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Sánchez despide el estado de alarma apelando a la unidad y a la responsabilidad personal para evitar rebrotes

Pedro Sánchez en una comparecencia en Moncloa.

Irene Castro / Raúl Rejón

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Pedro Sánchez se ha despedido del estado de alarma que concluye esta medianoche en una declaración institucional en Moncloa en la que ha hecho un balance de los algo más de tres meses que han pasado desde que el 14 de marzo el Gobierno decretó esa medida excepcional para el confinamiento contra la COVID-19. El presidente ha agradecido a los ciudadanos el “sacrificio, la disciplina y la moral de victoria” con la que se ha aplacado a la pandemia en España, especialmente a los trabajadores que lo han combatido en primera línea, y ha advertido de la necesaria responsabilidad personal para evitar rebrotes. También ha apelado a la unidad política para hacer frente a la reconstrucción del país, especialmente en el seno de la UE, donde se discute la propuesta de Bruselas para la reconstrucción y el PP ha defendido la condicionalidad para los fondos que reciba España en contra de la posición del Gobierno. “Europa debe vernos como somos, unidos en la defensa de los intereses nacionales”, ha reclamado. 

A horas de que concluya su vigencia, Sánchez ha reiterado que el estado de alarma ha sido un instrumento que ha permitido salvar miles de vidas en España y el confinamiento, millones en el conjunto de Europa. No obstante, ha avisado de que el virus sigue vivo por lo que ha pedido que, una vez que se recupere la movilidad a partir de esta medianoche, se mantengan “a rajatabla” las medidas de higiene y protección individual. “Cada uno podemos ser un muro frente al virus o una vía de contagio”, ha explicitado en una comparecencia sin preguntas de los periodistas.

“No podemos bajar la guardia”, ha proseguido Sánchez, que ha explicado que el objetivo de esas medidas es “evitar una segunda ola a toda costa”. “Que lo conquistado con tanto esfuerzo no tenga marcha atrás”, ha subrayado Sánchez. A pesar de que el coronavirus está “a raya” en España, ha recordado que sigue en “fase de expansión” en el resto del mundo, donde este viernes se constataron 180.000 contagios, “18 veces más” que los que había en nuestro país cuando se decretó el estado de alarma, según ha explicado. 

También ha señalado que el Gobierno está haciendo acopio para crear una “reserva estratégica” de material necesario para afrontar posibles repuntes de la pandemia, además del que ha dado por hecho que están llevando a cabo las comunidades autónomas, que son las que tienen las competencias en materia sanitaria. 

Sánchez, que ha citado desde el personal sanitario hasta agricultores o transportistas pasando por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que permitieron doblegar a la COVID-19 y al país “parar en seco”, ha asegurado que, más allá del acto de Estado que se celebrará el 16 de julio presidido por el rey y con presencia de autoridades internacionales, “hay otro homenaje más duradero” que se puede hacer “a los que están en primera línea y a los que hemos perdido”: “Volver a levantar nuestro país desde la unidad”. 

“Toca la reconstrucción, la recuperación; pero no consiste en restaurar un viejo edificio para devolverlo al estado anterior. Contaba con debilidades, errores. Debemos rehabilitar el antiguo edificio de nuestra economía”, ha dicho Sánchez, que ha asegurado que los más débiles y vulnerables serán la prioridad y que se ha referido específicamente a “la transición ecológica y la digitalización de las empresas”. “Una transformación positiva en base a sostenibilidad y la inclusión social. Necesitamos sectores recuperados, pero también renovados que deben hacer frente a la emergencia climática y el derroche de energía -ha expresado el presidente-. Recuperar y renovar la economía para hacerla más sostenible. Este es el camino que tenemos ante nosotros”.

Sánchez ha enfatizado la necesidad de “cooperar” y trabajar desde la unidad en la política. “No podemos aceptar como algo natural e inevitable que la política se convierta en un generador de confrontación, de provocación, de odio”, ha dicho Sánchez, que ha asegurado que el Congreso debe ser un espacio para “dialogar”: “No es un ruedo en el que solo se deba pelear, no es un campo para el insulto”. 

“España debe entenderse con España”

Esa apelación a rebajar la crispación en la que se ha instalado la política se ha repetido en las últimas comparecencias del presidente, que ha emplazado a las fuerzas políticas “a cooperar” aunque haya “diferencias legítimas” que separan a las fuerzas políticas: “A lo único que debemos renunciar es a la falta de respeto, al insulto, al acoso, a la amenaza, a la provocación. Se trata de recordar que por encima de las diferencias legítimas que nos separan nos une una voluntad de convivir. ”. “La unidad ha evitado contagios, ha salvado miles de vidas y puede y debe salvar empresas, puede salvar empleos. También por eso nos necesitamos todos”, ha afirmado. “Si tuvimos el coraje para resistir juntos, no tengamos miedo de avanzar unidos”, ha abundado el presidente, que ha insistido en que el “horizonte” del mandato es “de los cuatro años” de legislatura. “El mejor homenaje que los vivos podemos hacer a los fallecidos es honrar la vida, hacer un país mejor y más justo, más vivible”, ha rematado.

“España debe entenderse con España”, ha aseverado Sánchez, que se ha comprometido a compartir con el conjunto de las fuerzas políticas el “desarrollo delas negociaciones” de los fondos de reconstrucción en el seno de la UE. A cambio les pide “el respaldo activo” a las posiciones que el Gobierno mantenga. Esas palabras se han producido después de que Pablo Casado haya llevado su guerra contra el Ejecutivo al seno de la Unión Europea en un momento clave y a pesar de los llamamientos al “patriotismo” que hizo Sánchez para que los fondos que lleguen a España lo hagan con la menor condicionalidad posible. 

“Europa debe salvar a Europa”

“Esta vez Europa debe salvar a Europa y no como se hizo antes”, ha asegurado Sánchez, que sostiene que la salida de esta crisis tiene que ser distinta a las recetas de austeridad que rigieron en la de 2008. En esta ocasión ha aprovechado para recriminar que entonces “el egoísmo y la división de los países ahondó los males de la economía”.

“Hubo entonces, y los hay ahora, dentro y fuera de nuestras fronteras, quienes vieron en la pobreza y en el paro, no un problema económico, sino una especie de castigo merecido por los pueblos del sur de Europa por supuestos defectos morales que no eran tales -ha continuado-. Pero lo cierto es que no fue ninguna penitencia lo que enderezó la economía y nos permitió recuperar la senda de crecimiento; fue el cambio en la política monetaria del Banco Central Europeo lo que mejoró la economía, el empleo y la prosperidad del conjunto de economías europeas”. 

A pesar de que la primera cumbre de los líderes para abordar los fondos de reconstrucción constató la división entre los países del norte y del sur y acabó sin acuerdo, Sánchez se ha mostrado seguro de que habrá un entendimiento: “No me cabe duda de que es lo que vamos a lograr”. 

“De la pandemia emerge también una nueva Europa que ha aprendido la lección y ha buscado el acuerdo, la unión y la solidaridad a través de ese Plan de Recuperación para la crisis que comportará transferencias y préstamos para que los países más golpeados puedan relanzar sus economías impulsando su transformación digital, la formación, la ciencia y cambiando el modelo energético y también puedan asistir a los sectores sociales más afectados por la crisis”, ha dicho Sánchez sobre la propuesta de la Comisión Europea de crear un fondo de unos 750.000 millones de euros para préstamos y transferencias. 

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