Convertir la contaminación en espuma para asientos
El CO2 es la amenaza más conocida y extendida para el equilibrio climático del planeta. Y aunque la conciencia es clara, el problema es que prácticamente no hay actividad humana que no genere este pernicioso gas de efecto invernadero. Desde la ganadería hasta la actividad industrial, casi cualquier proceso de transformación, implica emisión de dióxido de carbono. El futuro pasa por capturarlo y enterrarlo en algún sitio, pero mientras llega el momento, lo más natural es compensarlo (plantando árboles en la misma medida para que se ocupen de él), o transformarlo antes de que se escape.
En colaboración con Novomer una empresa estadounidense experta en esta técnica aplicada al plástico, Ford ha conseguido que sus expertos en materiales desarrollen un polímero en cuya composición se utiliza dióxido de carbono en una proporción de más del 50% del total de la espuma. Porque las burbujas microscópicas del foam bien pueden estar llenas de aire... o de otro gas, como el CO2.
La popularización de esta técnica va a conseguir un ahorro impresionante porque si echas cuentas, cada automóvil nuevo que sale de las cadenas de montaje, lleva al menos seis grandes piezas de espuma forrando la estructura de los asientos, sin contar otros usos como los acolchados de las puertas o los reposacabezas. 100 millones de automóviles que potencialmente podrían dejar de consumir el 4% de la producción mundial de petróleo destinada a su transformación en plásticos de aquí a cinco años.
En un encuentro con la prensa en su central de desarrollo de Dearborn, los responsables del proyecto recordaron que Ford es pionera en la transformación de materiales de deshecho en piezas para automóviles nuevos. Así, los guarnecidos interiores han ido progresivamente abandonando el plástico en favor de ropa de deshecho. La soja es la base de ciertos elementos expuestos a la intemperie, como las carcasas de los retrovisores, la fibra de coco se emplea en piezas aislantes bajo el capó y de forma muy impresionante, 22 millones de botellas de plástico pasan a mejor vida en forma del tapizado interior de modelos tan populares como el Focus.