Cuestionar lo establecido

A veces ni siquiera los más íntimos y cercanos se esfuerzan en comprender tus posturas y postulados ante la vida. Si te sales de los cánones de las ideas y el comportamiento socialmente aceptado como normal, estas apañado. A veces uno se siente como la oveja rara del rebaño familiar y social.

De manera que, como tampoco quieres ser un alma solitaria, uno termina integrado en la manada, aunque siempre pastando a unos metros de distancia. Y aunque pacer a distancia tiene sus riesgos y sinsabores, vale la pena ser diferente. Gracias al diferente, al que cuestiona lo establecido, el mundo progresa hacia nuevos horizontes.

Por ello, cuando alguien vaya en contra de los convencionalismos, de la ley de la costumbre o de las otras leyes, no lo vituperéis, no lo amordacéis, sino dadle una tribuna, un altavoz y escuchadle por si tuviera algo bueno que aportar a la justicia, a la libertad y al progreso.