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Albert Rivera renueva a los cabezas de lista para las elecciones por primera vez con contestación interna

Rivera no tiene rivales y su candidata gana el pulso en Castilla y León

Carmen Moraga

La decisión de Albert Rivera de imponer una renovación prácticamente total en las cabeceras de cartel de las elecciones autonómicas y en muchas listas a las generales en capitales de provincia, con polémicos fichajes de ex del PP y del PSOE, deja toda la responsabilidad de lo que pueda pasarle a Ciudadanos en las próximas citas con las urnas en el líder del partido y en sus más fieles colaboradores.

En el partido unos comparten sus directrices, otros contienen la respiración mientras unos pocos han empezado a expresar su preocupación en alto por la arriesgada estrategia del líder de optar también por cerrar el abanico de pactos, vetando al PSOE como futuro aliado y abocando con ello al partido a jugárselo todo a una carta: ganar por la derecha para poder encabezar un Gobierno con el PP y el apoyo de Vox.

Ese descontento interno por esa decisión se ha dejado aflorar por primera vez. Y no por cualquiera. El candidato europeo, Luis Garicano, no ha tenido reparos en confesar que no le gustó el acuerdo a tres en Andalucía ni la foto que se propició después en la madrileña Plaza de Colón junto con Pablo Casado y Santiago Abascal.

Tanto Garicano como algunos dirigentes regionales, e incluso miembros de la Ejecutiva, no ocultan que consideran un error “encadenarse” al PP y a Vox. También Manuel Valls, el candidato municipal por Barcelona, se ha desmarcado de la línea oficial. En una carta enviada a los líderes de PSOE, PP y al propio Rivera, Valls pide “un gran pacto que garantice la gobernabilidad de los partidos constitucionalistas, sin condicionamientos de formaciones políticas ajenas al orden constitucional”. Afirma que de lo contrario, tras las elecciones generales del 28 de abril se producirá “una crisis constitucional o una legislatura agitada”.

Pese a este contundente posicionamiento de Rivera en contra del PSOE, algunos dirigentes regionales de Ciudadanos esperan que tras las generales el líder les dé libertad para aliarse con quién consideren oportuno. “En las anteriores elecciones así fue”, recuerda uno de los candidatos que ahora no repite. “No podemos resignarnos a no gobernar en comunidades donde tengamos posibilidades de llegar a acuerdos bien con el PP o con el PSOE”, sostiene.

La baja participación en las primarias reflejan el poco entusiasmo interno

Los resultados de las primarias, conocidos este sábado, reflejan el escaso entusiasmo que han provocado los fichajes de Rivera y los cambios en los carteles entre la afiliación, ya de por si poco participativa. La lectura que hace alguno de los aspirantes en estos procesos es que la militancia demuestra así rechazo a algunas de las importantes decisiones -o imposiciones- de la cúpula del partido.

El propio Rivera ha visto que solo un 32% del censo nacional del partido -cifrado en 25.364 afiliados- votaba su candidatura a primarias para la presidencia del Gobierno. Es decir, únicamente le han respaldado 7.792 militantes. En el partido han preferido destacar que ese apoyo supone el “96%” frente a los otros 14 rivales, ninguno de peso. Rivera será proclamado este domingo oficialmente candidato a La Moncloa en un acto que oficiará el secretario general, José Manuel Villegas, y que se celebrará en Madrid.

Con todo, el caso de Inés Arrimadas es el más llamativo. Ha visto cómo su candidatura para encabezar la lista por Barcelona en las elecciones generales del 28A no ha despertado el interés de la militancia, ya que solo decidió votar en las primarias el 19% del censo provincial, lo que se interpreta por algunos miembros del partido como un gesto de 'castigo' por la decisión de Rivera de que abandone el liderazgo en Catalunya en unos momentos de tanta tensión.

En el partido también se lanzan críticas internas contra la decisión de colocar como 'cuneros' en las listas de las generales en Almería, Toledo y Granada a dirigentes de la Ejecutiva, como José Manuel Villegas, Juan Carlos Girauta, o Fran Hervías, que son catalanes.

El malestar por muchas de estas decisiones ha llevado al portavoz de Ciudadanos en la Diputación de Málaga y concejal en el Ayuntamiento de la capital, Gonzalo Sichar, a renunciar a sus cargos y a abandonar el partido asegurando que “se mueve siempre mirando el viento de las elecciones”. “Albert Rivera tiene al partido como una plataforma electoral personal”, declaró el pasado día 6 de marzo al periódico regional Malaga Hoy.

Otro sobresalto para la dirección ha sido la ajustada victoria de Silvia Clemente, la expresidenta del PP del Parlamento de Castilla y León, de dudoso pasado, frente al diputado y miembro de la Ejecutiva Francisco Igea. La crisis desatada allí va a pasarle factura a Rivera. De hecho varios cargos ya han anunciado que abandonaran Ciudadanos, mientras algunas voces cuestionan la limpieza de ese proceso.

Otro sobresalto para la dirección ha sido la ajustada victoria de Silvia Clementedudoso pasadoAunque allí ha habido una de las participaciones de las más altas -el 70%- en el resto de las primarias ha sido más bien baja, sin llegar en la mayoría de los casos -salvo algunas excepciones- al 35%.

Si en 2015 hubo precipitación e incluso improvisación para buscar candidatos, ahora la dirección del partido se ha asegurado que en las cabeceras de cartel figuren personas de “confianza”, bien de la propia organización o bien independientes “con talento” de “la sociedad civil” avalados por el propio Rivera.

Ni en Cantabria ni en la Comunidad Valenciana ha habido sorpresas. Los hasta ahora diputados nacionales Félix Álvarez y Toni Cantó, que estaban avalados por la dirección nacional, han ganado las primarias y dejan el Congreso.

En Aragón, Ciudadanos también cambia de cartel. Será el independiente Daniel Pérez Calvo -otra apuesta de la dirección-, una vez que la portavoz en las Cortes y miembro de la Ejecutiva nacional, Susana Gaspar, dio un paso atrás.

Igual ha ocurrido en Asturias en donde el exrector de la Universidad de Oviedo Juan Vázquez, la apuesta asturiana de Albert Rivera, será el próximo cabeza de cartel autonómico después de que el portavoz en la Junta General del Principado, Nicanor García, renunciara a competir por el cargo.

Una de las escasas sorpresas se ha dado en Baleares, en donde Xavier Pericay, líder regional del partido que se opuso al fichaje del ex presidente del PP, José Ramón Bauzá, ha sido derrotado por el empresario Marc Pérez-Ribas.

En Extremadura y La Rioja han quedado automáticamente proclamados los dos portavoces de los respectivos Comités Autonómicos, Cayetano Polo y Pablo Baena, al no haberse presentado nadie más a las primarias. Este último vio despejada su candidatura en La Rioja tras la renuncia forzada del portavoz parlamentario y anterior candidato, Diego Ubis, inmerso en un cruce de denuncias por el acoso laboral del que le acusa la diputada Rebeca Grajea -ahora en el grupo de No Adscritos- tras ser expedientada por Ciudadanos.

De modo que, salvo Ignacio Aguado, en Madrid, el resto de las candidatos se estrenarán el 26 de mayo en unas elecciones muy abiertas que se celebrarán un mes después de las generales del 28A y que van a configurar un nuevo mapa político en España.

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