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Lo que el ojo no ve en campaña (II): el candidato que quiere “engañar” a sus votantes, los lapsus y 'Paco el breve'

Ayuso y Rajoy, en un acto de campaña.

Lucía Taboada

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Dicen que existe un momento en una relación en el que conoces tanto a tu pareja que eres capaz de terminar sus frases, como el texto predictivo de un teléfono móvil, rendido ya al algoritmo que otorga cotidianidad. Lo mismo ocurre con los periodistas que cubren a un determinado político durante una campaña electoral: muchos son capaces de adivinar, suponer, incluso calcar, las consignas o frases de los mítines. Porque en política la repetición funciona.

Si se repite una frase con suficiente frecuencia, algunos llegarán a aceptarla como un hecho, incluso como un dogma. Por ejemplo, a Alberto Núñez Feijóo le ha gustado comenzar sus mítines estos días presumiendo de que llegaba al lugar en cuestión en AVE en lugar de en Falcon. “Vengo desde Madrid en AVE y no en Falcón”, aseguró exultante en Sevilla. “Jamás utilizaré un Falcon para hacer un mitin de mi partido”, añadió, en Palma de Mallorca. “Se ha cancelado el vuelo regular que me llevaba de Valencia a Tenerife y, lamentablemente, no puedo llegar al mitin que teníamos esta tarde. No ir en Falcon tiene estas cosas”, dijo en Twitter. Horas más tarde se descubrió que ese vuelo Valencia-Tenerife en realidad se había cancelado el pasado 28 de abril, pero Feijóo se enteró de camino al aeropuerto. No ir en Falcon también tiene estas cosas. 

Los periodistas que cubren a políticos durante las campañas electorales pueden, como decía, terminar sus frases con un porcentaje de éxito de más del 80%. Pero siempre cabe el factor sorpresa, también conocido como el factor mariano: la inevitabilidad de la errata, la irrefrenable pulsión del lapsus. El pasado domingo, Rajoy anunció que Isabel Díaz Ayuso opta el domingo a ser alcaldesa: “Y lo más importante que tiene es ganas, ilusión y entusiasmo para ser alcaldesa, y por eso lo va a ser”, apuntó. Los asistentes aplaudieron porque en estos casos lo único que uno puede hacer es aplaudir y dejarse llevar por el desarreglo. El legado de la escuela marianista lo está perfeccionando Feijóo, en su ya comentado desdoblamiento del espacio-tiempo. El jueves confundió Melilla con Sevilla cuando aseguró que el PSOE debía alejarse de Coalición musulmana por Sevilla. Lo de “musulmana” fue un añadido suyo. También le deseó suerte a la candidata del PP a la alcaldía de Valencia, María José Catalá, en su pugna por “el Ayuntamiento de Barcelona”. Y, adicionalmente, afirmó que “para mí es un orgullo visitar el mercado de La Palma”, desde Palma de Mallorca.  

En una semana empañada profundamente por la compra de votos y el racismo, los políticos se han afanado en pescar en el nutrido caladero de los votos indecisos. Según el CIS del pasado 22 de mayo, el 25,5% de los encuestados deciden a quién votarán durante la campaña electoral. Y en esas, las del convencimiento indeciso, estaba el candidato del PSOE a la presidencia en Murcia, Pepe Vélez, que durante una entrevista en 7 TV intentó convencer a los electores con un alegato impar: “Con algún amigo lo comentaba, yo no pido a la sociedad nada más que una cosa”, comenzó el socialista. “Les llevan engañando 28 años, de una manera especial estos 4 años. Que me dejen engañarles a mí”, afirmó. Y lo repitió, cual línea de novela cervantina: “¡Que me dejen engañarles!”.

Para convencer a los votantes es importante, además de engañarlos, conocerlos. O, al menos, conocer algo el lugar que aspiras gobernar. José Antonio Rebollo, el candidato de Vox al Consell de Formentera, vive en Eivissa. Quizá por ello, durante una entrevista en Radió Illa, afirmó: “Hemos estado visitando sitios que están en mal estado, como las escuelas, donde los niños están en ‘barracones’”. El presentador, sorprendido por el inesperado hallazgo de barracones en la isla, le pidió un poco de concreción. Rebollo respondió entonces que “al barracón que tenemos en el colegio, creo que es de Maó”. Maó, capital de Menorca. Lo importante, en cualquier caso, es que si llega al poder no pacte con la extrema derecha, tal y como prometió esta semana el candidato de Vox en la localidad malagueña de Alhaurín El Grande, Antonio Jesús Fernández: “Nosotros jamás vamos a pactar con la extrema derecha”, dijo. Pues menos mal.

No le espera buen domingo a la extrema derecha en Alhaurín El Grande, y tampoco a Francisco José Moya, concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Ávila, que tomó posesión ayer de su cargo después de sustituir a un edil que se ha cambiado a otro partido de cara al 28M. Moya no se presenta a las elecciones, así que tan efímera será su labor como concejal –hasta el 17 de junio– que él mismo se ha autodenominado como ‘Paco el breve’. Si España nunca defrauda, España en campaña electoral todavía menos.

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