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El portazo de ERC a Puigdemont deja a Illa como primera opción de investidura
El PSOE y sus socios se comprometen a dar estabilidad a la legislatura
Opinión - La derrota tiene una dignidad que Feijóo no conoce. Por Esther Palomera

PSOE, Sumar y ERC presionan a Junts para que apruebe la amnistía sin más cambios

La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, junto al diputado de Sumar Gerardo Pisarello.

Alberto Ortiz

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El rechazo de Junts a la ley de amnistía el pasado martes en el Congreso ha tensionado a parte del bloque de investidura. Después de varios meses de negociaciones, el partido de Carles Puigdemont decidió votar en contra de una redacción que contaba con el acuerdo del resto de socios. Tanto el PSOE como Sumar y Esquerra Republicana han reprochado desde entonces a los posconvergentes una decisión que pone en peligro el propio texto y que compromete la estabilidad de la legislatura. 

“Incomprensible”, sostenía este miércoles el ministro de Justicia, Félix Bolaños, sobre el movimiento de Junts. En una entrevista en la Cadena Ser, el dirigente socialista, uno de los negociadores principales de la ley, lamentaba que esos siete diputados se colocaran el martes en la misma posición que PP o Vox. “Si hemos logrado esa ley de amnistía valiente, reparadora y constitucional, mi objetivo es que del Congreso salga así”, decía este jueves el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

La ley, después del ‘no’ de Junts, tiene que volver ahora a la Comisión de Justicia. Son dos pasos para atrás en su tramitación que obligan al Gobierno a volver a sentarse en la mesa con todos los grupos para un nuevo texto de consenso. En el núcleo de la disputa sigue estando la ambición de los de Puigdemont de incluir en la amnistía todos los delitos de terrorismo, para evitar que las decisiones de jueces como Manuel García Castellón puedan poner en peligro que el texto alcance a todos los involucrados en el procés, empezando por el propio expresident. 

El PSOE está decidido a mantener su posición y cree que quien pierde, si finalmente no sale la amnistía, es Junts. Pero no solo son los socialistas quienes creen que la amnistía debería aprobarse tal y como está y trasladan la presión sobre la espalda de sus interlocutores. Esquerra Republicana verbalizó sus críticas el mismo martes desde la tribuna. “Esto no va de Puigdemont ni de [Marta] Rovira”, dijo la diputada Pilar Vallugera, que pidió no caer en la trampa de redactar una ley “pensando en los jueces”. 

Al fin y al cabo, todos los grupos menos Junts votaron la ley de amnistía. Ya en el trámite de la ponencia, los posconvergentes fueron los únicos que se desmarcaron del bloque de la investidura (sin contar a Coalición Canaria) y rechazaron firmar el texto que viajó después a la comisión. El presidente de ERC, Oriol Junqueras, habló después del pleno ante los medios y defendió que la ley tal y como se había presentado era una buena ley, quizá no la que quería su partido pero sí un texto sólido que podía pasar el trámite parlamentario y tener encaje legal tanto en España como en Europa. Fuentes del Govern insisten en que esta ley tiene que aprobarse sí o sí y critican a Junts por no pensar en todos los “represaliados” a los que el olvido libraría de juicios. “Abusan del tacticismo”, critican esas fuentes. Informa Arturo Puente.

Es la misma posición que ha mantenido durante este tiempo Sumar, que este jueves afeó a Junts su actitud. “La ley de amnistía tiene que salir. A quienes la quieren pero votaron 'no' les preguntaría: ¿qué alternativa tienen? Es evidente que no la tienen. Tiene que primar la responsabilidad, el pragmatismo y la mirada larga”, dijo en una entrevista en TVE el portavoz del grupo parlamentario, Íñigo Errejón. “Nos vamos a arremangar para un acuerdo pero para eso hace falta un ejercicio de responsabilidad”, redundó. 

Lo cierto es que Sumar, que más allá de las declaraciones de Errejón ha mantenido cierta distancia en las últimas semanas de la pugna entre el PSOE y Junts, apoyó en la votación del martes las enmiendas del grupo que lidera en el Congreso Míriam Nogueras. También la que transaccionaron con el PNV para tocar el artículo 2, el que habla de las excepciones, y borrar las menciones al terrorismo. Muchas de esas enmiendas tuvieron de hecho el único apoyo de los siete diputados de Junts, los cinco del PNV y los 27 de la coalición de Yolanda Díaz. 

En las últimas horas, el exdiputado de Unidas Podemos y actual dirigente de los comuns Jaume Asens, una de las personas de Sumar que interlocutan con el entorno de Puigdemont, propuso una vía alternativa que pasa por aprobar la ley de amnistía tal y como está y modificar después la definición de terrorismo en el Código Penal. “Está definido de una forma en el Código Penal español que es muy difusa, que permite muchas interpretaciones”, dijo en una entrevista en TV3.

Tanto el Partido Nacionalista Vasco como EH Bildu han preferido mantener, al menos públicamente, una posición intermedia. La formación jeltzale ha mantenido una interlocución constante con Junts, de ahí que fuera ese partido el que permitió que llegara viva al pleno la enmienda 29, la que contempla incluir el terrorismo en el ámbito de la ley. Pero el partido no quiere entrar a repartir culpas ni posicionarse claramente sobre si el texto está bien así como está o debe ser aprobado con los cambios que piden los independentistas catalanes. 

“Queremos que haya ley de amnistía y por eso hemos votado a favor en ponencia, comisión y pleno, pero no nos corresponde manifestar si así ya la vemos bien o no”, sostienen fuentes del grupo parlamentario. Son las partes implicadas en la redacción las que tienen que acordar el texto que crean más conveniente“, añaden. Uno de sus diputados en el Congreso, Mikel Legarda, fue un poco más explícito este miércoles en Radio Euskadi: ”Nosotros la votamos porque consideramos que quizá en algún aspecto pudiera mejorarse, pero que la alternativa no es 'cuanto mejor peor', y finalmente entiendo que se buscará alguna salida, y normalmente estas salidas en estas situaciones suelen ser semánticas más que de fondo“, ha manifestado. 

Un poco más duro se ha mostrado el lehendakari, Iñigo Urkullu, que no olvida la interlocución que mantuvo con Carles Puigdemont en 2017, antes de que cambiase de opinión a última hora para declarar unilateralmente la independencia. Este miércoles, en declaraciones a los medios, afeó el “cambio de criterio” de Junts sobre una ley que, recordó, hace semanas “veía bien”. 

Una posición parecida mantienen los independentistas vascos. En EH Bildu se han mostrado algo más contundentes a favor de que el texto quedase aprobado ya el mismo miércoles. “Debemos proteger a todos los que se pueden beneficiar de esta ley. Sabemos que no es posible hacerlo al 100% porque siempre puede haber jueces prevaricadores metiendo el morro y tomando decisiones. Esperamos aprobar esta ley. Habrá piedras en el camino. A los enemigos acérrimos de esta ley no les podemos dar oportunidades ni darles victorias”, dijo el diputado abertzale Jon Iñarritu en el pleno del martes. 

“Nos hubiera gustado que la ley fuese aprobada”, dicen fuentes del grupo parlamentario, que piden responsabilidad y altura de miras “a ambas partes”. “Creemos que podemos dar una oportunidad más a quienes, por tierra, mar y aire, están intentando sabotear y boicotear la ley de amnistía para que descarrile esta legislatura”, dicen, al tiempo que piden “no aceptar que haya poderes del Estado que marquen el paso a la política”. 

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