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El Sahel fue en 2021 el epicentro del terrorismo, que cayó en Europa y EE.UU.

El Sahel fue en 2021 el epicentro del terrorismo, que cayó en Europa y EE.UU.
Londres —

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Londres, 2 mar (EFE).- El África subsahariana, con la región del Sahel como epicentro, registró en 2021 un 48 % de las muertes por terrorismo a nivel mundial, por grupos afiliados al Estado Islámico (EI), mientras que los ataques se redujeron un 68 % en los países occidentales, donde tuvieron una motivación más política que religiosa.

El noveno Índice de Terrorismo Global (GTI, en inglés), difundido este miércoles, señala que las muertes por actos terroristas cayeron un 1,2 % el año pasado, hasta 7.142, al tiempo que los atentados aumentaron un 17 %, a 5.226, lo que demuestra que “el terrorismo es cada vez menos letal”, en un reflejo del nivel de organización y eficiencia de los perpetradores.

Según este informe elaborado por el australiano Instituto de Economía y Paz, el terrorismo se concentra cada vez más en zonas de conflicto -donde hubo un 97 % de las muertes-, con Afganistán a la cabeza de una clasificación de 163 territorios en la que los de América Central y el Caribe figuran como los menos impactados por esa lacra.

En los países europeos, así como en Estados Unidos, Canadá, Australia o Nueva Zelanda, los ataques inspirados por ideologías políticas de izquierdas o de derechas son ahora cinco veces más comunes que los religiosos.

EL EI SE TRASLADA A ÁFRICA

Tras las derrotas militares en Siria e Irak, el EI se ha centrado en la zona del Sahel -entre el desierto del Sáhara y la sabana sudanesa-, donde las muertes por terrorismo se han multiplicado por diez desde 2007, en especial en Níger, Malí y Burkina Faso, afirman los investigadores.

Esa mayor implantación del terror responde “al gran crecimiento demográfico, la falta de agua y alimentos, el impacto del cambio climático y unos gobiernos débiles”, declara en una entrevista con Efe el presidente del Instituto, el filántropo Steve Killelea.

Después de Afganistán, coronan el listado como países más afectados por el terrorismo Irak, Somalia, Burkina Faso, Siria, Nigeria, Malí, Níger, Birmania y Pakistán.

Estados Unidos lidera entre los Estados más desarrollados, en el puesto 28, seguido de Grecia (29), Israel (30), el Reino Unido (31), Alemania (33), Francia (35) y España (55).

Colombia, en decimocuarto lugar, es el primer latinoamericano de la lista. Después están Chile (18), Perú (37), Venezuela (46), Ecuador (56), Argentina (57), México (61), Paraguay (64), Uruguay (72) y Brasil (81).

En los últimos lugares aparecen Costa Rica, Cuba, República Dominicana, El Salvador, Guatemala y Honduras, de acuerdo con este índice, que combina cifras de atentados, muertes, heridos y rehenes con datos socioeconómicos.

El GTI sitúa el mayor incremento de víctimas mortales en 2021 en Birmania, que pasó de 24 en 2020 a 521, seguida de Níger (257 a 588), mientras que Mozambique logró reducirlas en un 82 %, hasta 414, gracias a las operaciones contrainsurgencia de las fuerzas mozambiqueñas.

El EI y sus afiliados fueron “el grupo terrorista más mortífero del mundo”, superando a los talibanes -aunque las muertes disminuyeron de 2.100 a 2.066-, dice el informe. El ataque más grave fue el cometido por un suicida el pasado 26 de agosto contra el Aeropuerto Internacional de Kabul, con 170 muertos y más de 200 heridos.

Entre las filiales del EI, Jamaat Nusrat Al-Islam wal Muslimeen (JNIM), centrada en el Sahel, es la organización terrorista “de más rápido crecimiento en el mundo”, responsable de 351 muertes en 2021, un 69 % más.

OCCIDENTE: POLÍTICA Y COVID

El año pasado, hubo en Europa 113 atentados -tres de extremistas islámicos, la cantidad más baja desde 2014- y siete en Estados Unidos, que obtiene la puntuación más baja en el GTI desde 2012. El terrorismo religioso disminuyó un 82 % y hubo cinco veces más ataques de tinte político, señala el estudio.

“La mayoría de estos ataques respondieron a ideologías de izquierda o de derecha y fueron perpetrados por individuos o grupos sin afiliación formal a una organización reconocida”, explica Efe Killelea.

“Los objetivos suelen ser similares en ambos casos, organizaciones gubernamentales o figuras políticas, y también lo son las motivaciones, un desprecio y falta de confianza en el sistema democrático. Se radicalizan en línea”, agrega.

Killelea apunta que el descenso del terrorismo en los países occidentales puede deberse en parte a las restricciones de movimiento y personales impuestas por la pandemia, por lo que es necesario “mantener la inversión en la lucha contra el terrorismo en caso de que la tendencia se revirtiera”.

También observa que las técnicas de reclutamiento de los terroristas han variado y “cada vez es más sofisticada la captación de adeptos por internet, incluido a través de los videojuegos”.

El informe constata que, en los países ricos, el aumento del terrorismo se asocia a “las desigualdades sociales, al acceso de la población a las armas y a una mayor militarización”. En otros lugares, lo propician “las instituciones débiles y los agravios colectivos”.

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