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12 portadas de eldiario.es que desmontaron a Cristina Cifuentes

Portadas caso máster de Cifuentes.

elDiario.es

Los documentos no engañan: las calificaciones de máster de la alumna Cristina Cifuentes Cuencas se modificaron en 2014. El rastro informático deja claro que una funcionaria entró en su ficha y retocó las notas dos años después de, supuestamente, haber acabado un curso en derecho autonómico en la Universidad Rey Juan Carlos. Justo tras el retoque, Cifuentes abonó las tasas de su título.

1. La minipulación de las notas. La documentación avala la historia y eldiario.es publica a primera hora del 21 de marzo su primera exclusiva sobre el caso: “Cristina Cifuentes obtuvo su título de máster en una universidad pública con notas falsificadas”.

Lo que sobrevino después ha sido una tormenta política alimentada por las mentiras fabricadas para intentar dotar de una coartada a la política madrileña y su resistencia a admitir la realidad que, portada a portada, eldiario.es iba desvelando.

2. La versión de la Universidad. Tras las vagas explicaciones ofrecidas por el equipo de Cifuentes, la Universidad salió a avalar el titulo de la presidenta regional. El rector, Javier Ramos, el supuesto director del máster, Enrique Álvarez Conde, y el profesor Pablo Chico de la Cámara ofrecieron una explicación: todo era un error administrativo. Cifuentes asistió y se examinó de las asignaturas.

De hecho, ella detectó el problema al tramitar su título. Había, incluso, un trabajo fin de máster con su fecha de defensa y su tribunal evaluador. Por primera vez aparecieron los nombres de las profesoras Cecilia Rosado, Alicia López de los Mozos y Clara Souto. Una historia montada a toda prisa para salvar la situación, pero que hacía aguas por muchos lados.

3. Los 6,11 euros. En ese frenético 21 de marzo, el rector Ramos recibió las presiones de una asesora del Gobierno de Cifuentes que se acercó al Rectorado: María Teresa Feíto. Ramos pidió a Álvarez Conde y Chico de la Cámara que pusieran por escrito sus explicaciones. Álvarez Conde maniobró para producir un documento que avalara su historia: fabricaron un acta falsa de defensa de TFM con fecha de 2 de julio de 2012.

Le pusieron las firmas de las profesoras mencionadas. El documento llegó al Gobierno de la Comunidad de Madrid que lo distribuyó públicamente como prueba de su verdad. Cifuentes se grabó un vídeo en el que lo exhibía. Sin embargo, eldiario.es publicaba en esa jornada: “El registro de secretaría confirma que Cifuentes no aprobó el máster en 2012”. Ella pagó 6,11 euros en noviembre de 2012. Una tasa de gastos de secretaria que coincide con lo que se exige para presentar un TFM en cursos posteriores al de la primera matrícula. ¿Si había aprobado por qué repagaba?

4. Coartada con mentiras. La coartada de Cifuentes estaba plagada de mentiras: el supuesto tribunal estaba compuesto por profesoras que no cumplían el reglamento que regía esos trámites, el supuesto director del máster no lo era, sino que fue una de las docentes que se presentaron como miembros de la comisión de evaluación de Cifuentes.

La fecha en la que Cifuentes dice haber leído su trabajo enfrente de ese tribunal implicaba un calendario, cuando menos, inverosímil. eldiario.es puede ir desmontando esta historia fabricada a toda prisa el 21 de marzo: “El tribunal que supuestamente evaluó el trabajo fin de máster de Cifuentes es ilegal”. “El catedrático que avaló a Cifuentes no figuraba como director del máster cuando ella era alumna”. “Cifuentes dice que se examinó el día que el departamento de su máster inauguraba un curso a 50 kilómetros”.

5. Los compañeros no la vieron.

La presidenta regional estaba enrocada en su versión y amurallada tras los documentos que había obtenido de la Universidad. Sin embargo, los compañeros de promoción de Cristina Cifuentes se sorprenden de que el nombre de la política se asocie a ese curso en aquel año.

eldiario.es consigue contactar con una decena de compañeros de promoción. No todos están dispuestos a hablar por la dimensión que ha tomado el caso ya a estas alturas. Aún así, varios contaron que no la veían por clase cuando ellos acudían al campus de Vicálvaro los jueves y viernes por la tarde y sábados por la mañana. “No la vimos en clase ni un solo día”, pudo publicar este medio para ilustrar que era muy difícil sacarse un máster sin cursarlo realmente.

6. Máster presencial. Sin ir a clase parece muy complicado poder obtener un título de 60 créditos. Un máster oficial avalado por la Universidad Rey Juan Carlos e impartido por el Instituto de Derecho Público de esta institución. Tanto es así, que la Agencia Nacional de Certificación (Aneca) había dado el visto bueno a este curso bajo “la modalidad de impartición presencial”. La Aneca depende del Ministerio de Educación. Así que, “había que ir a clase” para aprobar el máster. Alguna falta justificada podría ocurrir, pero no tantas como para que los compañeros no la vieran nunca.

7. “Cristina Cifuentes se matriculó en su máster tres meses después de que empezaran las clases”.

La portada del 2 de abril explicaba que la política se había librado de tres meses de curso: un trimestre entero y las asignaturas que durante esas sesiones se hubieran dado. Esto ya hacía prácticamente imposible que se cumpliera con los requerimientos de la modalidad presencial. Los compañeros añadieron que “los exámenes los hacíamos por escrito en el aula y ella nunca apareció”.

8. En la Asamblea de Madrid. La bola ya era gigante a estas alturas. Cifuentes comparece en la Asamblea de Madrid y luego da una rueda de prensa, la primera en dos semanas desde que eldiario.es publicara la primera información.

En la tribuna parlamentaria agitó varios de los documentos con los que se había grabado el 21 de marzo. Luego, vira en su defensa: no iba a clase, no hacía exámenes porque así se lo permitieron los profesores. Un máster privilegiado y adaptado a sus exigencias: “Cristina Cifuentes reconoce que recibió un trato de favor al no ir a clase ni hacer los exámenes con sus compañeros”, tituló este medio. Ella misma desmentía a los profesores que salieron a defenderla y que había aseverado que había sido “una más”.

9. El acta fabricada. El Confidencial publica que dos firmas del acta del TFM son falsificaciones que se realizaron el 21 de marzo. La profesora Alicia López de los Mozos admite en la investigación interna de la universidad que ni firmó aquella acta ni estuvo en ese tribunal.

El catedrático Álvarez Conde busca refugio y apunta al rector. “El responsable del máster de Cifuentes admite la falsificación del acta y acusa al rector”. La coartada del TFM se disuelve. Más adelante, otra de las profesoras que aparecían en el acta, Clara Souto, también explica que ella no firmó ni examinó. El rector Ramos confirma el fraude y dice que pidió por escrito a los profesores Álvarez Conde y Chico de la Cámara que ratificaran su aval del curso de la presidenta.

10. Calificaciones antes que la matrícula. eldiario.es desvela que Cristina Cifuentes obtuvo sobresalientes y notables en asignaturas que se impartieron cuando ella no estaba ni matriculada.

Varias de ellas tienen como profesores al núcleo central del IDP: están todos los nombres que han ido poblado el caso, el director del instituto, la directora del máster, el catedrático Chico...

11. Alumnos a cambio de facilidades. El sistema montando en el Instituto de Derecho Público junta el deseo por sacarse títulos de algunos con el interés económico de otros. Eso implica conseguir aprobados sencillos para algunos alumnos con trato privilegiado. Cifuentes se beneficia de convalidaciones que allanan el camino. “Cifuentes aprobó tres asignaturas de su máster con unas actas con firmas falsificadas”.

eldiario.es habla con tres profesores de los que firmaron la validación de esos aprobados y no reconocen sus firmas. Dos aseguran que nunca participaron en las reuniones para dar el visto bueno y que han falsificado sus rúbricas. La tercera, Laura Nuño, dimite de su puesto en el IDP al día siguiente de publicarse esta portada por “falta de confianza”.

12.“Renuncio a la presidencia”

El 25 de abril, más de un mes después de la primera publicación sobre cómo obtuvo su título de máster, las imágenes de un vídeo de un supuesto hurto de Cifuentes en 2011 desveladas por OKdiario adelantaron el anuncio de su dimisión.

“Una decisión que anticipo”, dijo, pero que “ya había tomado y pensaba anunciar el 2 de mayo”. La figura emergente del Partido Popular que se presentaba como “regeneradora” y con “tolencia cero” ante la corrupción debe dejar el cargo envuelta en la nube de mentiras con las que intentó justificar que lucía un título universitario sin haber cursado el máster que lo sustentaba.

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