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Sumar propone su primera tesis política: de la disputa por la libertad a la democratización de la economía

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, conversa con el portavoz de Sumar, Íñigo Errejón.

Alberto Ortiz

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Quedan poco menos de dos meses para que Sumar celebre su asamblea fundacional. El proyecto de Yolanda Díaz votará el próximo 23 de marzo una dirección, una estructura orgánica pero también un documento político que siente las bases ideológicas del proyecto. Y para ello, la dirección provisional encargó a Íñigo Errejón y Marta Lois una ponencia en la que esbozan cuáles deben ser esas líneas. El documento, que tuvo el visto bueno ayer del grupo promotor, plantea que Sumar se implique en una disputa para arrebatar el concepto de libertad a la derecha y un proceso democratizador que afecte a todos los poros del sistema.

El documento ya se puede consultar en la web de Sumar. Ahora se abre un proceso de varias semanas en el que las personas que se registren en el proyecto pueden enmendarlo o plantear documentos alternativos. Tanto este texto como la ponencia organizativa, el código ético y los documentos que puedan aportar el resto de inscritos se votarán en la asamblea fundacional del 23 de marzo.

La ponencia está dividida en tres partes. Un recorrido histórico de las luchas de la izquierda, que Errejón y Lois llaman “Raíces”, una tesis política para los próximos años (“Sentido”) y las tareas para desarrollarla (“Alas”). Es un texto de 30 páginas que recupera algunas tesis del errejonismo como la transversalidad, que evita definir a Sumar como un movimiento de izquierda, y que habla de un punto de partida complejo, en medio de una “ofensiva reaccionaria” nacional e internacional en el que el margen de maniobra de Sumar es “pequeño”.

En un momento en el que la democracia “está en peligro”, dice la ponencia política, Sumar debe reivindicar precisamente la “democracia”, los “derechos humanos” y resignificar algunos de los conceptos de los que la derecha se ha apropiado en el último tiempo, esencialmente de la libertad. Si la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ganó sus dos últimas elecciones bajo esa bandera, pero hablando de las terrazas, o el argentino Javier Milei defiende ese concepto para imponer una total liberalización de la economía, Sumar debe reivindicar esa palabra como “principio rector de todas las garantías y todos los progresos”, dice el texto. 

Es lo que expresó este miércoles la vicepresidenta segunda del Gobierno durante su intervención en la reunión del grupo promotor de Sumar que aprobó los documentos. “No es libre quien puede vender órganos como si se tratase de una mercancía, es que la gente pueda llegar a fin de mes, vivir en una vivienda digna, educación y sanidad pública de calidad”, dijo ante los miembros de la ejecutiva ampliada, en el que están dirigentes del proyecto de Díaz pero también de otros partidos como Izquierda Unida, Más Madrid o Catalunya en Comú.

“La batalla por la libertad es el gran combate ideológico de nuestro tiempo y SUMAR asume la defensa de una libertad republicana que asegure las condiciones materiales que hacen posible el ejercicio de la ciudadanía, de la democratización de la libertad frente al privilegio de la huida de unos pocos, como brújula ética y política”, dice el documento político. 

Democratizar la economía 

A partir de esta tesis, el documento propone una serie de tareas para “democratizar la libertad”. “Ninguna reforma puede ser más radical que esta democratización del tiempo y el espacio, pues la condición para acometerla (libertad para trabajar, jugar, beber, comer, leer, educar a los hijos, hacer deporte, cuidar un árbol, decir no, debatir una propuesta, dormir la siesta) es la democratización de la economía. La libertad deportiva, sexual, intelectual, social, cultural dependen de esa reforma pendiente”, dice el texto. 

La ponencia juega con una tesis que Yolanda Díaz ha planteado previamente tanto en la campaña electoral como en los actos de escucha, que es la de democratizar la economía. El documento amplía esa voluntad al Estado, a la estructura territorial (plurinacionalidad), a las relaciones personales (feminismo) y al “derecho al futuro” (la transición ecológica).

Errejón y Lois apuesta por desplegar un amplio abanico de “mecanismos de redistribución de la riqueza” (desde servicios públicos hasta el derecho laboral, pasando por políticas de vivienda, o una fiscalidad progresiva) para arradicar la precariedad de las clases “trabajadoras y populares”. “Para compensar el desequilibrio de partida, biográfico y político, que sufren los excluidos de la gran propiedad y el poder económico. En otras palabras, necesitamos democratizar la economía”, dice el texto. 

La concreción de esta tesis está más o menos reflejada en el programa electoral de Sumar y las posiciones que defendió la coalición para el acuerdo de Gobierno con el PSOE, aunque muchas quedaron finalmente fuera del texto. Por ejemplo, reforzar la protección laboral, crear un Estatuto del Trabajo del siglo XXI, el derecho efectivo a la vivienda y a la movilidad o los sistemas “predistributivos” como una renta básica universal, el ingreso por hijo o una herencia universal. “El Estado bienestar del siglo XXI ha de superar la, hoy impracticable, ligazón entre trabajo y derechos de ciudadanía”, expone.

Un nuevo “momento popular”

Gran parte del texto está marcado por la impronta de algunas de las tesis que caracterizaron el primer Podemos y que luego fueron cristalizando en la corriente errejonista. El nuevo portavoz parlamentario de Sumar recupera para esta ponencia política conceptos como la “transversalidad” para huir de la diferenciación nítida entre izquierda y derecha en pos de un eje “arriba/abajo” y plantea la tesis de un nuevo momento popular, un concepto de Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, grandes inspiradores de sus ideas políticas. 

El documento político habla de tres momentos políticos que a la vez generan tres generaciones de militantes “que han ido dando forma” a la identidad y a la tradición política: la II República, la lucha contra el franquismo y la Transición y por último la “oleada democratizante y de movilización social a partir de la crisis política y económica de 2008”. “Más allá de sus resultados inmediatos, se trata de tres momentos constituyentes de las mejores posibilidades de nuestro pueblo. Son también los tres momentos que determinan nuestra situación actual, en la que nace SUMAR como proyecto, y que nos indican cuáles son las tareas fundamentales todavía pendientes”, dice. 

Después del 15M llegaría el “primer Podemos” que a pesar de que supo, dice el texto, interpretar un nuevo “sentido común” y dirigirse a una “nueva mayoría transversal”, no supo lidiar con las “complejidades del sistema político y con la diferencia entre una crisis de régimen y una de Estado”. “Para cuando en 2019 se conformó el primer Gobierno de coalición progresista en España, el PSOE ya había recuperado la primacía en el campo progresista”, dice. 

Por ello, el texto teoriza la necesidad de un nuevo “momento popular y democrático” que cree que se puede establecer a través de “el caudal de apoyo y expectativas” que recibió Sumar en los últimos meses y a través de la fuerza dentro del Gobierno y “desde las calles” a partir de ahora.  

“SUMAR tiene ante sí el reto de organizar el caudal de apoyo y expectativas recibido para que no dependa de momentos de entusiasmo o aclamatorios, sino que tenga institucionalidad y formas de participación amables, republicanas, democráticas y compatibles con una política empeñada en hacer mejor la vida. Haciéndolo, SUMAR podrá convertirse en la herramienta de un cuarto momento popular y democrático, que lleve más lejos la herencia recibida por los que lucharon antes, amplíe los bienes comunes y expanda la libertad de los iguales”, plantea. 

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