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Testaferros familiares y cumbres en una marisquería: el rastro de Koldo García en la compra millonaria de mascarillas

Imagen obtenida de uno de los informes de la UCO en la que el empresario Juan Carlos Cueto entrega documentación a Koldo García.

Alberto Pozas / Elena Herrera

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La investigación del primer caso de presunta corrupción en la adquisición de material sanitario durante la pandemia con contratos del Gobierno sigue arrojando nuevos datos. Los avances conocidos tienen que ver con las relaciones tejidas entre el principal implicado, Koldo García –el que fuera asesor del exministro José Luis Ábalos– y los empresarios que supuestamente le pagaron comisiones ilegales a cambio de que les abriera las puertas a un suculento negocio sufragado por la Administración durante el peor momento de la pandemia. 

Los últimos informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil aportados al sumario, al que ha tenido acceso elDiario.es, apuntalan la tesis de que esos contactos se mantienen en la actualidad —casi cuatro años después de la adjudicación de los contratos bajo sospecha— y reflejan el flujo de dinero en efectivo que manejaba Koldo y cómo utilizó a familiares como “testaferros” en cuentas bancarias e inmuebles. Según los investigadores, recibía “de manera periódica” pagos de 10.000 euros en metálico que reflejaba en una contabilidad manuscrita hallada en su domicilio. Cuando fue detenido el 20 de febrero, los agentes incautaron en su casa 24.000 euros en efectivo. 

Según la Unidad Central Operativa, una parte del dinero que salió de las adjudicaciones públicas de la empresa de la trama terminó, al menos, cerca de Koldo García. Fue de las arcas de Puertos del Estado e IB Salut, dos organismos que contrataron a Soluciones de Gestión. Parte del dinero fue a una empresa de Víctor de Aldama (Deluxe Fortune) y de ahí a otra compañía llamada Depósito Judicial de Murcia SL. 

Detrás de esta empresa está otro de los imputados, Rogelio Pujalte. A partir de ahí el destino del dinero, más de 110.000 euros, es difuso. Pero en una libreta encontrada en la sede social de esta última compañía apareció un apunte que conecta China con Librilla: “Préstamos. Koldo: 17.800 euros”. A la anotación se sumaron 125.310 euros en efectivo. Según los mismos informes, fue Pujalte quien advirtió a Koldo García de que había una investigación en curso. 

Las pesquisas también han permitido estrechar el cerco sobre otros empleados públicos como Álvaro Sánchez Manzanares, el que fuera secretario general de Puertos del Estado, la empresa pública que otorgó a la trama el contrato más cuantioso, de 20 millones de euros. Sánchez Manzanares fue destituido de su puesto esta misma semana. Sánchez no ha sido imputado, pero sí declaró como testigo ante la Guardia Civil el pasado 21 de febrero, junto con una docena de altos cargos relacionados con el Ministerio de Transportes, el de Interior, Puertos del Estado y ADIF. El juez ha intervenido los correos de varios de ellos. 

Además de las consejerías de salud de Balears y Canarias, las citadas son las administraciones públicas que otorgaron los contratos que permitieron que una “empresa instrumental”, Soluciones de Gestión, se embolsara unas millonarias ganancias. Estas adjudicaciones generaron un beneficio directo de 9,6 millones de euros para el empresario Juan Carlos Cueto, presunto cabecilla, y de 5,5 millones para Víctor de Aldama, el supuesto conseguidor de los contratos. 

Las “consultas políticas” de Koldo

Respecto a los funcionarios, todos declararon en términos similares: la contratación de Soluciones de Gestión, empresa de la trama, les vino dada desde el Ministerio de Ábalos, nadie detectó irregularidades y Koldo García es una figura transversal que todo el mundo conocía pero cuyo papel nadie sabe explicar con claridad. 

Uno de los primeros en declarar a las nueve de la mañana en la Comandancia de Tres Cantos fue Sánchez Manzanares, a quien los investigadores atribuyen una “relación directa y personal” con Koldo García. Negó presiones para contratar con la empresa de la trama: “Solo existía en ese momento ese suministrador. No había mercado. Decía tener la posibilidad de hacer la compra y el transporte. No había más ofertantes”.

Sánchez Manzanares aseguró que hicieron comprobaciones sobre la compañía, aunque no encontraron nada sobre su posible implicación en la trama de corrupción DEFEX en Angola. Y reconoció que había tenido contacto con otro de los imputados: Víctor de Aldama. “Es la persona que me daba información de los aviones de mercancías necesarios para traer mascarillas”, dijo. Una vez contratada Soluciones, él fue quien “le informó de que el avión que iba a traer las mascarillas se perdió porque no se habían finalizado los trámites de contratación a tiempo”. 

Estas afirmaciones contrastan con lo que el propio Sánchez Manzanares aseguró unas pocas semanas antes pero por escrito. En una contestación a la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF), el representante de Puertos asegura que “este organismo público no ha tenido relación alguna con el señor Víctor Gonzalo de Aldama Delgado”. 

Aunque no ha sido imputado, la investigación le ubica como uno de los contactos de la trama con Puertos, a través de Koldo, con quien el propio Sánchez reconoció tener una relación cercana. El exasesor de Ábalos, relató, era quien “intentaba resolver los problemas que iban surgiendo”. Una vez, por ejemplo, hubo “un problema” con Aduanas y Koldo lo arregló. Y arrancó entonces su relación con él: Koldo le “consultaba dudas políticas” relacionadas “con José Luis Ábalos o con él mismo”. 

El hoy ya ex alto cargo de Puertos cerró su testifical ante la Guardia Civil sacando pecho por la compra de mascarillas que hoy investiga la Audiencia Nacional. “Fuimos uno de los organismos más eficientes, se consiguieron las mascarillas en tiempo y a un precio razonable, evitando el colapso de parte del sistema”. Otros testigos le señalaron como el conocedor de la adjudicación. “Álvaro Sánchez me informó de que Soluciones de Gestión fue la empresa adjudicataria del contrato”, dijo por ejemplo, Francisco Toledo, presidente de Puertos. 

Declararon otros altos cargos como Michaux Miranda, director de Gestión de Personas de ADIF. Según dijo la Guardia Civil el pasado 22 de febrero en un informe, Koldo recurrió a Miranda “para ejercer su influencia”. Un día antes Miranda, que no ha sido imputado, compareció como testigo para contar que habían coincidido “en algún acto oficial” y a través de “alguna llamada telefónica”, pero “siempre cuando Koldo trabajaba en el gabinete” del ministro. “Teníamos una relación estrictamente profesional”, dijo. 

La “ventana de oportunidad” de Koldo

Ese miércoles de febrero una docena de altos cargos testificaron ante la Guardia Civil. Pocos tuvieron buenas palabras para Koldo García, entonces mano derecha de José Luis Ábalos. José Antonio Rodríguez, director general de coordinación en la Secretaría de Estado de Seguridad, confirmó lo dicho por otros testigos: que fue él quien llevó a Soluciones de Gestión hasta Interior después de la contratación de Puertos. 

“A través de Koldo sabíamos que teníamos una ventana de oportunidad para adquirir mascarillas de China”, explicó este alto cargo del Ministerio de Fernando-Grande Marlaska. Todos negaron presiones para contratar a la empresa de la trama o irregularidades, pero al mismo tiempo explicaron que esa adjudicación de urgencia ya les vino dada desde Transportes. 

“Nunca he sentido esa presión en ADIF”, apuntó, por ejemplo, Martín Navarro, director de Recursos Humanos de la empresa ferroviaria. “No recibí órdenes para la adjudicación, pero sí recibí presión del Ministro de Transportes y su gabinete para que dicha adjudicación se realizara con la mayor premura posible y la disponibilidad de mascarillas fuera lo más rápida”, dijo Isabel Pardo de Vera, entonces presidenta de ADIF. Jesús Manuel Gómez, subsecretario de Transportes, ensalzó la operación con la empresa investigada. “Fue un éxito, 13 millones de mascarillas de muy buena calidad en China por un precio competitivo en una situación de pandemia mundial”, dijo ante la Guardia Civil. 

Koldo García, que fue de nombramiento en nombramiento de la mano de José Luis Ábalos hasta el final de su etapa en Transportes, no despertaba muchas simpatías entre algunos altos cargos que han testificado en la causa. “Creo que fue porque el sueldo de gabinete era bajo y era una forma de incrementarlo”, dijo Pardo de Vera sobre su nombramiento como consejero en Renfe. 

El presidente de Puertos explicó que Koldo García solo fue a una reunión del consejo rector de la entidad. Se lo presentó Álvaro Sánchez, el mismo que le dijo que Koldo “ha venido solo para cobrar la dieta”. El exasesor del ministro, contó Toledo, ni siquiera le visitó al tomar posesión. Solo fue a una reunión. 

Reuniones constantes en La Chalana

La Chalana, una marisquería madrileña cercana al Santiago Bernabéu, a unos 10 minutos andando de Transportes, era la base de operaciones de Koldo García Izaguirre y no era ningún secreto en el Ministerio. Así lo confirmó en su testifical el subsecretario Gómez: estuvo allí con él “en varias ocasiones”. “Cuando está ahí está continuamente reuniéndose con diversas personas”, añadió. 

La Guardia Civil le preguntó por una reunión en concreto: la del 2 de noviembre del año pasado. Y por un aspecto en concreto: la documentación que entregó al exasesor de Ábalos. “Le di un sobre a Koldo con documentación para el exministro Ábalos. Le había pedido información sobre el análisis que realizan el Tribunal de Cuentas y la Intervención General del Estado [sobre algunos contratos] dado que él mismo estaba formulando una querella contra un periodista”. 

Según la declaración de este testigo, obligado a decir verdad, la documentación que entregó a la mano derecha de Ábalos tenía que ver sobre los contratos investigados “u otros similares”, pero para que el exministro cimentara una querella contra un periodista. 

El sumario refleja que, efectivamente, La Chalana era el lugar elegido por Koldo para verse con sus colaboradores. Estuvo allí el 2 de noviembre pero también cuatro días después, cuando pagó con un billete de 500 euros según los investigadores. También estuvo allí con el exministro Ábalos el 10 de enero, según ha reconocido él mismo.

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