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La oferta de Sánchez aboca a otra negociación exprés de dos semanas para investir presidente o ir a elecciones

Pedro Sánchez en la presentación del Programa común progresista.

Irene Castro

Pedro Sánchez vuelve a la casilla de salida cuatro meses después de las elecciones del 28A: ofrece a Unidas Podemos una fórmula de colaboración en la que se le reservarían cargos dentro de la Administración siempre fuera del Consejo de Ministros. La propuesta realizada este martes en un acto con la escenografía de las grandes ocasiones es similar a la que formuló el pasado mayo, cuando invitó a su socio preferente a ocupar puestos intermedios de la administración que no llegó a concretar, y que fue rechazada de inmediato por Unidas Podemos.

El líder socialista ha dejado claro que la coalición que le reclama Pablo Iglesias y que llegó a ofrecer a finales de julio es ahora “inviable” y señala a su socio preferente como responsable por la “desconfianza” y los “recelos” que manifestaron durante la negociación de hace mes y medio. Para superar ese conflicto, el PSOE plantea un sistema de “triple garantía” de cumplimiento del acuerdo programático para un gabinete exclusivamente socialista.

PSOE y Unidas Podemos están abocados de nuevo a una negociación exprés: tienen dos semanas de margen para llegar a un entendimiento que permita sacar adelante la investidura o, por el contrario, conducir de nuevo a elecciones el 10 de noviembre. Las Cortes se disolverán automáticamente el 23 de septiembre si antes de esa fecha Sánchez no consigue la confianza del Congreso. Es el mecanismo previsto en la Constitución: dos meses desde la primera votación.

En ese plazo, el rey puede designar candidatos. Para ello, Zarzuela convocará una ronda de consultas con los grupos parlamentarios que aún no tiene fecha, pero que debe celebrarse como muy tarde a principios de la semana del 16 de septiembre para que Sánchez pueda llegar a tiempo. En Moncloa tienen claro que el presidente en funciones no recibirá el encargo del rey de nuevo si no tiene garantizada la mayoría simple (más síes que noes) de la Cámara.

Ese es el margen que tienen ambas formaciones. El PSOE necesita, además, el apoyo de PRC, Compromís, PNV y la abstención de ERC. Este miércoles Sánchez se reúne con el líder de los nacionalistas vascos, Andoni Ortúzar, de quien los socialistas dan por hecho el apoyo si hay un acuerdo con Iglesias; y previamente Adriana Lastra y José Luis Ábalos se verán con Gabriel Rufián, que se abstuvo en julio pero dejó claro que en septiembre lo tendría más complicado con la celebración de la Diada y la posible sentencia del procés, prevista para finales de septiembre o principios de octubre.

Por su parte, los equipos negociadores de PSOE y Unidas Podemos se reunirán este jueves a las 16:30 horas en el Congreso para abordar la nueva oferta, que incluye dos novedades fundamentales. Por un lado, abre la puerta a incorporar a miembros de Unidas Podemos a órganos e instituciones del Estado. Ahora bien, contempla dos limitaciones básicas: en ningún caso supondrá la entrada en el Consejo de Ministros y se tratará de “órganos de la Administración periférica” con funciones de supervisión aunque algunos podrán tener también funciones ejecutivas, según fuentes gubernamentales.

Por otro lado, el PSOE quiere garantizar a Unidas Podemos que cumplirá los acuerdos con la creación de una Oficina de Seguimiento que dependería del Ministerio de Hacienda así como comisiones parlamentarias para ir revisando los compromisos. También se establecería un “mecanismo de verificación reforzado” del que formarían parte colectivos de la sociedad civil.

Unidas Podemos ha evitado reaccionar de manera formal a la nueva propuesta del PSOE, aunque no ha convencido en el grupo confederal, donde consideran que es insuficiente y mantienen su exigencia de una coalición. Aunque Iglesias ha dicho que “suenan bien” las medidas que se habían filtrado a los medios de comunicación, también ha dejado claro que la negociación debe ser integral, es decir, incluir programa y equipos. La exigencia de Unidas Podemos es formar parte del Consejo de Ministros.

Tras la intervención de Sánchez, Iglesias ha tuiteado parte de la entrevista que había hecho horas antes en TVE: “La política no puede basarse en la confianza, sino en las garantías. Un Gobierno de coalición es la única garantía para llevar adelante las políticas que pueden cambiar la vida de la gente. Eso es lo que está en juego. Y ese ha sido siempre nuestro compromiso”. En esa misma línea se ha pronunciado Pablo Echenique a través de la misma red social.

En cuanto a la parte programática, también es insuficiente para el grupo confederal. La portavoz parlamentaria, Irene Montero, ha retuiteado a una integrante de la PAH que asegura que las medidas en materia de vivienda “hacen aguas”. Fuentes del partido han asegurado a eldiario.es que la respuesta formal al PSOE llegará este miércoles tras haber examinado el documento pero que Unidas Podemos mantiene su exigencia de un gobierno de coalición y que la fórmula del Ejecutivo esté sobre la mesa cuando se aborde el programa.

Desde el PSOE aseguran que el documento presentado el martes por Sánchez está plagado de gestos y que contiene “medidas realistas, cuantificables y cosas que se pueden hacer”.

En Moncloa están convencidos de que han trasladado la presión a Unidas Podemos y de que Iglesias tendrá “muy difícil” explicar un rechazo a un programa progresista “por los sillones”. A pesar de que Sánchez ha asegurado que hay margen para recuperar la confianza y llegar a un entendimiento, el PSOE entró en modo electoral tras escucharle en la reunión de la Ejecutiva el pasado lunes. En el entorno del presidente sostienen que los socialistas ganarían terreno en unas nuevas elecciones mientras que Ciudadanos quedaría muy debilitado; Unidas Podemos resistiría pero con cierto castigo y el PP a costa de Vox. La suma de las tres derechas quedaría, según esos cálculos, lejos de los 176 diputados que necesita para gobernar. Y en Moncloa están convencidos de que mientras Vox esté en la ecuación, el PP no encontrará apoyo de ningún otro grupo que no sea Ciudadanos para hacer presidente a Casado.

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