El animal que cabalgamos

Todos los contendientes alegan tener razones para emprender las guerras, pero cuando estas estallan todo son sinrazones. La guerra en si misma es un acto irracional, un fracaso en nuestro intento de controlar el animal que cabalgamos.

Los inevitables conflictos humanos debiéramos resolverlos mediante la palabra, el diálogo, el acuerdo. Perdiendo un poco cada una de las partes, todas ganan un mucho; pero cuando desenvainamos la espada, todos perdemos. Y la primera víctima es la palabra. Después llega la sangre, la barbarie, los lamentos.

Lo que hizo Hamás en Israel el 7 de octubre fue abominable, pero lo que ahora está haciendo Israel, con el mirar para otro lado de la comunidad internacional, no deja de ser una limpieza étnica que esta convirtiendo Palestina en escombrera y cementerio. Al contrario de lo que nos cuenta el relato bíblico, esta guerra de David contra Goliat la ganará Goliat, pero no seré yo quien le aplauda.