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Una madre argentina pedirá a la Justicia que busque en España a su hija víctima de trata

Susana Trimarco en un juicio contra los responsables de la desapación de su hija

Laura Olías

“Soy la mamá de Marita Verón”, dice Susana Trimarco a modo de presentación. Es el título que lleva reivindicando en comisarías y juzgados argentinos desde el 3 de abril de 2002, cuando su hija María de los Ángeles fue secuestrada por una red de trata de personas. Tras “enormes trabas” en su búsqueda de respuestas a lo largo de 12 años, en los que llegó a disfrazarse de prostituta para localizar a su hija en los burdeles de su país, 25 personas han sido juzgadas, 12 están pendientes de ello y, ahora, también pedirá la apertura de una investigación en España, donde la Interpol ubicó su rastro hace años. Su incansable lucha seguirá hasta “encontrar a mi hija”, asegura firme.

Esta madre, reconocida con el premio “Madre Coraje” por el Gobierno de Estados Unidos en 2007, y que ha desfilado por numerosas tribunas, como la del Parlamento Europeo, informando sobre la trata de personas en Argentina ha sido la persona elegida por la Asociaciación de Mujeres de Guatemala (AMG) para inaugurar este martes el ciclo de conferencias “Mujeres contra la impunidad”, que se celebra en la Casa Encendida en Madrid.

“Susana Trimarco es una de esas mujeres que han sido víctimas de delitos en sus carnes pero que no se han rendido, no se han quedado con el dolor sino que se han convertido en mujeres persistentes, que dan voz a muchísimas otros mujeres”, resume el espíritu de las conferencias Mercedes Hernández, presidenta de la AMG.

Persistente es uno de los adjetivos que define sin lugar a dudas a esta mujer, de mirada dura y discurso aprendido tras años de denuncias. “No paré ni un minuto de mi vida”, asegura. “Yo no sabía de estas mafias en Argentina, pero desde que arrancaron a mi hija de mi vida, he conseguido que todo el país sea consciente de una red organizada que trabaja en el país y a nivel internacional”, indica.

“Se calcula que en América Latina hay más de dos millones de personas víctimas de trata, de una cifra global de cuatro millones, según la ONU. El cono sur es de las zonas más afectadas por la captación de víctimas de trata que luego son dirigidas a otros países”, apunta Hernández.

Ha sido un camino duro, plagado de “enormes trabas”, pero que también ha sido recompensada con algunas victorias: el Gobierno del país latinoamericano aprobó una ley contra la trata de personas en 2007 y, gracias a la Fundación María de los Ángeles, de la que Trimarco es fundadora y presidenta, “hemos salvado a 6.400 víctimas de estas redes”, indica.

Mujeres invisibles

En 2002 el problema no estaba visibilizado en Argentina y, por ello, recibió muchos portazos en la búsqueda de Marita, secuestrada con 23 años y que dejaba a su vez a una hija de tres, Micaela. “Me trataron como loca, me decían que había visto muchas telenovelas”, dice. Pero Susana no podía dejarlo pasar, no hacer nada, “dejarles que me degradaran como persona”. Así que inició una investigación por su cuenta y fue molesta hasta que las autoridades tuvieron que hacerle caso.

“Además quiero añadir que, si estas redes mafiosas actúan con la impunidad que lo hacen, es por la colaboración de los poderes políticos, policiales y judiciales”, denuncia.

Desde 2002, Trimarco ha seguido las pistas de estas organizaciones, muy vinculadas también al narcotráfico y al tráfico de armas, que se dedican a secuestrar o captar mediante engaños a personas que más tarde son víctimas de explotación sexual y laboral. “Encontramos anuncios en la prensa, de trabajos como modelo, niñera o camarera, que eran una trampa para las mujeres”, relata.

Una vez enredadas en la organización, las alejan de sus hogares. “Son violadas, drogadas, encerradas y amenazadas. Les dicen 'sé dónde vive tu papá o dónde trabaja tu hermano'”, cuenta Trimarco, que recuerda que, aunque el perfil de la víctima suele ser el de mujeres más vulnerables, puede ocurrirle a cualquier persona: “Nosotros somos de clase media, mis dos hijos habían ido a colegios privados”.

Una de las tareas de la fundación con el nombre de Marita es la de advertir entre los jóvenes del peligro de estas tramas, para que sepan identificarlas, además de atender a aquellas mujeres que recuperan de las mafias. “Hay veces que las familias, cuando se enteran de dónde habían estado sus hijas, no las quieren volver a acoger, también por miedo a estas mafias”, por lo que están creando barrios donde se pueden establecer y recuperar.

España, país receptor de las víctimas

A principios de abril, un tribunal argentino condenó a penas de entre 10 y 22 años de prisión a 10 acusados por el secuestro y la explotación sexual de Marita Verón. Trimarco podía respirar más tranquila tras la decepción que sufrió en 2012, cuando otro tribunal absolvió al completo a los 13 imputados sentados en el banquillo. “Recibí una carta anónima en la que me decían que el juicio había sido comprado”, cuenta.

Pero siguió peleando hasta que la Corte Suprema ordenó otro juicio. Tras las diez condenas, Trimarco espera la celebración de una segunda vista, en la que están imputadas 12 personas más. Además, sus abogados pedirán a la justicia española que investigue la desaparición de su hija, ya que en 2008 la Interpol encontró indicios de que Marita podía haber pasado por el país. “La Fiscalía argentina también ha pedido a España que inicie la búsqueda de Marita”, añade su madre.

“España es país de destino de víctimas procedentes principalmente de Argentina y Uruguay, y también recibe muchas mujeres africanas captadas por las mafias”, expone Mercedes Hernández. Según un informe de 2012, citado por la presidenta de AMG, se calcula que hay más de 1.200 personas que se sospecha que fueron víctimas de trata de seres humanos en España y unas 250 plenamente identificadas como tal. “De las que solamente una ha conseguido un estatuto de asilo”, destaca Hernández.

Una de las principales dificultades para obtener el asilo radica en que las autoridades normalmente reclaman que exista alguna denuncia para que las peticiones prosperen, un obstáculo que pocas veces se supera.

Por otro lado, la Comisión Europea llamó la atención a nuestro país por incumplir el plazo fijado por Bruselas (6 de abril de 2013) para la transposición de la Directiva Europea sobre trata de seres humanos. Un año después, España aún carece de una ley específica al respecto, aunque el Gobierno ha asegurado a varias organizaciones que el proyecto ya está en marcha.

La reforma de la justicia universal aumentó las preocupaciones de las asociaciones de víctimas, ya que reduce la competencia de los tribunales españoles a los casos en los que la víctima o el acusado sean españoles o extranjeros con residencia habitual en España.

Sin embargo, Mercedes Hernández recuerda que el delito de trata no abarca solo la captación sino también la recepción y el traslado, como recoge el artículo 177 bis del Código Penal. “Si Marita fue trasladada a España, el país está obligado a investigar el caso”. Aún así, lamenta la restricción del principio de justicia universal, “que afecta a todos los países de la Comunidad Internacional en su conjunto porque estos crímenes son transfronterizos”.

Trimarco vuelca parte de sus esperanzas en España, donde cree que “las pistas eran firmes”. Con el objetivo de que su hija engrose la lista de 6.400 recuperadas, queda muy lejana la frase que le dirigieron desde algún mostrador argentino. “¿Qué vas a hacer vos solita?”.

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