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¿Hablar o no hablar de la extrema derecha?

Vox logra ser el partido más votado en más de 60 municipios de la Comunidad de Madrid, sobre todo en el sur

Sílvia Claveria

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Desde que han empezado a surgir partidos de extrema derecha con fuerza en toda Europa se ha hablado como se podía combatir esta expansión. Algunos pensaron que hacer un cordón sanitario y excluirlos de las instituciones era una buena idea para mostrar que no se pueden normalizar estos partidos. Otros, se han planteado si era mejor rebatir los postulados de la extrema derecha para cuestionarlos o no hacerlo para reducir su visibilidad. Hasta ahora no hay una posición clara.

Dentro de este debate, la semana pasada saltó una polémica sobre la publicación de un reportaje sobre los votantes del partido Vox. Había dos bandos, aquellos que defiende la información y consideran imprescindible saber y conocer qué pasa en la sociedad. Y aquellos que asumían que la publicación de determinadas noticias sobre partidos de extrema derecha solo publicita esta formación política e incluso la blanquea.

Lo que concluyen las investigaciones es que cuando los medios cubren en mayor medida a estos partidos y publican más noticias, aumenta el voto a los mismos. Se podría pensar que la relación causal es a la inversa, es decir, que a medida que estos partidos van teniendo apoyos, los medios de comunicación se hacen eco. Sin embargo, queda claro que los medios ejercen una influencia en los ciudadanos, ampliando o reduciendo el apoyo a determinadas formaciones.

Los resultados de estos estudios muestran que, en el Reino Unido, los medios de comunicación dieron una mayor cobertura a partido de UKIP de lo que le correspondía por su peso en el sistema. Eso tuvo consecuencias en la visibilización, conocimiento y, en última instancia, en su apoyo. También, otros estudios muestran que los medios de comunicación que se centran en temas que los partidos de extrema derecha los lleva como bandera, también aumenta su apoyo. Por ejemplo, en Flandes, temas relacionados con la inmigración y el crimen recibieron una atención extensa por parte de la televisión, y esto conllevó a un aumento del crecimiento electoral del Vlaams Blok (partido de extrema derecha). También en Países Bajos encuentran que la cantidad de cobertura mediática de temas relacionados con la inmigración se asocia con un aumento posterior en los votos de los partidos antiinmigrantes. Además, este tipo de foco ayuda a considerar a los políticos como convencionales dentro del sistema.

Así, publicar sobre estos temas pueden incrementar el apoyo electoral hacia ese tipo de partido. Sin embargo, limitar las noticias sobre formaciones de extrema derecha o reducir la publicación de estudios sobre estos temas también puede resultar peligroso. El debate debe estar más en el cómo se abordan determinados temas, más que qué temas se pueden publicar o no. La forma de publicar estas informaciones, es decir, el marco en el cual se insertan, la contextualización o la reducción de la difusión de bulos o fake news son de vital importancia para encuadrar e influir a la población. De esta manera, que los ciudadanos tengan la mayor información posible sin validar el retroceso de los derechos humanos.

Los medios de comunicación son una parte esencial de la democracia y hacen de transmisores y altavoces entre los partidos o el poder y la ciudadanía. Así que, como se ha demostrado, ejercen un poder en cómo se entiende la realidad. Los medios deben poder hablar de todo, pero creo que cada vez más los medios deben estudiar cómo se presentan las noticias.

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