La UCO implica al secretario de Organización del PP en un supuesto cobro de comisiones. En varias grabaciones, la mano derecha de Feijóo y su antecesor en el cargo hablan de mordidas por obras públicas: “550.000 y de ahí descontamos”. Según la UCO, el número dos del PP era el encargado de “gestionar los pagos” de las adjudicatarias de obras. El Supremo halla “consistentes indicios” y podría imputar al hombre de confianza de Feijóo por integración en organización criminal y cohecho. El secretario de Organización del PP también habría amañado las primarias que ganó Feijóo: “Mete las dos papeletas sin que nadie te vea”. En rueda de prensa el líder del PP ha pedido perdón y se ha mostrado “decepcionado”, pero asegura que no sabía nada, que se ha enterado hoy: “no debí confiar en él”.
No te frotes los ojos, has leído bien. En el párrafo anterior he copiado titulares de este jueves: Santos Cerdán, PSOE, Pedro Sánchez. Pero le he aplicado el filtro “si lo hubiera hecho el PP”, a ver si así lo vemos más claro. Es un filtro muy útil, yo lo tengo instalado en el móvil, y lo uso cada vez que el Gobierno progresista hace una cagada. Me enfado, pero poco, hasta que le aplico el filtro “si lo hubiera hecho el PP”, y entonces me enfado mucho más.
Todo lo desvelado este jueves es muy grave: Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, sucesor en el cargo de Ábalos, hombre de total confianza de Pedro Sánchez desde que llegó a la secretaría general… Muy grave. Pero no sé si los votantes progresistas somos conscientes de la gravedad, o sin querer le quitamos hierro porque nos pueden los sesgos (qué malos, pero al menos son de los míos) y los miedos (qué malos, pero al menos no gobierna la derecha con la ultraderecha).
Hasta que a la noticia le pasas el filtro “si lo hubiera hecho el PP”, y bum. Pero bum y bum. Joder. Qué destrozo. Qué decepción. Qué asco. Qué depresión. “Si lo hubiera hecho el PP” estaríamos mucho mas cabreados y asqueados de lo que estamos. Y deberíamos estarlo siendo el PSOE, siendo el mismo Sánchez que llegó echando a un gobierno corrupto. Muy cabreados y muy asqueados.
El daño al PSOE, a Sumar como socio de gobierno, a los partidos que lo apoyan en el Congreso, a lo que queda de legislatura y a las expectativas de la izquierda para las próximas elecciones, es enorme. Bum. Porque además, en un momento de acoso y derribo contra el Gobierno, con la derecha política, mediática y judicial disparando calibre grueso a diario, la defensa del gobierno queda muy, muy tocada. En el actual revoltijo de acusaciones, investigaciones, filtraciones y actuaciones judiciales, llega el caso Cerdán y lo iguala todo por abajo: si esto es verdad, todo lo demás puede ser verdad.
Dijo Sánchez en su rueda de prensa que, entre todas las acusaciones que le lanzan a diario, “algunas tienen sustento y otras nada tienen que ver con la realidad, no son verdad, son bulos”. Pero es que lo de Cerdán era un bulo hasta ayer. A partir de ahora, Sánchez puede sufrir una especie de falacia de generalización apresurada: que más gente piense que, si lo de Cerdán ha acabado siendo verdad, entonces todo lo demás también puede ser verdad: Begoña Gómez, el hermano de Sánchez, el fiscal general, Leire Díez…
Le va a costar al PP recuperar su credibilidad. Perdón, quería decir PSOE, que no había apagado el filtro.