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El inspector de la Gürtel dice que Correa se reunía con el alcalde de Boadilla para hacer “negocio con lo público”

Imagen de archivo de la señal institucional de la Audiencia Nacional durante la declaración del cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa.

Elena Herrera

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El investigador principal de Gürtel, el inspector Manuel Morocho, ha completado este jueves su declaración como testigo en el juicio por la actuación de esa trama corrupta en el municipio madrileño de Boadilla del Monte. A preguntas de la defensa de uno de los acusados, el policía ha asegurado que, en el año 2005, el líder de la red, Francisco Correa, todavía “intervenía directamente en las reuniones con responsables de las constructoras y en las relaciones directas con los cargos y los responsables políticos”, entre los que ha citado a Arturo González Panero, el que fuera alcalde de ese municipio por el PP entre 1999 y 2009. 

Ambos están siendo juzgados en este procedimiento y han reconocido su participación en la trama en la cual se habría producido una transferencia de fondos de dinero negro a la formación conservadora. En concreto, una parte de las mordidas que repartían Correa y su red criminal habrían ido a financiar campañas electorales en 2003 y 2004 en el municipio de Boadilla del Monte, uno de los más ricos de España, y bastión tradicional del Partido Popular. 

Ante el tribunal, Morocho ha explicado que en la “relación” que se estableció en el municipio madrileño entre González Panero, Correa y el que fuera su número dos en la Gürtel, Pablo Crespo, es “factible” que se abordaran las licitaciones que iba a poner en marcha el Consistorio y que los miembros de la red consideraban “de interés”. “Y en esa sociedad, esa prospectiva de negocios futuros es donde van enmarcando ‘con este me quedo yo, este no porque no me interesa’”, ha ejemplificado el policía, que ha afirmado que Correa era una persona que “tenía prospectiva en el sentido de ver oportunidades de hacer negocio con lo público”. “Es normal que Correa monitorizara el negocio e interviniera en él”, ha afirmado Morocho, que ha reconocido, no obstante, que Correa no aparecía en los “documentos” en primera persona. 

El juicio por la actuación de la trama Gürtel en Boadilla sienta en el banquillo de los acusados a 24 personas y 11 sociedades como presuntas responsables civiles. Completa la lista de acusados el PP, al que el Ministerio Público atribuye haberse beneficiado de 204.198,54 euros de la corrupción. Su abogado, Jesús Santos, no ha formulado preguntas al policía, contra el que el partido ha cargado en diversas ocasiones. El pasado verano, por ejemplo, lo acusó de “mala praxis” por buscar “desesperadamente” indicios contra la formación en la causa pendiente de la caja B y pidió al juez que no tuviera en cuenta el último informe que había aportado a la causa. 

Este miércoles, durante su primera intervención como testigo, el policía acreditó el uso de comisiones para las campañas del PP en el municipio madrileño. A preguntas de la fiscal, Morocho detalló que la estructura liderada por Correa se encargaba no solo de “realizar preparativos” para los eventos, sino también de la “financiación” de los mismos. “Es decir, se convertía en el ejecutor y el canalizador de los fondos, cualquiera fuera el origen, que el partido pusiera a su disposición para poder financiar esos actos”, explicó, según informa Europa Press.

En concreto, se refirió a 60.000 euros que fueron dirigidos al “concepto campaña” y que utilizaron para los gastos generados en los actos electorales en Boadilla del Monte en el año 2003. “De este reparto de fondos, que viene de una comisión por una adjudicación deciden destinar parte para financiar” los eventos de campaña celebrados en el municipio, en el marco de las elecciones municipales.

Y es que, en este caso, “había una relación subjetiva” entre los “cargos públicos y electos de la formación política y temporal, puesto la distribución se produce justo en el momento en que se inician los momentos electorales”. “Y sabemos que las necesidades de fondos para llevar a cabo eventos son un hecho”, afirmó Morocho.

En su declaración, en la que ratificó los informes que elaboró a lo largo de más de diez años de investigación, Morocho también entró al detalle del funcionamiento de Gürtel, que se encargaba de negociar “con el poder adjudicador cómo había que ir ”configurando los pliegos“ para que se adecuasen a las características de la oferta frente a la de terceros, primando de esta forma a las que la trama consideraba como empresas amigas.

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