Inquietud entre los Mossos d'Esquadra por las constantes operaciones del Cuerpo Nacional de Policía en Cataluña
Varios coches policiales sobresaltaron por la noche a los vecinos de la urbanización Parc de Mar en la localidad de la costa barcelonesa de Sitges. Habían acudido a detener al ciudadano hindú Sukmeet S. Anand, acusado de haber blanqueado al menos seis millones de euros procedentes de operaciones delictivas.
Aunque esa sólo es la cifra del robo original que dio lugar a la operación, la investigación aún está en marcha, así que se desconoce el volumen total de las operaciones de blanqueo que ha podido realizar dentro de las fronteras españolas. Pero lo que realmente sobresaltó a los vecinos es que los efectivos policiales que se personaron en la urbanización eran del Cuerpo Nacional de Policía, y no de los Mossos d'Esquadra, la policía autonómica catalana.
Los Mossos d'Esquadra son una policía integral, es decir, con competencias en todos los aspectos relacionados con la seguridad excepto en tres que corresponden al Estado: fronteras, extranjería y terrorismo. De ahí la alarma de los vecinos de la urbanización de Sitges. Al observar la intervención de miembros del Cuerpo Nacional de Policía para detener a un ciudadano de origen hindú, que podría pasar por paquistaní, atribuyeron en primera instancia la operación policial a un caso de terrorismo islamista.
Y de ahí también, la inquietud entre los Mossos d'Esquadra y los mandos de la consejería de Interior de la Generalitat. La intervención es ya la tercera operación importante desde abril que llevan a cabo efectivos de la policía del Estado sin contar con los Mossos d'Esquadra.
El primer caso en el que los Mossos fueron ignorados fue la pieza separada del caso Palau en la que se investiga la supuesta financiación ilegal de Convergència Democràtica por el expresidente de la institución musical, Félix Millet, con fondos de la fundación. El instructor del caso, el titular del juzgado de instrucción número 30 de Barcelona, Josep Maria Pijuan, decidió encargar un informe sobre la documentación que obra en el sumario a la Brigada Central de Blanqueo de Capitales del Cuerpo Nacional de Policía, a pesar de que, hasta ese momento, habían sido los Mossos los encargados de la investigación.
Pijuan tenía una razón de peso para recurrir a la policía, y no a los Mossos. Se investiga a Millet y su socio, el exdirector general de la institución musical, Jordi Montull, por utilizar el Palau de la Música Catalana como pantalla para que Convergència recibiera sustanciosas comisiones –3,3 millones de euros probados hasta ahora– que la constructora Ferrovial pagó a cambio de las múltiples adjudicaciones que recibió durante el último Gobierno de la Generalitat presidido por Jordi Pujol.
El responsable de Obras Públicas en ese Gobierno era Felip Puig, que en la actualidad es consejero de Interior y, por lo tanto, máximo responsable de los Mossos. En aquel momento no parecía muy buena idea encargar a los Mossos que investigaran un asunto que salpicaba de lleno a su jefe.
Menos explicable resulta la intervención de Cuerpo Nacional de Policía en la denominada operación Pitiusa, en la que ya hay 150 imputados. Investiga el robo de datos secretos de famosos a diferentes instituciones del Estado y que ha sido llevada a cabo exclusivamente por el Cuerpo Nacional de Policía, sin contar con los Mossos.
Los miembros de la Policía autonómica catalana temen ahora que, a causa de la deriva soberanista iniciada en Cataluña a raíz de la masiva manifestación independentista del 11 de septiembre, sean aún más habituales las intervenciones de la Policía Nacional en Cataluña y que eso dinamite la cooperación entre los cuerpos de seguridad, en una estrategia diseñada por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.
Además les preocupa que tanto los miembros del CNP como la Fiscalía hayan recibido consignas para investigar casos de corrupción política que afecten exclusivamente a los partidos soberanistas y que eso aísle aún más a los Mossos d'Esquadra en las operaciones importantes.