Los chimpancés, como los humanos, saben cuándo tienen razón
Un estudio ha demostrado que los chimpancés, al igual que los seres humanos, pueden llegar a reflexionar sobre sus propios conocimientos, lo que se conoce como capacidad de metacognición. Esta capacidad les permite sentirse confiados cuando saben que tienen razón o sentir incertidumbre cuando no están seguros de tenerla.
Investigaciones anteriores ya habían concluido que algunos animales no humanos podían tener este tipo de capacidades. Este nuevo estudio, publicado en la revista Cognition, confirma los resultados anteriores y además concluye que los chimpancés tienen la capacidad de monitorear sus propios pensamientos y de tomar decisiones al respecto.
Para llegar a esta conclusión los investigadores, liderados por el profesor Michel J. Beran, director del Centro de Investigación del Lenguaje de la Universidad Estatal de Georgia, diseñaron un experimento que llevaron a cabo con tres chimpancés. Dicho experimento consistía en un sencillo programa informático que realizaba una pregunta con dos posibles respuestas. Si la respuesta era correcta el ordenador tardaba unos segundos en emitir una señal de confirmación y seguidamente caía un premio. Sin embargo, el premio caía en una localización diferente a aquella en la que se encontraba el chimpancé y desaparecía después de pocos segundos, lo que obligaba al simio a moverse rápidamente.
Gracias a esta sencilla prueba los investigadores observaron como los chimpancés mostraban distintos grados de confianza en sus propias respuestas. Cuando estaban seguros de tener razón, se movían rápidamente al lugar donde caería el premio, antes incluso de que el ordenador les indicase si la respuesta era o no correcta. Igualmente, cuando dudaban sobre su respuesta, ni si quiera se movían.
“Esto implica que han realizado una reflexión sobre sus recuerdos y el conocimiento de lo que vieron y esto es una forma de control cognitivo (o metacognición)”, afirma a eldiario.es Michael Beran. Es decir que “los chimpancés se mueven (o no) en función de la evaluación que hacen de sus propios recuerdos, en lugar de hacerlo sobre la base de señales externas, como la emitida por el ordenador”, concluye Beran.
La capacidad de metacognición no implica autoconocimiento
Según Beran, el comportamiento de los chimpancés en esta y otras pruebas, así como los comportamientos de otros primates e incluso los de otras especies de animales, a veces reflejan su conciencia. Pero, aunque cada vez existen más evidencias de que efectivamente algunos animales muestran capacidades de metacognición, destaca Beran, “esta afirmación no implica necesariamente que tengan autoconocimiento, entendido como el hecho de ser consciente de sus propios pensamientos”.
Que existan evidencias de que los animales no humanos pueden tener sentimientos de incertidumbre y confianza sobre sus propios recuerdos, “no implica que compartan los sentimientos y experiencias conscientes que los seres humanos tienen cuando actúan metacognitivamente”, asegura Beran. “Para nosotros, la metacognición no es un proceso de todo o nada, sino más bien una capacidad amplia (o conjunto de capacidades) a la que muchas especies pueden acceder en algunos contextos”, concluye.