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La tecnología para aumentar (o no) el agua disponibe: cuestión de escala
En estos años los efectos del cambio climático se están haciendo notar, incluso más intensamente que las previsiones, el menos regionalmente. Esto da lugar a artículos de prensa y otras informaciones u opiniones sobre el impacto de la mejora de la tecnología en la disminución, o no, del consumo de agua. También se incide en que la agricultura de riego consume, de forma general, entre el 70 y el 80% del agua disponible. Es bueno advertir, aunque no suele decirse que, de forma evidente, esto solo ocurre en países con grandes extensiones de regadío, como el nuestro, pero por supuesto no en Alemania, por ejemplo, donde el riego no es necesario.
Aunque me refiera en adelante al caso del regadío, lo mismo es aplicable a consumo humano, industrial, etc
Una cita muy común es, más o menos “la eficiencia en el uso de recursos puede provocar el aumento en su consumo en vez de reducirlo”, que es el subtítulo de una noticia publicada hoy en El País. Estoy de acuerdo con esto, con un matiz:
Conozco bastante bien el regadío andaluz y unos pocos de los trabajos más importantes que se realizan y publican sobre el mismo desde el punto de vista agrícola, hidrológico, ecológico, económico y, en algunos casos, con un enfoque holístico. Pues se puede afirmar que en el caso de Andalucía, con la mejora de la tecnología del riego ha crecido la superficie del regadío, pero no el agua consumida por este. Simplemente no hay más agua, y lo que se produce es un aumento de la carestía de agua para riego.
También es frecuente oír hablar del agua que “se pierde” como consecuencia de una tecnología antigua o inadecuada, o del escaso mantenimiento de las infraestructuras. Con esto estoy en completo desacuerdo: el agua, como cualquier materia (excepto en casos en los que sea aplicable la Relatividad) nunca se pierde.
. El agua que “se pierde” en una parcela de riego quizá puede ser utilizada de nuevo más abajo en la misma zona de riego, si surge y alimenta algún arroyo, y, con seguridad, más abajo en la cuenca del río. Solo es irrecuperable si “se pierde” en regadíos costeros y va directamente al mar.
Incluso la que “se pierde” y termina en aguas subterráneas (acuíferos) profundas, que sería económica y ecológicamente negativo recuperar en el mismo lugar, en la inmensa mayoría de los casos surgirá aguas abajo alimentando un arroyo o un río y podrá volver a ser utilizada de nuevo, de nuevo con la excepción de aguas subterráneas costeras.
Por eso en una cuenca (excepto en las muy pequeñas y costeras) cuando se consume toda el agua disponible con tecnología antigua o inadecuada, o con infraestructuras mal mantenidas, la mejora de la tecnología y/o las infraestructuras no aumenta el agua disponible. Mejorar todos esto tendrá muchos beneficios, pero entre ellos no está aumentar la disponibilidad de agua.
Una cosa es si se considera una escala local: una ciudad, una zona de riego… En este caso sí que con mejor tecnología y buenas infraestructuras bien mantenidas se dispondrá en ese lugar de mayor cantidad de agua.
Pero cuando se considera la situación de forma global, hay que hacerlo al menos con la perspectiva de una cuenca completa, y entonces resulta cierto que la tecnología y la mejora de las infraestructuras no incrementarán el agua disponible.
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