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Rajoy y Sánchez muestran unidad y dureza frente a Torra y el auge de Ciudadanos

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez en su reunión en Moncloa.

Irene Castro

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez vuelven a ir de la mano ante el desafío independentista en Catalunya. La investidura de Quim Torra ha puesto sobre la mesa de nuevo el 155. Albert Rivera ha subido el tono al exigir que se prolongue la actual intervención de la Generalitat mientras que PP y PSOE le acusan de intentar rascar votos con el problema territorial ya que el acuerdo aprobado en el Senado deja claro que la aplicación decae en el momento en el que haya un Govern. No obstante, el presidente y el líder socialista han reaccionado rápido a las advertencias del president catalán sumando sus fuerzas y advirtiéndole de que no les temblará el pulso para poner en marcha de nuevo ese mecanismo constitucional y frenar sus aspiraciones independentistas. 

“No hubo independencia, ni hubo república, ni la va a haber”, sentenció Rajoy desde Sofía (Bulgaria). El presidente aseguró que en Catalunya solo puede haber un presidente, una legalidad y unas instituciones válidas en referencia al anuncio de Torra de crear un Consell de república y estructuras encaminadas a su consecución. 

El tono del presidente fue, no obstante, más conciliador que el del comunicado conjunto que emitió con Sánchez tras su encuentro en Moncloa y en un tono más bajo que el del líder del PSOE. No quiso poner “líneas rojas”: “Quiero que se recupere la normalidad”, aseveró. 

Sánchez advirtió a Torra de que si sigue el camino que ha dibujado hasta ahora “el 155 se activará con contundencia”. Tanto PP como PSOE reivindican la utilidad que tuvo la puesta en marcha de ese precepto constitucional en otoño como consecuencia de la declaración de independencia y reconocen el aprendizaje que supuso su ejecución por primera vez. 

Ahora admiten que sería más fácil tirar de la intervención de la Generalitat y dejan caer que la actuación de rechazo se produciría ante “cualquier intento de poner en marcha estructuras políticas distintas a las únicas válidas”. No sería necesario llegar al extremo de una nueva declaración de independencia. La sola creación de estructuras al margen de las que recogen la Constitución y el Estatut podría acarrear la respuesta del Gobierno y del PSOE.

“Veremos cuál es la medida que se toma, pero desde luego no vamos a permitir que se cuestione la legitimidad y la legalidad –ha dicho Sánchez–. Si toma ese camino el president, lógicamente tendrá que atenerse a las consecuencias”. “El debate no es si se tiene que aplicar el 155 es un debate superado, la respuesta es sí, la pregunta es qué 155”, ha reflexionado Sánchez. 

El líder del PSOE ha dejado claro que, en esta ocasión, el 155 no conduciría a unas nuevas elecciones; pero ni el PP ni los socialistas quieren entrar en qué supondría un nuevo acuerdo para intervenir la autonomía. “Todavía no hay elementos suficientes para las respuestas que se puedan dar al eventual desafío independentista”, ha explicado. Una opción puede ser intervenir aquellas competencias en las que se produzcan pasos hacia la independencia sin la necesidad de cesar a todo el Govern, como ocurrió en otoño. 

“Todas las opciones están abiertas”, dicen fuentes socialistas que aseguran que la respuesta que pacten con el Gobierno “será proporcional a lo que nos encontremos enfrente”.

La pelota está, por tanto, sobre el tejado de Torra; pero en el trasfondo del debate está Ciudadanos, su auge y su presión sobre el Gobierno ante la actuación en Catalunya. PP y PSOE ven en la actitud de Albert Rivera un intento por sacar rédito electoral del conflicto al plantear exigencias imposibles como la prolongación del 155. El texto que aprobó el Senado establece que las medidas de intervención estarían “vigentes” y serían de aplicación hasta la “toma de posesión del nuevo Gobierno de la Generalitat”. 

“No busquemos votos, busquemos el consenso para defender a nuestro país en torno al Gobierno si se produce cualquier eventual nuevo desafío y en función de los hechos”, ha expresado el coordinador general del PP, Fernando Martínez Maillo. “Rivera se ha aznarizado. Está haciendo lo que Aznar hacia en la oposición, que es usar Catalunya como la herramienta de confrontación territorial al intentar arrancar algunos votos”, ha reprochado Sánchez. 

Gobierno y PSOE han dejado a Ciudadanos fuera del acuerdo que han alcanzado este martes y le invitan a sumarse después. Rivera se verá con Rajoy el jueves. “Hemos trabajado bien en el pasado y espero que siga siendo así”, ha dicho Rajoy. No obstante, los socialistas recuerdan que Ciudadanos es la cuarta fuerza y que no es necesario para que una nueva aplicación del 155 salga adelante. Rajoy también priorizó a Sánchez en su anterior negociación. 

PP y PSOE se reivindican como partidos de gobierno frente a un Ciudadanos que por ahora solo tiene 32 escaños en el Congreso y que ser primera fuerza en Catalunya no ha sido suficiente para que gobierne. “Podemos decir que los dos grandes partidos de este país se mantienen unidos en la respuesta ante el desafío independentista”, ha expresado Martínez Maillo. 

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