En este blog publicamos los artículos y cartas más interesantes y relevantes que nos envíen nuestros socios. Si eres socio/a puedes enviar tu opinión desde aquí. Consulta nuestras normas y recomendaciones para participar.
Liderazgo en transformación
Estos días leíamos la tribuna de un reconocido psiquiatra en la que describía una crisis de liderazgo y prestigio e invitaba a encontrar respuestas dirigidas a la juventud sobre para qué sirve el esfuerzo, sacrificio y responsabilidad que conlleva el liderazgo. Nos hemos sentido interpeladas, y agradecemos al reputado autor plantear este tema, pues somos esas profesionales ya no tan “jóvenes” (nacidas en los 80), que seguimos responsabilizándonos de nuestra profesión y de nuestro entorno, y que, tal vez en el futuro (recordemos que la mayoría de las cátedras se logran a partir de los 50 años, y lo mismo puede decirse de las jefaturas de servicio, los premios Nobel a los 60) podamos ejercer ese rol (o no). Sin pretensión de representar a toda nuestra generación, estamos lejos de considerar que hay una crisis de valores generalizada (idea prevaricadora en la historia humana), pero sí creemos que hay valores en crisis. Por ejemplo, pensamos que ese “esfuerzo” que llevaba a ejercer liderazgos profesionales en anteriores generaciones quedaba reservado a los varones de una determinada clase social (que delegaban, en su mayoría, otras importantes responsabilidades, como las familiares y del propio cuidado en otras personas). Por otra parte, la autoridad y la concentración del poder y del conocimiento también se ha visto cuestionada, y la complejidad y competitividad de las carreras investigadoras y profesionales es muy alta.
Atendiendo a datos objetivos, la producción científica en España no para de crecer. Y los criterios de evaluación docente e investigadora son exigentes y exigidos. La ratio (y competitividad del examen) de personas candidatas a la formación sanitaria especializada se mantiene elevadísima en especialidades como psicología clínica. Si calibramos el esfuerzo en el ámbito asistencial, la jornada laboral de los residentes MIR supera las horas que la directiva europea establece, y la sobrecarga asistencial en ámbitos como la atención primaria o los servicios de salud mental es incuestionable. Y si tenemos en cuenta los numerosos análisis que colocan al sistema sanitario español en puestos altos en términos de eficiencia y calidad asistencial, convendremos en que nuestros profesionales sanitarios están haciendo, en su mayoría, un buen trabajo.
Coincidimos con el autor en que las contribuciones investigadoras, docentes, formativas y de gestión deberían ser tenidas en cuenta de forma efectiva en los procesos selectivos y en la carrera profesional sanitaria. Pero también que hay que seguir mejorando los mecanismos que hacen eso posible (p. ej. aumentar las plazas vinculadas de profesorado), reducir las barreras que lo limitan (atender muchos más pacientes de lo recomendado no favorece la investigación) y desarrollar sin miedo el gobierno clínico.
Para contribuir al debate sobre la existencia de una crisis de liderazgo, nosotras le damos un sentido distinto. Lo que está en transformación son los liderazgos actuales. Consideramos que el “profesionalismo” existe y que la motivación intrínseca es más efectiva que la extrínseca. Pensamos que, además del poder, dinero o prestigio (imagen, valor que el otro te da, pura postverdad en cierto sentido), hay otros valores a reivindicar en el liderazgo y la gestión (organizacional, docente o investigadora), como contribuir a mejorar el funcionamiento de los servicios públicos, de lo común, o querer que la ciencia y el conocimiento avancen. Pero también creemos en el valor de los liderazgos que trabajan desde la ética del cuidado, que buscan que su equipo viva (y no solo produzca) mejor. Y en los colaborativos, como corresponde a los grupos humanos altamente especializados y profesionalizados, que generan conciencia de responsabilidad individual y grupal, que hacen que sus miembros tengan voz y autonomía. Pues a la cátedra, jefatura o premio Nobel no llega ninguna persona en solitario, sino en un equipo y mediante una red de relaciones.
Llegando a este punto de nuestro recorrido profesional nos miramos a nosotras mismas, y a nuestros compañeros y compañeras de profesiones afines, y descartamos un esfuerzo pequeño o aspiraciones limitadas. Y quisiéramos que nuestras oportunidades, pero también nuestro empeño y compromiso, a veces más individualista y acomodado, es verdad, pero otras más ancho, pueda ser escuchado, para continuar con este valioso diálogo inter e intrageneracional.
Sobre este blog
En este blog publicamos los artículos y cartas más interesantes y relevantes que nos envíen nuestros socios. Si eres socio/a puedes enviar tu opinión desde aquí. Consulta nuestras normas y recomendaciones para participar.
0