Alberto Garzón y Pablo Iglesias señalan la necesidad de un nuevo modelo de país para “los perdedores de la globalización”
- El coordinador de IU y el secretario general de Podemos abren la Escuela de Verano de IU señalando el 15M como clave en el despertar de la politización en España
Precariedad. Bajos salarios. Deslocalización. Desigualdad. Empobrecimiento. Este es el diagnóstico de Alberto Garzón y Pablo Iglesias de las consecuencias de las políticas neoliberales. Unas políticas que se agudizaron hace diez años con el inicio de la crisis económica; que se pusieron en cuestión con el estallido del 15M en 2011 y que, a día de hoy, tiene parte de su expresión, según ambos, en Unidos Podemos y las confluencias. “Ahora ya no estamos para resistir, sino para gobernar”, ha afirmado Iglesias.
¿Cuáles son las claves de proyecto de país para Iglesias? “Un nuevo acuerdo en términos posneoliberales –políticas de redistrición, políticas sociales, soberanía económica– y fórmulas democráticas para un nuevo acuerdo territorial”. Y para Garzón: “Cambiar estructura de poder; es revolucionario satisfacer las necesidades básicas. Para conseguir un modelo de país, hay que cambiar las bases económicas, cuestión inacabada de la Transición española. Si no lo hacemos, se cronificará la precariedad”.
El secretario general de Podemos y el coordinador de IU han abierto este viernes la Escuela de Verano de IU (Fuentidueña del Tajo) con un debate sobre La izquierda después del 15M.
“El 15M nos hizo cambiar nuestra forma de pensar”, ha reconocido Garzón: “El 15M es la manifestación de muchos problemas que estallan de una u otra forma, con un componente de espontaneidad muy elevado, pero con causas evidentes”. ¿Cuáles? “La globalización ha cambiado las formas de relacionarnos políticamente, ha cambiado el mundo. Y ha habido perdedores de la globalización, especialmente en los países de la OCDE; sectores sociales para los que ha sido un duro golpe: desindustrialización, deslocalizaciones, reformas laborales, presión de la competencia internacional...”.
“Y el 15M es la reacción de una sociedad que sí percibe que las cosas no están yendo bien, sobre todo en la juventud a la que le habían dicho que iban a vivir mejor que nuestros padres”, explica Garzón.
Para Iglesias, “el 15M es una de las dos grandes señales fundamentales de la crisis del sistema político en España, señaló el fracaso de una forma de gobernabilidad que prometía prosperidad, y que las políticas neoliberales del PP y del PSOE podían construir expectativas para amplios sectores sociales, faltaba señalar a bancos y oligarquías, que llamábamos casta, como responsables de la crisis”.
“El 15M seguramente no representaba una venganza o revancha de los perdedores de la Transición española”, ha subrayado Iglesias: “Fue un proceso exitoso porque se sostenía sobre innumerables apoyos sociales, que tuvieron más peso que estrategias o tácticas, sobre la construcción de un nuevo modelo de clase media sobre la promesa de modernidad que encarnó mejor que nadie el partido de Felipe González”.
Pero está en crisis, afirma Iglesias: “Puede aparecer el FN, Trump o un significante o una bandera para los perdedores. Podemos estar satisfechos de que la bandera de los perdedores sea un bloque histórico, Unidos Podemos y las confluencias; que debería aspirar a construirse sobre el andamiaje de un movimiento popular”.
Iglesias también ha señalado otro aspecto de “la crisis del régimen: el de la estructura territorial en España. Si el PP estuviera fuerte, negociaría con el PDCat como lo hace con el PNV. Pero usa el rey, a la fiscalía y a partidos monárquicos para una solución administrativa revela una situación de impasse en la que hay un proyecto de restauración que puede implicar otras posibilidades políticas y nos coloca en un punto de centralidad”.
“Cuando decimos que España plurinacional decimos que la solución política tiene que pasar por un referéndum”, ha proseguido Iglesias: “Y al plantearlo señalamos que puede haber acuerdos con fuerzas que nunca se hubieran sentado con nosotros, que es el PSOE, donde sus militantes han señalado que sólo pueden volver a ser gobierno si construyen alianzas con otras fuerzas diferentes a lo habitual en el régimen”.
Tanto Garzón como Iglesias han dibujado una especia de hilo oligárquico entre la actualidad y el siglo XIX, “un bloque de poder”, como decía el historiador Tuñón de Lara citado por el secretario general de Podemos. “La característica de esta lumpenoligarquía es su vinculación con el poder político. El neoliberalismo ha sido capaz de formalizar sus cambios. Las huelgas producen derechos constitucionales, las luchas sociales construyen y constitucionalizan derechos. Por eso, la creación de movimientos sociales y populares es imprescindible en un momento de transformación. Pero construir un movimiento juvenil y popular se tiene que hacer pareciéndose a España”.
“El gran problema de la izquierda europea es que se ha aburguesado y la clase trabajadora no nos vota”, ha abundado Garzón: “Detesto el discurso obrerista vacío,siempre con la clase obrera en la boca pero ni un día organizándola en los barrios”.