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Guantadas te da la vida

Cerezo y Florentino
22 de abril de 2021 01:59 h

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“Mi forma de bromear es decir la verdad. Es la broma más divertida del mundo”

George Bernard Shaw

Una no sabe si pensar que personas como José María Franco son el ejemplo de hombre más gafe del mundo o si, por el contrario, les persigue una baraka digna de admiración. Es difícil saber si hay que compadecerle por los campos minados que se despliegan a su paso o por su facultad para atravesarlos finalmente como un pistolero dotado de angélicas alas. 

Ha vuelto a pasar. Tras sortear las cargas de profundidad de los adversarios políticos por las manifestaciones masivas del 8M, y de jueces que les hacen el juego, y asumir una imputación espuria y la participación en una instrucción penal de la que finalmente salió cuando quedó claro que había más posibilidades de que se quemaran los inquisidores que de que se chamuscara él, fue navegando hasta su reciente nombramiento como secretario de Estado de Deporte. Llegar y besar el santo. Le arman la Superliga. En medio del fuego cruzado, cauteloso la deja botando, “escucharemos a todas las partes” y poco después, como por arte de magia, el guantazo se lo lleva Florentino. ¿Es potra o no es potra?

Lo de Florentino es otra cosa, porque se la acaba de llevar a mano abierta. Nadie recuerda otro fracaso más fulgurante de este hombre, que es en sí mismo la metáfora exacta del poder madrileño. No contaba con ello. Ni él ni sus escuderos. Quizá por eso España fue el único país en el que aficiones, periodistas deportivos, entrenadores, socios y mundo en general se mantuvieron tan callados o se subieron con tanto frenesí al entusiasmo. A nadie se le pasó por la cabeza que Florentino se hubiera tirado a una piscina sin agua ni que su soberbia pudiera recibir un golpetazo a mano abierta. Después de llevar preparándolo desde 2016, y de reventarlo en el momento que ha querido, aún le sale el tiro por la culata. Yo no entiendo nada de fútbol, pero me chocó sobremanera que contando desde las primeras horas con la oposición de Macron y otros líderes europeos y con la tibia, muy tibia, del Gobierno español, todo el mundo diera por sentado que el pulso entre particulares con mucha pasta y clubes de élite frente a las estructuras nacionales, estatales y europeas fuera a salir sí o sí. “Fuck Pérez”, gritaban los hinchas ingleses. Guantadas te da la vida.

Aquí no me resisto a mencionar el papelón del juez de lo Mercantil que, desde la misma Gran Vía madrileña, e “inaudita parte” le prohíbe a la UEFA, a la FIFA -ambas con sede en Suiza y fuera de la UE- al sursuncorda y al que pase por allí que ni siquiera contradigan a Su Florentineza. El auto se presta al chascarrillo, porque como me escribió un colega suyo: “después de esto, esperemos que cunda el ejemplo y que el Tribunal de las Aguas de Valencia resuelva el problema secular de la salida al mar de Bolivia”. No me nieguen que, a veces, no tienen coña, algunos jueces. Ruiz de Lara, el adalid de la Superliga, es un magistrado con un criterio peculiar. Es el juez que come con Macarena Olona de Vox, la considera la dama blanca de la independencia de los jueces españoles y además lo cuelga en Caracaja. Todo, claro, dentro de su más estricta imparcialidad.  

Enlazando. Otros que se la han llevado buena han sido los jueces de derechas. Esos, que se hinchan hasta 2.500 sin preguntar, y que también pretenden estar por encima de los intereses de la propia nación a la que quieren servir. Fueron a Europa por lana y volvieron con una guantada pero, eso sí, alumnos preclaros que son de los tiempos que corren, nos la intentan vender en los medios amigos, los que sirven los mismos intereses políticos que ellos, como un pulso que han ganado. Tuvieron la indignidad de comparar a su país con los países iliberales, cuya democracia está en cuestión, y hasta de pedir que nos aplicaran el artículo 7 del convenio para impedir que llegaran las ayudas millonarias que sus compatriotas esperamos como agua de mayo para salir del hoyo de la pandemia. Hasta ahí llegó su deslealtad. “El de España no es en absoluto el escenario del artículo 7”, les ha dicho Didier Reynders, Comisario de Justicia de la UE, y no se les cae la cara de vergüenza de haber hecho esta comparación, ellos que son juristas y no trumpistas de tres al cuarto.

Europa ha respondido ya y les ha dicho que la reforma aprobada por la soberanía nacional española, en el Parlamento, para hacer entrar “en funciones” al CGPJ cuando caduque su mandato entra dentro de la lógica y los estándares democráticos. Eso es lo que ha dicho la Comisión Europea además, claro, de urgir “no sólo a los partidos del Gobierno sino a todos los demás a que culminen la renovación del CGPJ”. Vaya guantada. Sólo podrían ahora, por pura coherencia y pura demostración de su falta de motivación política, escribirle otra carta de los 2.500 a Casado exigiéndole que se siente a renovar sí o sí, tal y como estipula le ley española actual, esa a cuyo imperio las togas se deben someter. ¿Veremos una carta inflamada y ese pulso de las asociaciones de jueces de derechas al líder del Partido Popular? Para que quieren que les diga que sí, si saben como yo que no. 

Muy por el contrario, las portadas amigas se han volcado en decirnos que los jueces han forzado al Gobierno a retirar una reforma pendiente de tramitar que pretendía rebajar las mayorías constitucionales para elegir a los vocales. Pírrica victoria, puesto que nunca ha existido una posibilidad real de que tal reforma viera la luz. Yo ya les conté que pareciéndome lógica y lícita la restricción de funciones al caducar el mandato, me parecía inconstitucional la pretensión de rebajar las mayorías. Los socialistas siempre lo han visto así e incluso Podemos, que presionó para ponerla sobre la mesa, sabía que era una jugada de máximos que iba a servir más como órdago que como realidad. En resumen, que nadie pensaba ya en tramitar esa reforma que estaba en vía muerta. Ahora nos cuentan que le han ganado un pulso al Gobierno. Que una guantada no te estropee un titular ni una guerra corporativa. 

Hay esperanza. Aún pueden caer más guantazos antes de acabar el día. Si los pecados de lesa soberbia aún pueden tener castigo, sentémonos a esperar en qué acaba todo esto. Podríamos ver cosas en la Puerta del Sol más extrañas que en la Puerta de Tannhäuser. Podríamos ver a la Junta Electoral retirar los infames carteles de Vox, a Gabilondo sacando energía y pasión en la campaña o a Ayuso mordiendo el polvo. 

La vida aún da guantadas. Atentos a sus pantallas. 

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