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Talvi, de “outsider” a canciller que lució la bandera humanitaria uruguaya

EFE

Montevideo —

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El hasta hoy canciller de Uruguay, Ernesto Talvi, que ha destacado en sus cuatro meses de gestión, llegó a la primera línea política del país para la campaña electoral 2019, en la que logró derrotar al emblemático líder del Partido Colorado (PC), Julio María Sanguinetti, en las primarias.

Hace un año, el economista se convertía en el “outsider” de uno de los dos partidos históricos de Uruguay -tanto el Partido Nacional (PN, centroderecha) como el PC (centroderecha) fueron fundados en 1836- y se erigía en candidato a la Presidencia de Uruguay, tras vencer al dos veces mandatario (1985-1990 y 1995-2000).

No obstante, la primera vuelta de las elecciones presidenciales dejó como candidatos para la segunda a los aspirantes del PN, Luis Lacalle Pou, y del Frente Amplio (FA, izquierda), Daniel Martínez, con una reñidísima victoria para el conservador, quien se convirtió en el mandatario para el período 2020-2025.

LA FORJA Y LA FRACTURA DE LA COALICIÓN DE GOBIERNO

Sin duda, para esa victoria fue importantísimo el apoyo previo del PC para un futuro Gobierno de coalición. Tanto Talvi, candidato derrotado, como Sanguinetti, referente político, pactaron con Lacalle Pou el respaldo para acabar con el FA, que había gobernado Uruguay desde 2005.

A esa suma de fuerzas se unieron también el Partido Independiente (PI, centroizquierda), Cabildo Abierto (CA, derecha) y el Partido de la Gente (PG, derecha), el único de los cinco aliados que no tiene representación en el Ejecutivo.

Heredero político del último presidente “colorado” de Uruguay, Jorge Batlle Ibáñez (2000-2005), Talvi siempre admiró y respetó a Sanguinetti, pero desde Ciudadanos apostó por la renovación del PC, lo que consiguió al derrotarle en las primarias.

En los últimos tiempos se agudizó la tensión entre ambos, especialmente a partir de que Talvi no aprobara la designación del hijo del expresidente, Julio Luis Sanguinetti, para un cargo público, en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU).

El ambiente también se crispó con el resto de la coalición. El hasta hoy jefe de la diplomacia uruguaya rechazó tachar de “dictadura” el Ejecutivo de Nicolás Maduro en Venezuela en una entrevista con el diario local El Observador, lo que provocó comentarios en el Gobierno.

Tras reunirse con el presidente, Talvi adelantó el pasado 11 de junio que había tomado la decisión de cambiar ese puesto por otro lugar en la política del país, si bien no concretó la fecha. Hasta hoy.

Hijo de un inmigrante macedonio y una inmigrante cubana, Talvi nació en Montevideo, donde se graduó como economista en la Universidad de la República antes de partir a Estados Unidos donde se doctoró en Economía en la Universidad de Chicago.

Entre 1990 y 1995, el candidato del PC trabajó en el Banco Central del Uruguay (BCU) asesorando al equipo económico en sus relaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Asimismo, desde 1997 hasta 2018 se desempeñó como director académico del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), un lugar de investigación independiente y sin fines de lucro, dedicado al análisis económico de Latinoamérica con especial foco en Uruguay.

Muy vinculado a España, ya que su mujer es de allí y hasta el estallido de la crisis sanitaria uno de sus hijos estudiaba en la Universidad Complutense de Madrid, veranea en el país europeo siempre que puede.

LA APLAUDIDA GESTIÓN DE UN CANCILLER QUE NUNCA VIAJÓ

El economista, que celebró en junio su 63º cumpleaños, ha sido una de las figuras más relevantes del Gobierno de Lacalle Pou, que asumió el pasado 1 de marzo y que ha estado marcado sin duda por la crisis del COVID-19, una pandemia que cerró las fronteras del mundo y que ha impedido a este canciller salir de Uruguay.

En estos cuatro meses, Talvi ha conseguido ser una de las figuras más elogiadas del Ejecutivo, gracias, sobre todo, a las repatriaciones de uruguayos varados en todo el mundo y los corredores humanitarios, organizados para que viajeros internacionales de paso por Uruguay retornaran a sus países.

Con buen dominio del inglés y amplio conocimiento internacional, no sorprendió su elección como canciller dentro del Ejecutivo de Lacalle Pou, considerando, además la importancia del PC en el sustento de la coalición de Gobierno y la relevancia que pretendía dar en su gestión, como defendió en su última comparecencia pública este martes, a la diplomacia económica y comercial.

Además, bajo su cargo, Uruguay apoyó la reelección de Luis Almagro como secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA); salió del canal Telesur, de Banco del Sur y de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur); y regresó al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR).

Sergio Marín Lafuente

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