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Toño Fraguas

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Un colgante de marfil hallado en una cueva de Polonia es el primer ejemplo conocido de joyería ornamentada hecha por humanos en Eurasia. Tiene forma ovalada y está fabricado con hueso de mamut. No es, quizá, el colmo del refinamiento, pero está fechado hace 41.500 años.

El hallazgo ha sido publicado este jueves en la revista Nature y el significado de su decoración es todavía un misterio.

El patrón de la decoración es llamativo: 50 marcas de perforación en una curva irregular en bucle.

Esas incisiones continuas podrían ser un recuento de presas de caza abatidas, pero recuerdan a las que muestra otro hallazgo mucho más reciente, la llamada 'placa de Blanchard' –de hace unos 25.000 años– descubierta en el departamento francés de Dordoña y que los expertos consideran un calendario de fases de la Luna.

Las incisiones del colgante de marfil también presentan reminiscencias astronómicas: “La semejanza con el analema lunar es sorprendente”, afirman los investigadores en su paper, al que ha tenido acceso elDiario.es.

Un analema es la curva –parecida al símbolo del infinito– que describen la Luna y el Sol a lo largo de un año si se los observa desde la misma posición.

Midiendo la cantidad de carbono radiactivo presente en los vestigios, los autores dataron el colgante, el punzón y los fragmentos de hueso en la primera parte del Paleolítico Superior (hace entre 42.000 y 37.000 años).

Patrones naturales

La investigación ha sido liderada por Sahra Talamo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (en Leipzig, Germany) y de la Universidad de Bolonia (Italia).

Los joyeros prehistóricos habrían tratado de imitar y transferir patrones naturales en nuevos contextos

Los expertos recuerdan que en otros objetos similares, aunque más recientes, hallados en otras excavaciones de Europa y Asia, el uso del patrón punteado es más fácil de identificar, ya que, afirman, los joyeros prehistóricos habrían tratado de imitar y transferir patrones naturales en nuevos contextos.

Tales son las reproducciones del pelaje de un felino y de una trucha en los objetos hallados en la cueva de Vogelherd (Alemania), la reproducción de diferentes tipos de conchas en La Souquette, Abri Castanet y Tuto de Camalhot (Francia), o la imitación del pelaje de un caballo en Sungir (Rusia).

Además, las perforaciones podrían servir como simple decoración, como se ve en el figurín antropomorfo de Geißenklösterle (Alemania), el bastón perforado de Sungir y las diademas y agujas de marfil de Yana, en Siberia, Rusia. 

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