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Hasta aquí llegó Feijóo

El líder del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo , durante la primera sesión del debate de investidura
26 de septiembre de 2023 22:35 h

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Ya pueden ponerle un azulejo a Núñez Feijóo en el Congreso, a la manera de aquellas inscripciones que en los pueblos marcan la altura a la que llegaron las aguas en la crecida del río: “Hasta aquí llegó Feijóo”. No va más. Su carrera política ha tocado techo con su simulacro de investidura, y a partir de aquí solo le queda aguantar lo que pueda ahí arriba, y luego rodar cuesta abajo sin remedio.

Si echa la vista atrás, el líder del PP verá que su carrera ha sido un continuo ascenso, subir y subir sin parar: de técnico de Consellería pasó a secretario general, de ahí a conselleiro, luego vicepresidente de la Xunta, después se hizo con el liderazgo del PP gallego, desde allí ganó la presidencia de la Xunta, fue encadenando una, dos, tres y hasta cuatro mayorías absolutas en Galicia, se convirtió en presidente del PP nacional, “ganó” las elecciones generales, consiguió que el rey lo propusiese como candidato, y celebró su debate de investidura. Top, cima. Hasta aquí llegó Feijóo. No le queda terreno para seguir subiendo, le espera el otro lado de la colina.

Su discurso en el Congreso, con el prólogo de la concentración del domingo, sonó a lo mismo: hasta aquí he llegado, no doy más. Después de hacernos perder un mes, se bajó de su propia investidura antes de celebrarse, asumiendo su fracaso, y cuando apareció en la tribuna del Congreso era ya un hombre derrotado, por mucho que sacase pecho rodeado de sus barones. Dio hasta pena oírle repetir varias veces que él ganó las elecciones, que Sánchez nunca ha tenido sus 137 escaños. “Tengo a mi alcance los votos para ser presidente del gobierno”, insistió, aclarando que no es presidente porque no quiere, que renuncia por dignidad, porque tiene “principios, límites y palabra”, esperando pasar así a la historia. Como si los ciudadanos no supiéramos echar cuentas de los diputados que tiene y los que tendría y dejaría de tener en caso de ser “indigno”.

La única esperanza de Feijóo es que no haya gobierno, que descarrile la investidura de Sánchez y haya repetición de elecciones. Si eso no ocurre, y lo más probable es que no ocurra, Feijóo rezará por una legislatura corta mientras escucha el “tic-tac” de su carrera política. Es verdad que los anteriores líderes del PP que llegaron a presidir el gobierno necesitaron una temporada previa en la oposición. Pero los tiempos son otros, corren más deprisa, no conceden segundas oportunidades, y la política se ha convertido en una picadora de carne. A Feijóo la legislatura se le puede hacer muuuuuy larga, más incluso que este último mes.

El que un día fue vendido como la gran esperanza de la derecha española, el hombre de Estado que vendría de Galicia a reconquistar el gobierno, se ha quedado sin escalera por la que seguir subiendo. Siempre podrá consolarse con las portadas y tertulias de la derecha mediática al día siguiente de su no investidura. Las mismas portadas y tertulias que celebraban a Casado hasta poco antes de su caída.

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