Esta navidad, no se la jueguen a la lotería
A la vista de tantos comportamientos y actitudes como estamos presenciando, no queda más remedio que concluir que muchos entre nosotros han decidido afrontar el riesgo de contagio igual que gestionan la posibilidad de que les toque la lotería de navidad. Hágame caso. Se equivocan. Aunque estemos igual que en el verano, todos esperando a que otro nos diga qué debemos hacer, no se la juegue en la lotería del coronavirus porque, a diferencia de la otra, sí existen muchas posibilidades de que le toque.
Las excusas para jugársela abundan y parecen perfectas, lo reconozco. El gobierno central cogobierna tanto que trata a las autonomías como el abuelo trataba a Heidi. Las autonomías se muestran tan celosas de su autogobierno que les cuesta moverse sin un manual de instrucciones claro dictado por la autoridad de toda la vida. Los ayuntamientos creen tanto en lo local que no pueden hacer otra cosa que estar a la espera. Si no lo prohíben, será que se puede hacer. Si algo malo pasa tenemos no una, sino tres administraciones para culpar. Resulta fácil y cómodo participar en semejante sorteo. Pero solo los idiotas y los jugadores dejan su suerte en manos de otros.
“Quédate en casa, que es lo único que sabemos que funciona”; nos dicen con sus palabras y gestos más adustos nuestros gobernantes. “Sal y consume, que no tiene por qué no resultar seguro si se siguen las instrucciones”; nos invitan con la mejor de las sonrisas. Si algo pasa, la culpa siempre será nuestra por quedarnos en casa y no salir a comprar o al revés, lo que les cuadre mejor; el truco más viejo del mundo.
No cedan a su chantaje. Nuestro trabajo no es salvar a la hostelería, o al comercio, o a la cultura; es el suyo. España no puede seguir gastando la mitad de lo que invierten Alemania o Italia en ayudar a los sectores que todos sabemos que deben cerrar para detener los contagios. No pagamos impuestos para tener que ir a salvarlos nosotros consumiendo entre las diez y las cinco de la tarde. Que los gobiernos gasten nuestro dinero donde deben y dejen de pedirnos que apostemos a la lotería.
Ni soy un experto, ni pretendo serlo; pero escucho a los verdaderos expertos, aplico el sentido común y algo de prudencia, que ya dijo Calderón de la Barca que era la madre del valor. Los números no mienten y únicamente engañan a quien se quiere dejar engañar. Los científicos y sanitarios no pueden estar hablando más claro, solo quien no quiere escucharlos puede usarlos como coartada. No estamos esperando la tercera ola. Ya está aquí y la vacuna valdrá para detener la cuarta, pero, por desgracia, esta ya no.
Ni compre ni regale más décimos de coronavirus, que ya hemos adquirido demasiados unos por los otros. No celebre la navidad “como siempre, pero con mascarilla”, no viaje, no visite a su familia, reúnase solo con convivientes, no baje la guardia porque la mejor vacuna que tenemos y funciona continuamos siendo nosotros. El año que viene será el nuestro. No lo dude. Bo nadal a todas y todos.
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