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El Gobierno sortea su debilidad parlamentaria con nuevas concesiones a Junts

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante el pleno del Congreso de los Diputados, en el Palacio del Senado.

José Enrique Monrosi / Alberto Ortiz

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Recién echada a andar la legislatura el Gobierno se chocó de frente con la realidad parlamentaria que amenaza con atenazarlo durante el tiempo que dure este mandato. Los tres decretos estratégicos con paquetes de medidas económicas, laborales y de compromisos legislativos con Bruselas aterrizaron este miércoles ante el Pleno del Congreso de los Diputados sin los apoyos garantizados de Junts y Podemos, dos de los aliados imprescindibles para el Ejecutivo en cualquier votación.

Tras una negociación agónica en la que a última hora tuvo que volver a asumir contrapartidas económicas y competenciales a Catalunya por las exigencias de Junts, el PSOE logró esquivar el batacazo y sacar adelante in extremis el plan anticrisis y el denominado decreto ómnibus. El voto en contra de Podemos, sin embargo, sí condenó definitivamente a su derogación la reforma del subsidio de desempleo que defendía Yolanda Díaz.

Como tantas otras veces bajo el mandato de Pedro Sánchez, a la pírrica victoria parlamentaria de este miércoles no le faltó la intriga. Tras horas de cerrojazo informativo después del fin de plazo de votación telemática por parte de Junts y del PSOE, la presidenta del Congreso anunció que el resultado arrojaba un empate a 171 votos en el decreto anticrisis, además de la aprobación del ómnibus y de la derogación del subsidio por desempleo. La votación tuvo que repetirse para desempatar, esta vez por llamamiento personal a petición del PP, por un error del diputado de Sumar Gerardo Pisarello.

Para que esos dos textos pudieran ser aprobados hizo falta mover a los de Carles Puigdemont de su anunciado voto en contra a la abstención. Algo que el PSOE logró después de horas de negociación al más alto nivel en paralelo al desarrollo del Pleno y a cambio de nuevas concesiones a los independentistas catalanes. En concreto, el traspaso a Catalunya de competencias en materia de inmigración –sin detalles de qué abarca–, la supresión de la reforma de la ley de enjuiciamiento civil, la rebaja al 0% del IVA en el aceite, que el Estado asuma el importe total de las rebajas y descuentos en transporte público o el reconocimiento de los derechos históricos catalanes en materia de régimen local.

“Estoy muy satisfecho, yo creo que hoy es un gran día para la mayoría social de este país”, valoró Pedro Sánchez tras la votación definitiva que se celebró en el hemiciclo del Senado por las obras acometidas durante el mes de enero en la Cámara Baja. Cuestionado por los periodistas sobre las dificultades para sacar adelante la primera votación relevante de la legislatura, el presidente del Gobierno intentó restar importancia a ese trance. “La legislatura y la democracia pluripartidista en la que estamos tiene estos azares, tenemos que trabajar y mucho. Nosotros somos un gobierno humilde, dialogante, con capacidad de acuerdo. Lo dije durante las elecciones y lo mantengo: para revalorizar las pensiones vamos a buscar los votos hasta debajo de las piedras”, reivindicó.

Antes, la portavoz parlamentaria de Junts, Míriam Nogueras, que había deslizado el rechazo de su grupo durante su intervención desde la tribuna, salió a celebrar también las conquistas arrancadas al PSOE. “Siempre hemos dejado nuestras convicciones muy claras y ahora son buenas para Junts. Han de ganar los ciudadanos de Catalunya y se tienen que respetar las competencias que tenemos”, dijo.

Los periodistas también preguntaron a Pedro Sánchez sobre el descuelgue de Podemos, que, a diferencia de Junts, sí mantuvo su rechazo hasta el final y tumbó con sus cinco votos en contra la reforma del subsidio por desempleo que presentaba el ministerio de Trabajo. Una medida que Sánchez se comprometió a recuperar. “Era un decreto que planteaba un aumento de la cobertura en la prestación por desempleo a muchísimos parados y paradas de nuestro país que hoy efectivamente han visto cómo este derecho no ha sido convalidado. Pero les quiero trasladar la garantía de que el gobierno de España va a volver a plantear a las Cortes Generales una medida que nos parece justa y necesaria”.

Las heridas entre Sumar y Podemos frustran las negociaciones

Con el movimiento de Junts, el único partido que se descolgó del bloque de la investidura en las votaciones de este miércoles fue Podemos. Los de Ione Belarra llevaron al límite su pulso con el Gobierno y, en concreto, con el Ministerio de Trabajo en unas negociaciones que evidencian la ruptura total entre ese partido y el equipo de Yolanda Díaz. 

El paquete acordado en el seno de Gobierno era muy amplio: aumentaba la cuantía de los 480 a los 570 euros al mes, eliminaba el mes de espera entre la prestación y el subsidio, permitía la posibilidad de compatibilizar un empleo y cobrar parte del subsidio y protegía a personas que antes no cubría, como los menores de 45 años sin cargas familiares y eventuales agrarios, entre otras medidas. 

Pero en los días posteriores al anuncio Podemos comenzó a expresar públicamente sus reparos a una parte concreta de esa reforma que afectaba a los mayores de 52 años y que consideraban un “recorte” de esa prestación porque rebaja progresivamente la base de cotización para la jubilación para ese sector. En el equipo de Díaz defienden que cuando se subió la cotización de mayores de 52 a un 125% se hizo para compensar el SMI que existía antes de 2018. Ahora que ese salario mínimo es el doble por las sucesivas subidas aprobadas por el Gobierno progresista, en el caso de mantener ese 125% de cotización se daba la situación de que hay personas que cotizan más cobrando el subsidio que otras que están trabajando.

En Podemos se quejan de que nunca se les trasladó antes del miércoles un compromiso concreto para retirar esa parte del decreto y que por eso se han mantenido en el ‘no’ hasta la votación. A pocos minutos de la votación, Podemos trasladó al secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, con quien habían mantenido la interlocución estos días, que rechazarían el decreto. Fuentes de la vicepresidencia segunda aseguran que en ese momento se les trasladó un compromiso concreto para aceptar la enmienda y trabajarla conjuntamente, incluso aunque esa modificación pudiese generar un “desajuste” en el mercado laboral. En el equipo de Belarra confirman que recibieron esa comunicación por parte de Trabajo pero que a esas alturas de la negociación solo admitían ya un texto por escrito al que pudieran dar el visto bueno. De acuerdo con el equipo de Díaz, la única contestación a la oferta y a la cita en una sala del Senado para negociar fue el silencio. 

Poco después, la líder de Podemos anunciaba en declaraciones su voto en contra del decreto. “Lamentablemente el Gobierno no se ha comprometido a retirar el recorte en las pensiones de las personas que cobran el subsidio para mayores de 52 años y, por tanto, no votaremos a favor”, dijo Belarra. 

“Llevamos desde el viernes pasado ofreciéndoles lo mismo que a los otros, que es convertir este decreto en proyecto de ley. Les hemos ofrecido que presentaran enmiendas y por eso es incomprensible”, argumentó Díaz poco más tarde en una entrevista en Onda Cero. “Es una grandísima irresponsabilidad”, lamentó.

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