada.

Se agita algo parecido al trigo por el viento pero no puede ser trigo, no aquí y no ahora pienso. Es imposible que sea trigo, aquí en este lugar que no es nada, en este espacio que no es. De pequeños comíamos flores fritas, ¿sabes lo que son? Aquí no tenéis flores fritas, es una lástima, es el sabor de la fiesta. ¿Te acuerdas de las flores? “Sensible, sensible, sensible...¡A VOLAR!”, otra vez esa melodía repetitiva, debe ser de un móvil, o de no sé qué, creo que a alguien le han empezado a sangrar los pies pero no podemos parar ahora, ahora no.

Se abre una explanada y, por fin, vemos una fotografía, ampliada, de lo que parece un rostro enorme, sonriente, monstruoso. “Tú eres el futuro. Hoy decides tú... ADELANTE”. La fotografía, azulada, parece agitarse por el viento. Las voces de la música imaginaria retumban entre nosotros, y vuelvo a mirar al suelo. A nuestros pies, la sangre. Se me acerca un chico con los ojos en blanco, y me dice: “Aquí sólo hay cuarenta gestores hablando, pero los niños están allí fuera, quemando a los traidores. Sí, los niños están ahí fuera, bailando alrededor de una hoguera”.

Y de repente, alguien me sacude del hombro y abro los ojos y todo está oscuro.

-Joder, ¿te has vuelto a dormir antes de que acabe la peli?

-Sí, tío. Y he soñado que eran las elecciones.

-¿Quién ganaba?

-Creo que Paco Pil.

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