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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Iván Redondo, todopoderoso en Moncloa, gana peso en el PSOE sin carné

Pedro Sánchez y su jefe de gabinete, Iván Redondo, durante la toma de posesión.

Irene Castro

Iván Redondo llegó con un perfil bajo a Ferraz tras la victoria de Pedro Sánchez en las primarias. Partidario de la “prudencia y la discreción”, algunos miembros de la dirección del PSOE no le vieron en la sala de máquinas del partido hasta que coincidieron en la reunión en la que se fijó la estrategia de la moción de censura a finales de mayo. “Fue la primera vez que le vi”, relataba hace un par de meses un dirigente muy próximo al secretario general.

Ahora es la sombra del presidente del Gobierno y una de las voces que más le influye en la toma de decisiones y en la estrategia. Redondo y su equipo se encargan de vender sus éxitos y dejan claro que las decisiones se toman en Moncloa. “Ha sido un gol por toda la escuadra”, decía con euforia otro colaborador de Sánchez tras la maniobra del PSOE para intentar sacar adelante la senda de déficit a través de un atajo legal. ¿De quién ha sido la idea? “El jefe de gabinete curra mucho y bien”. Esa fue la respuesta ante un movimiento en el que al final el Gobierno ha fracasado.

Pero su poder se ha extendido más allá del espacio institucional de la Moncloa. Sánchez le ha colocado en el Comité Electoral del PSOE, a pesar de ser el único de ese equipo que no tiene carné del partido. José Luis Ábalos coordinará la campaña de las municipales, autonómicas y europeas de 2019 “conjuntamente y asistido por el director de gabinete del presidente”, según él mismo explicó en una rueda de prensa.

“No será la primera vez que esto ocurre en este país. Hay ejemplos en el Gobierno anterior que el jefe de gabinete llegó a ser coordinador de campaña e incluso en este caso no llega a tanto, pero el PP sí que lo hacía”, dijo Ábalos en referencia a Jorge Moragas, jefe de gabinete de Mariano Rajoy. Hay una diferencia entre ambos: Redondo no es afiliado del PSOE.

De hecho, su incorporación desde el mundo de la consultoría política –donde tiene su propia empresa– al aparato de Ferraz levantó suspicacias en un importante sector del partido por su pasado como asesor del PP entre los años 2000 y 2015 con polémicas campañas a sus espaldas, como la de Xavier García Albiol en Badalona o la de José Antonio Monago en Extremadura, donde se convirtió en el azote de Guillermo Fernández Vara.

El presidente extremeño tiene asumido que ahora atraviesa una nueva etapa profesional y que debe tratar con él en su calidad de jefe de gabinete de Sánchez. “Lo personal uno lo tiene, lo guarda, lo archiva, hace lo que le da la gana con ello”, explicó a raíz de una foto que había circulado de ambos en un concierto de Serrat en el Teatro Romano de Mérida en el que coincidieron: “Son cosas personales que a nada conducen”.

Sin embargo, la presencia y el poder de Redondo en Moncloa ha levantado, en ocasiones, cierto resquemor en la dirigencia socialista. “Los méritos se los llevan otros en los éxitos y cuando las cosas salen mal se culpa a Adriana [Lastra]”, se quejaba un miembro de la Ejecutiva del PSOE cuando los socialistas creyeron tener un acuerdo para la renovación de RTVE que finalmente se frustró por dos “votos erróneos”.

Tras la moción de censura se expandió el relato de que había sido el muñidor de la estrategia. Algunos miembros de la dirección del PSOE aseguraban en conversaciones privadas que él solo había sido una parte del proceso, como todos los demás. Adriana Lastra, José Luis Ábalos, Juanma Serrano, Alfonso Gómez de Celis, Santos Cerdán y Óscar Puente, entre otros, estuvieron en la jugada desde el principio. Algunos miembros de la Ejecutiva habían recomendado a Sánchez lanzarse a una moción de censura muchos meses antes, pero esperaban el momento adecuado. La sentencia de la Gürtel lo fue.

Lo cierto es que Sánchez llegó a Zarzuela a prometer su cargo ante el rey Felipe VI con Juanma Serrano como jefe de gabinete –hoy presidente de Correos desde que Sánchez se desprendió de él– y la siguiente vez que vio al monarca tenía una mano derecha nueva.

Ahora la sede del PSOE en Ferraz se ha quedado muy vacía y Sánchez no tiene una figura de jefe de gabinete allí, por lo que ha enviado a Redondo a cubrir ese espacio en la preparación de la campaña de 2019.

A pesar de su pasado y de las reticencias que provoca Redondo en algunos dirigentes que le acusan de limitarse a hacer márketing desde Moncloa, el PSOE asume que su presencia en el Comité Electoral que tomará las riendas del partido hasta los comicios es normal. “Es esencial coordinar agendas de presidente y de secretario general”, señala uno de los dirigentes que no es afín a Redondo. “El jefe de gabinete del presidente tiene que conocer la estrategia”, agrega uno de los encargados de la campaña. Redondo tendrá que trabajar por que los socialistas, a quienes se enfrentó en el pasado, logren el mejor resultado posible.

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