Hace poco más de un mes que murió mi madre y pensaba que me había recuperado de su pérdida. Los antidepresivos van haciendo efecto. Esta mañana, las estelas de los aviones han dibujado una “X” en un cielo despejado así que, aburrido con el atasco matinal, he jugado con la idea de que era mi madre señalando el lugar que ocupa entre las nubes. De pronto, ha sonado “La gata bajo la lluvia” de Rocío Dúrcal en el coche. Era la canción favorita de mamá. He roto a llorar en el semáforo mientras esperaba a que la señal verde me permitiera continuar mi camino. Está tardando demasiado.