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Sobre este blog

No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.

Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com

Jorge

Carátula de Jorge (Serie)

Mariano Cuesta

Jorge es un tipo del montón con mala suerte. Su padre, con quien no tenía una gran relación, muere y su pareja rompe con él. Por contra hereda una casa inmensa pero a punto de la ruina, así que decide buscar un compañero de piso. Y va buscando pero resulta que no encuentra nada. Un día le aparece un correo de un tal Ludovico pidiendo ver la casa, así que accede y queda con él. Abre la puerta y encuentra a un chico de unos treinta años en una silla de ruedas. Es Ludovico. Jorge se queda aturdido y empieza a poner excusas sobre lo incómodo que sería para Ludovico vivir ahí, pero Ludovico no tiene problema. Ludovico es diseñador gráfico, se gana la vida bastante bien, dentro de lo que cabe, pero tampoco anda muy bien de pasta por lo que tiene que compartir piso. Por ello, además, necesitan encontrar un nuevo compañero de piso que esta vez será un paraguayo, un tipo bastante peculiar que pondrá un poco de sal a la convivencia.

Jorge es asocial, bastante lerdo en general y, aunque estudió la carrera de abogado trabaja en un call-center. No tiene amigos y es un ser bastante anodino. Esta es la premisa de la serie de Malena Pichot, cómica argentina , que trata de mostrar varios temas sociales, entre ellos quiénes somos, cómo nos formamos socialmente, qué límites nos ponemos... Todo en clave de humor. Un humor bastante corrosivo e inteligente que pone en jaque las circunstancias en las que solemos vivir todos. Es todo lo contrario que Intocable, de la que me he quejado alguna que otra vez. Esta vez son gente “normalita”, con sus problemas económicos pero con una actitud ante la vida un poco distinta.

Lo que me gusta de esta serie es que presentan la discapacidad como una jodienda, pero no mucho peor que la candidez vital de nuestro protagonista. Ludo, es un tipo bastante resuelto, tiene asumida su discapacidad y no hace de ella el centro de su vida. Va en silla de ruedas, pero ya está. Mientras Jorge es incapaz de llevar una vida normal, es un completo imbécil, con las habilidades sociales bajo cero. Eso es lo gracioso. ¿Quién es el discapacitado aquí? Un tipo que casi no sabe atarse los cordones o el que va en silla de ruedas? Obviamente el que está en silla de ruedas lo tiene más difícil, pero no menos que el bobo de Jorge, que es un pobre hombre que no sabe asumir las riendas de su vida. Nuestra parte emocional y madura tiene también que desarrollarse, porque sino estamos creando una sociedad inútil. Y es inútil porque de primeras rechazamos todo lo que no es normal. Estamos demasiado estandarizados, demasiado cómodos y no damos oportunidad a poder aprender de la diferencia.

Particularmente Ludovico me recuerda bastante al personaje de “Tres bodas de más” de la que hablé hace mucho por aquí. Decía, entonces, que las personas con discapacidad no tenemos que ser necesariamente buenas personas. Podemos ser tan cabrones como cualquier otro, podemos enfadarnos y tener mala cara, incluso no tener ganas de pelearse con este mundo que a veces resulta tremendamente cruel.

Quería darle las gracias desde aquí a quien me recomendó la serie en un comentario del blog. La verdad es que ha sido un gran descubrimiento. Seguiremos informando.

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No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.

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