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El caso Elósegui no es el primero: el PP intentó en 2002 colocar en Estrasburgo a otra jueza con currículum falso

La ministra de Asuntos Exteriores del Gobierno de Aznar, Ana Palacio

Pedro Águeda / Irene Castro

Un candidato español al Tribunal de Estrasburgo, un currículum hinchado y el visto bueno del Gobierno. La fórmula que ha aupado a María Elósegui al máximo órgano judicial europeo en materia de Derechos Humanos no es nueva. En 2002, el Ejecutivo de José María Aznar se empeñó en que Margarita Retuerto ocupara el sillón de España en el TEDH, a pesar de que los otros dos miembros de la terna acumulaban más experiencia y méritos. En aquella ocasión, un empate en la votación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa permitió ganar tiempo y obligar a España a presentar una nueva terna de candidatos en la que ya no figuró Retuerto.

A finales de 2002 tocaba renovar a José Antonio Pastor Ridruejo como magistrado español en el TEDH. Como ha ocurrido este 2018 con el expresidente del Tribunal Constitucional Francisco Pérez de los Cobos, el Gobierno tenía también un claro favorito. Se trataba de Margarita Retuerto, quien había sido vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a propuesta del PP y después adjunta al Defensor del Pueblo. El Consejo de Europa, como ahora, obligaba a presentar una terna y que uno de sus miembros fuera mujer.

Junto al de Retuerto fueron enviados a Estrasburgo los nombres del diplomático Aurelio Pérez Giralda y de la jueza María Jesús Salvo. En 2002, las maniobras del Gobierno del PP fueron aún más abruptas. El representante entonces de España ante el Consejo de Europa, Guillermo Kirkpatrick, no tuvo reparo en comunicar a al secretario general del Consejo de Europa, Walter Schwimmer, que su Gobierno quería que su representante en Estrasburgo fuera una mujer, al tiempo que le destacaba el “excelente currículo” de Retuerto, según publicó El País entonces. La otra candidata, María Jesús Salvo, llegó a explicar en una carta a Schwimmer que nunca quiso ser candidata al TEDH y que no llegó a presentarse al examen de corte en España.

En plena polémica por estos hechos se supo que el currículum de Retuerto enviado a Estrasburgo por el Gobierno español aseguraba que era magistrada del Tribunal Supremo, toda una falsedad. Ella dijo que nunca había escrito eso y el entonces responsable de Asuntos Exteriores el Partido Popular, el diputado Gustavo de Arístegui, lo achacó a un “error de traducción”. “Se dijeron muchas bobadas que no se creyó nadie”, rememora para eldiario.es Ignasi Guardans, diputado de CiU en esa época, representante de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y miembro del subcomité que examinaba a los candidatos al TEDH de los distintos países.

En el caso de Elósegui, el Gobierno ha trasladado al Consejo de Europa que la selección de la terna española incluyó un “cuidadoso” examen de los currícula de sus miembros. A pesar de ello, el expediente de la catedrática de Filosofía del Derecho recoge que “preparó el anteproyecto de la Ley Orgánica de Igualdad entre mujeres y hombres 3/2007, actualmente en vigor, a propuesta del Ministerio de Trabajo”. Tres responsables políticos directos de aquella ley niegan tajantemente la participación de Elósegui en el proyecto.

Como ocurrió el pasado 12 de enero, el panel de representantes de la Asamblea Parlamentaria que entrevistó a la terna española en 2002 optó por recomendar a un candidato distinto del preferido por el Gobierno español. Fue el diplomático Aurelio Pérez Giralda el elegido por los ‘examinadores’ antes que Retuerto o Salvo. Lo mismo ha ocurrido este año. La mayoría del panel de expertos consideró que José Martín y Pérez de Nanclares era el candidato más cualificado de la terna española, por delante de María Elósegui y a mucha distancia de Pérez de los Cobos. Se da la casualidad de que Pérez Giralda ocupaba en 2002 el mismo puesto que Martín y Pérez de Nanclares ahora, director jurídico de Asuntos Exteriores.

“Las ternas tienen que ser ternas y si se piden son para que el Gobierno se lo tome en serio y no meta dos candidatos de relleno. Pero entonces y ahora, el Gobierno despreció a la Asamblea Parlamentaria, que es la que decide, y en 2002 el PP casi acusaba de deslealtad a quien creía que no iba a votar a Retuerto, después del teatro de despreciar a los otros dos miembros de la terna”, asegura Guardans.

En la votación de la Asamblea Parlamentaria del 25 de septiembre de 2002, Margarita Retuerto, candidata del Gobierno, obtuvo 76 votos, quedándose a un sufragio de la mayoría necesaria para ser elegida jueza española del TEDH. En una segunda votación, el recomendado por los expertos y Retuerto empataron a 73.  

Tras esta segunda votación, el panel de expertos de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa recomendó al Gobierno español que enviara una nueva terna, en una iniciativa en el que jugó un papel destacado Guardans. La diferencia con el caso Elósegui es que Retuerto no llegó a imponerse nunca en una votación. La catedrática María Elósegui tomará posesión de su puesto de jueza en Estrasburgo el próximo mes de marzo. Hasta entonces, fuentes del Consejo de Europa descartan que haya un mecanismo para evitar la toma de posesión diferente a que la propia Elósegui renuncie.

Una salida al caso de María Elósegui

Una vez integre el tribunal, el propio reglamento del mismo acoge un supuesto en su reglamento en el que, con la propuesta de un miembro del TEDH, dos tercios del tribunal pueden decidir que el juez “ha dejado de cumplir las condiciones requeridas”. Guardans asegura, sin embargo, que ese punto está reservado para el caso de que alguno de los miembros del TEDH cometa un acto impropio durante su periodo en el tribunal y descarta que pueda aplicarse al caso de Elósegui.

El PSOE, sin embargo, ve inviable que Elósegui represente a España por sus “pensamientos” homófobos y busca fórmulas para exigir su revocación en el tribunal después de que eldiario.es revelara que exageró su currículum. Fuentes de la dirección socialista admiten que lo único que pueden hacer una vez celebrada la votación en la Asamblea Parlamentaria es “presión política”.

“No podemos echarla nosotros, ni el Parlamento Europeo ni la Asamblea Parlamentaria”, señalan esas fuentes, que explican que la figura de la reprobación no existe en el Consejo de Europa como, por ejemplo, en el Congreso.

Los socialistas buscan, por tanto, fórmulas con las que presionar para que la decisión que salió adelante con 114 votos en la Asamblea de Estrasburgo sea reconsiderada. Una de las opciones, por ejemplo, es instar a los jueces del tribunal a que expulsen a su nueva compañera, que aún no ha tomado posesión.

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