El Joker Montoro ataca de nuevo
Encantado en su papel de malo oficial del gobierno, el Joker Montoro ha perpetrado otro de sus golpes perfectos. Esta vez le ha tocado al ayuntamiento de Madrid por cuestionar una de las normas inviolables de los fetichistas del déficit: la regla de gasto. Como es bien sabido, para este gobierno no existe sobre la faz de la Tierra nada más sagrado que el cumplimiento de la ley; ahí tienen ustedes sin ir más lejos su ejemplar amnistía fiscal, tan aplaudida por un órgano tan manirroto y antisistema como el Tribunal Constitucional.
El golpe es maestro en cuanto que resulta asombroso que aún se discuta la finalidad partidista de la intervención de un gobierno central que ha aumentado la deuda pública en casi treinta puntos y ha incumplido sistemáticamente sus objetivos particulares de déficit, salvando el global gracias a Autonomías y Ayuntamientos, frente a un ayuntamiento de Madrid que cierra sus ejercicios con superávit y ha reducido su deuda en más de una tercera parte; tras heredar un problema que suponía la mitad del total de la deuda municipal española.
Confrontado a la realidad de que otros ayuntamientos y comunidades incumplen sistemáticamente una discutible regla de gasto en proceso de revisión y ante un inminente cambio, el Joker Montoro replica con otro golpe maestro y alega la inadmisible actitud de reiteración en el incumplimiento. Un argumento tan económico y de tanta validez legal como quitarle la paga a un hijo porque te contesta mal o no te gusta su tono. Si se trata de cumplir la ley, ésta es igual para todos y no se administra a discreción. Por eso se llama ley, sino se llama abuso.
Empoderado en su papel de líder de la oposición de los gobiernos del cambio, la intervención del ayuntamiento de Madrid se ha producido con las dos marcas distintivas de nuestro Joker: un considerable lio en los cálculos empleados para justificarla, cambiando de criterio y de números a conveniencia, y la habitual dosis de moralina y paternalismo economicista. El mensaje es bien sencillo: el buen administrador, el gobierno del PP, mete en cintura a los malos administradores, todos los gobiernos que no son del PP.
Un rápido repaso a los grandes éxitos del ministro Montoro acredita su extraordinaria habilidad para salir impune de la ruina. Una amnistía fiscal condenada por el TC, una intervención en Bankia que triplicó sus costes gracias a su incompetencia y la del ministro De Guindos, subidas de impuestos generalizadas a los grupos más gravados y castigados por la crisis, cinco años de incumplimiento de sus objetivos de déficit a pesar de haber forzado el despido de miles de trabajadores públicos y haber devuelto nuestra inversión en servicios públicos a valores del siglo pasado… Echar gente, reducir servicios y transferir costes a los administrados; sólo alguien dotado para el mal como el Joker puede impartir lecciones de economía y buen gobierno con semejante historial. A lo mejor por eso Montoro se ríe tanto.