La moción de censura para el PP: “sistema torticero” cuando desbancó a Rajoy y “oportunidad histórica” para echar a Torra
La última iniciativa del presidente del Partido Popular, Pablo Casado, anunciada este miércoles en el Congreso, ha sido exigir a Ciudadanos que presente una moción de censura en el Parlament catalán contra el president de la Generalitat, Quim Torra, dada la condición de primera fuerza política catalana en número de votos y de escaños de la formación naranja. El líder de los conservadores considera ahora válida esa fórmula que, sin embargo, fue duramente criticada y deslegitimada por él mismo y por su partido hace apenas cinco meses, cuando el PSOE de Pedro Sánchez la utilizó para desbancar a Mariano Rajoy de la Moncloa después de que el PP fuera condenado por beneficiarse a título lucrativo de la corrupción de la trama Gürtel.
En mayo, los populares consideraban que la moción de censura era un “sistema torticero” para llegar al poder y acusaban a Sánchez de “irresponsable” por ir “en contra de los intereses del Estado”. Ahora, en cambio, Casado tilda de “oportunidad histórica” la utilización de esta herramienta con el objetivo de expulsar al independentismo del poder en Catalunya.
El líder del PP formulaba su petición a Ciudadanos –que se apresuraba a rechazarla apenas unos minutos después a través de su portavoz parlamentario, José Manuel Villegas, recordando que “los números no dan”–, aprovechando su intervención en la sesión de control al Gobierno en el Congreso y durante una pregunta a Sánchez. Casado consideraba que después de que el martes se evidenciara la pérdida de la mayoría del bloque independentista en el Parlament por la decisión de JxCat de no acatar la suspensión de sus diputados, “lo que pasa en Catalunya es ya inasumible”.
Casado pedía a la formación naranja que no deje pasar “esta oportunidad histórica” y presente “una moción de censura al señor Torra”. “Contarán con el apoyo del Partido Popular y podremos ver con quien está Pedro Sánchez, si con los constitucionalistas o con los golpistas. Aquí no caben ni medias tintas ni equidistancias. Hace falta un cambio urgente en Catalunya”, aseguraba.
“Ver los toros desde el albero”
Después, en declaraciones a los periodistas en los pasillos del Congreso, Casado evitaba desvelar cuál será su estrategia para poder poner en marcha esa moción en el Parlament, donde el PP apenas tiene cuatro diputados de 135 , tras la negativa de Ciudadanos a secundarla. “Apoyaremos esa moción de censura. Nosotros no tenemos grupo parlamentario propio en el Parlament precisamente porque no nos lo facilitó un partido al que ahora sí damos nuestro apoyo como llevamos haciendo desde las elecciones”, apuntaba.
“Ahora el independentismo ya no tiene mayoría suficiente para evitar que sean censurados en el Parlament y, por tanto, es el momento de que se vean los toros desde el albero, no desde la barrera, que se presente un programa de Gobierno y, sobre todo, que sirva para que el PSOE se retrate y diga claramente si está con los independentistas o con los constitucionalistas”, zanjaba.
Casado es consciente de que la moción de censura no puede prosperar porque para que pueda ser aprobada la ley exige mayoría absoluta –68 diputados–. El bloque constitucionalista suma 57 diputados (36 de Ciudadanos, 17 del PSC y cuatro del PP) que, sumados a los ocho de Catalunya en Comú-Podem, darían la cifra de 65. Tanto desde la formación naranja como los socialistas y los 'comunes' rechazaban este miércoles su apoyo a la iniciativa del líder del PP y recordaban que las cuentas no salen. No obstante, según explican fuentes del partido, Casado mantendrá su propuesta, con la que quiere “retratar” a Ciudadanos y el PSOE y calibrar su compromiso en contra del independentismo, a través de una iniciativa simbólica.
La defensa de la fórmula de la moción de censura y de la conformación de un Gobierno alternativo en Catalunya contrastan con los argumentos que utilizó el PP en mayo contra esa herramienta constitucional cuando fue empleada por el PSOE para desbancar al Ejecutivo de Rajoy. Entonces, los conservadores consideraban que la moción de censura era “un sistema torticero” y “un atajo para llegar a La Moncloa” de Pedro Sánchez “sabiendo que nunca llegará a través de las urnas”.
El PP no ve contradicciones
La dirección de los conservadores de entonces y el propio Casado, que era el vicesecretario de Comunicación, consideraron entonces que el de Sánchez iba a ser un “Gobierno frankestein” por la diversidad de fuerzas políticas –de Unidos Podemos a fuerzas nacionalistas– que apoyaron la moción de censura. “Al PP le preocupa que se ponga en peligro la estabilidad política y económica de España por la ambición de Pedro Sánchez”, explicaba el partido en uno de los argumentarios que hizo llegar a todos los cargos populares.
Ahora el PP evita emplear los mismos términos cuando se refiere a un hipotético Ejecutivo catalán respaldado por distintos partidos como el que reivindica Casado, y que no saldría adelante incluso aunque se pusieran de acuerdo Ciudadanos, PSC, los 'comunes' y el PP para una moción de censura contra Torra, dado que no llegarían a la mayoría absoluta de 68 diputados.
“Eso no sería un Gobierno frankestein. Sería un Gobierno de fuerzas constitucionalistas”, explican fuentes oficiales de la dirección nacional a eldiario.es. Génova considera que “la situación” que se vivía en España cuando se produjo la moción de censura contra Rajoy y la que existe ahora en Catalunya “no tienen nada que ver”. “El de Rajoy era un Gobierno estable y con él en la Moncloa la economía iba bien. En Catalunya el Parlamento está prácticamente cerrado, no dejan de marcharse las empresas y muchos políticos viven amenazados”, argumentan las fuentes consultadas.
El PP ha incorporado la herramienta constitucional de la moción de censura a su lenguaje tras cinco meses denostándola. Por el momento, solo la plantean para Catalunya. Casado y su equipo evitan, sin embargo, proponerla para echar a Sánchez de la Moncloa a pesar de sus continuas peticiones de dimisión y sus permanentes llamamientos para que adelante las elecciones generales. La dirección nacional de los conservadores insiste en que su discurso no hay contradicciones.