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Pedro Sánchez desconfía de que la antigua Convergència renuncie a un referéndum para investirle

Pedro Sánchez en una imagen de archivo.

Irene Castro

Pedro Sánchez no se cree que los independentistas catalanes vayan a apartar el referéndum de sus exigencias para apoyarle en una investidura. En Ferraz sostienen que el ofrecimiento de Francesc Homs de renunciar a la consulta por la independencia de Cataluña “ha durado horas” y evitan decir si el líder socialista aceptaría su apoyo si mantuviera su palabra. “No podemos hablar de supuestos”. Es la respuesta oficial. 

La negociación con las fuerzas políticas que defienden el derecho a la “autodeterminación, el referéndum o el separatismo” es la línea roja que impusieron los barones a Sánchez tras el 20D. Es la prohibición que aprobó el Comité Federal y que sigue en vigor, a pesar de que el secretario general defendió en una reunión de la dirección sacar “del limbo” al Partit Demòcrata Català (PDC, la antigua Convergència) y a ERC para la formación de Gobierno en Madrid. 

El portavoz de PDC en el Congreso, Francesc Homs, trasladó a Sánchez en una reunión discreta que mantuvieron hace unas semanas que el referéndum era una condición irrefutable para su partido. La puerta se cerraba. Sin embargo, tras declarar en el Tribunal Supremo, ha asegurado que lo “prioritario” es sacar a Mariano Rajoy de Moncloa. La puerta ha vuelto a abrirse. No obstante, ERC se ha negado rotundamente a apoyar a Sánchez si no promete una consulta. 

En el entorno de Sánchez evitan contestar al planteamiento inicial de Homs y aseguran que no se creen que vaya a renunciar al referéndum. “No tiene visos de prosperar -dicen fuentes oficiales de la dirección socialista-. No van a renunciar a la consulta”. Lo que dan por sentado es que ésta “no va a formar parte de las negociaciones”. No obstante, evitan pronunciarse sobre si Sánchez seguiría adelante en su intento por llegar a Moncloa con el apoyo de Unidos Podemos, ERC y PDC si se deja a un lado la consulta. “No podemos hablar de supuestos que no se van a producir”. 

Durante la campaña electoral, Sánchez aseguró que no dejaría descansar la gobernabilidad del país sobre las fuerzas que quieren marcharse de España. Por eso los llamamientos a desbancar a Rajoy se dirigen a Pablo Iglesias y a Albert Rivera, a quienes emplaza a levantarse “los vetos mutuos”.

Sin embargo, en el sector crítico con el secretario general recelan de sus movimientos y temen que lleve adelante “el gobierno Frankenstein”. “A poco que ERC dijera que sí, no te quepa duda -dice un dirigente territorial-. Lo que pasa es que ERC va a decir que no porque puede liderar el futuro en Cataluña si juega bien sus cartas agrega”. 

Los barones están convencidos de que desde Ferraz se está negociando con el resto de fuerzas en secreto. “Con los independentistas está hablando Iceta (primer secretario del PSC) y Compromís también está tanteando”, expresa un presidente autonómico. Lo cierto es que, a pesar del parón en las conversaciones directas de Sánchez con el resto de líderes, PSOE y Unidos Podemos están manteniendo contactos discretos

Los críticos con Sánchez ya han lanzado advertencias de que se oponen a un acuerdo con Iglesias que se vea sustentado por los independentistas.  “Nadie intentará llegar a un acuerdo, ni en A ni en B, con quien quiere romper el país”, afirmó Emiliano García-Page, que insinuó que Convergència es “tan derechas y tan corrupta” con el PP.

De hecho, la Ejecutiva regional de Castilla-La Mancha aprobó este lunes una resolución en la que aseguraban que el PSOE no puede “coaligarse, ni por activa ni por pasiva, con partidos independentistas que promueven, defienden e incluso, en algunos casos, quieren imponer un orden que no hemos votado los españoles en nuestra Constitución”. A los barones no les sirve que el referéndum salga de la mesa de negociación. 

“Puede llegar el momento en que un Gobierno de Sánchez esté apoyado por más fuerzas que defienden el referéndum en Cataluña que los que no”, expresa un exdirigente en referencia a los 85 escaños del PSOE frente a los 88 diputados de Unidos Podemos, ERC y PDC. 

A pesar estos recelos se suman los que provoca la opacidad de Sánchez respecto a sus planes. Las federaciones alejadas de Ferraz creen que sacará un as de la manga en algún momento para evitar rendir cuentas por los “catastróficos” resultados que esperan en Galicia y Euskadi, según los dirigentes consultados.

“No hay ninguna razón para que, si sometió el pacto con Ciudadanos a una consulta a la militancia aunque no iba a ningún sitio, no lo haga ahora. Tiene que fidelizar a los militantes”, expresa otro barón consultado por eldiario.es, que da por hecho que en ese punto, Sánchez tendría ganada cualquier cosa: un pacto con Unidos Podemos y los independentistas o, en su caso, mantener el rechazo al PP. 

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