Abascal, la República, el golpe de estado y la dictadura

El pasado 14 de abril, en el Congreso de los Diputados, el presidente de VOX, Santiago Abascal, se permitió calificar a la II República Española, de cuya proclamación se cumplían 90 años, como un “régimen criminal”, justificando, por ese motivo, la rebelión militar de 1936 y la guerra civil.

No sorprende demasiado, pues no es la primera vez que el líder de la ultraderecha española, lo mismo que hacen muchos de los suyos, justifica aquel golpe de estado y demoniza, calificándola como criminal, a la república constitucional y democrática contra la que se perpetró, pero, en esta ocasión, en una vuelta de tuerca más, lo hizo en el Parlamento, el templo de la democracia española, en el que ya, con anterioridad, también había afirmado que el gobierno actual es peor que todos los gobiernos de la dictadura franquista.

No voy a responderle yo a Abascal sobre su referencia a la II República, sino que le cedo la palabra al Parlamento Europeo, cuya resolución del 19 de septiembre del 2019, en la que se condena el revisionismo histórico, dice, textualmente:

“El Gobierno de la República española, legítimo, constitucional y democráticamente elegido, fue derribado por un golpe de estado. Quien dirigió aquel alzamiento, el general Franco, fue un dictador y su régimen practicó la persecución y la eliminación sistemática de los adversarios políticos”.

Quiero recordar, a este respecto, que, en octubre del año pasado, ante unas declaraciones, similares a las de Abascal, del eurodiputado de Vox, Hermann Tertsch, en la sede de Estrasburgo, el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, salió al paso para censurar públicamente a Tertsch, recordándole esa resolución de 2019 y dejándole claro que “no es admisible que, bajo el amparo de la libertad de expresión, se pretenda la justificación y la defensa de ninguna dictadura en el Europarlamento”. Sasoli añadió, ante el pleno de la Eurocámara:

“Cuenten, en todo caso, con mi compromiso con la defensa de la libertad de expresión de todos y cada uno de los miembros de esta casa, pero también con la seguridad de que, en el ejercicio de la misma, no cabe la glorificación de ninguna dictadura”.

Más claro, el agua, Santiago Abascal.